Paul Biya, presidente de Camerún desde 1982 y con 92 años uno de los líderes más longevos del mundo, ha sido renovado para un octavo mandato, tras más de cuatro décadas en el poder. Este nombramiento se ha dado gracias a las elecciones del 12 de octubre de 2025, en un proceso electoral cuya identidad fue puesta en duda por la oposición. La ceremonia tuvo lugar el 6 de noviembre en la Asamblea Nacional, en Yaundé, en la capital de Camerún. Durante todo el acto destacó la gran cantidad de seguridad desplegada para un evento que contaba con la presencia de “miembros del parlamento y representantes de las instituciones constitucionales”, así como de otros políticos y figuras diplomáticas.
El nonagenario ha prometido “restablecer el orden tras la violencia postelectoral mortal”. En su discurso de investidura, Biya prometió “mantenerse fiel a la confianza del pueblo camerunés”, al mismo tiempo que se comprometió a trabajar por un país “unido, estable y próspero”. En cuanto a la violencia que surgió de las elecciones, dio su pésame a las víctimas de los disturbios y culpó a los políticos de la oposición del caos.
La nueva presidencia comienza en un contexto nacional de declive de los indicadores económicos y aumento de las críticas internacionales por la vulnerabilidad de los derechos humanos y de libertades políticas. A pesar de todo, el presidente considera que su nombramiento es una garantía de la unidad y estabilidad a la que aspira el país.
La oposición, sobre todo Issa Tchiroma Bakari, del partido Frente por la Salvación Nacional de Camerún, se ha negado a reconocer los resultados electorales, y se ha movilizado en repetidas ocasiones, sobre todo mediante la campaña de las “ciudades fantasma”, cuyo objetivo es paralizar la actividad en las principales localidades del país.
Fuentes: AlJazeera – AllAfrica
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