En el día en que comienza oficialmente la campaña electoral, un mes antes de las elecciones del 28 de noviembre, 41 organizaciones de ayuda humanitaria y de defensa de los derechos humanos, se muestran preocupadas por la degradación de la seguridad y hacen un llamamiento a todos los actores congoleños e internacionales para que se adopten medidas urgentes a fin de evitar la violencia electoral, proteger la población civil y garantizar unas elecciones creíbles, libres y transparentes.
“Estas elecciones constituyen un test último. ¿La RDC está en vías de consolidar la democracia o más bien de retornar a un estado de inseguridad, inestabilidad y violencia generalizada?”, opina Thierry Vircoulon de Internacional Crisis Group. “La comunidad internacional presta una ayuda de miles de millones. No puede financiar unas elecciones fraudulentas que desencadenarían violencias y retrasarían el desarrollo. Hay muchos menos observadores internacionales que en 2006. La Comunidad internacional debe ser rigurosa en la vigilancia del respeto de las normas internacionales y debe estar dispuesta a denunciar con firmeza cualquier irregularidad. Tras tantos años de guerra y saqueo, el pueblo congoleño merece la paz y la estabilidad y necesita de verdad un apoyo para lograrlo”, afirma Paul Nsapu, de la Federación de ligas de derechos humanos.
Acontecimientos recientes han revelado un alarmante potencial de violencia y de desestabilización en este periodo electoral. Ha habido enfrentamientos violentos entre la policía y manifestantes opositores que han causado muertos y numerosos heridos. Han aumentado los ataques contra personal humanitario y las fuerzas de seguridad son incapaces de frenar la escalada de violencia. La decisión del gobierno de prohibir las manifestaciones no hace sino revelar su incapacidad de prevenir la violencia. Lo que necesitamos son fuerzas de seguridad que nos protejan en este periodo electoral”, insiste Jerôme Bonso, coordinador de AETA (coalición de Actuar para Elecciones Transparentes y Apaciguadas). Existen serias dudas en cuanto a la posibilidad de que las elecciones sean creíbles, y sin elecciones libres y justas los riesgos de violencia son considerables. Debe producirse una fuerte presencia de observadores nacionales e internacionales que acrediten y otorguen confianza en el proceso electoral.
Las 41 ONG solicitan que sean adoptadas rápidamente las medidas siguientes:
– Las autoridades deben garantizar la seguridad para que las elecciones se desarrollen normalmente. La policía no debe usar de la fuerza. Debe respetarse la libertad de expresión y de manifestación pacífica, sin intimidaciones.
– La Comisión electoral nacional Independiente (CENI) debería informar mejor sobre los planes y facilitar un diálogo entre la oposición, el gobierno y la sociedad civil.
– Los partidos políticos deberían firmar un código de buena conducta y aceptar el resultado de elecciones libres y pedir a sus militantes que permanezcan pacíficos. Debe evitar discurso de odio que inciten a la violencia.
– Las embajadas y misiones de observación electoral deben coordinar sus acciones entre ellas y con los observadores locales para lograr vigilar el proceso electoral en el máximo de territorio congoleño. Deberían denunciar públicamente cualquier violación.
– La misión de las Naciones Unidas en RDC (MONUSCO) debería desplegar su fuerza de acción rápida en las zonas peligrosas para prevenir y responder a la violencia. Debería también denunciar las violaciones del proceso electoral y jugar una función de mediación en caso de conflicto entre partidos.
Texto enviado por Ramón Arozarena.
