La pena de muerte que todavía está vigente en la legislación de Argelia ha empañado la reputación del país, según declaró el director de la comisión asesora de derechos humanos, en un programa de radio.
Farouk Ksentini añadió que las autoridades británicas se niegan a entregar a Abdelmoumene Khelifa a Argelia, por temor a que sea condenado a pena de muerte, a pesar de que Gran Bretaña está segura de que esta pena, en la práctica, no está implementada en Argelia.
Ksentini aprovechó la entrevista para pedir al presidente Bouteflika la abolición de la pena de muerte.
Farouk Ksentini hizo pública su opinión sobre la pena de muerte, por la que los religiosos le han criticado duramente. “Respeto la opinión de los clérigos, y les pido a ellos, a cambio, que respeten la opinión querer abolir la pena de muerte”.
Por otra parte, el jefe de la comisión de derechos humanos habló sobre la cuestión de las torturas en las cárceles. Negó la existencia de ningún caso de tortura. Ksentini parecía estar hacienda referencia a la Liga de Derechos Humanos de Argelia, que hace unos meses denunció públicamente que prisioneros de la penitenciaría de El Harrach habían sido torturados.
El director de la comisión asesora de derechos humanos admitió que el asunto de los prisioneros argelinos en Libia todavía está pendiente, apuntando que las autoridades libias se han echado atrás en la implementación de las medidas de liberación de los presos. El líder libio, Muammar Gaddafi, parece haber decidido transferir a los prisioneros argelinos, mejor que extraditarlos.
(El Khabar, Argelia, 09-10-08)