La inauguración de un sistema de agua es sin duda un gran momento: comunidades y pueblos ven resuelto uno de sus mayores problemas, y las caras de todos reflejan su satisfacción. Las mujeres ya no tendrán que caminar kilómetros para traer agua a sus casas, los niños y niñas también quedarán liberados de esa tarea y podrán ir cada día a la escuela, y todos saben que se reducirá la incidencia de enfermedades como el cólera o la diarrea.
Pero el fin de las obras y la inauguración del pozo, la tubería o el punto de agua son en realidad sólo el principio. Para asegurar que los cambios en la vida de las personas que supone tener acceso a agua sean sostenibles, es necesario que el sistema se gestione eficazmente. Y ese es seguramente el reto más importante que tienen por delante las comunidades, y la clave para que nuestros programas produzcan impactos a medio y largo plazo.
Los Comités de Agua y Saneamiento son las organizaciones comunitarias, formadas por los propios usuarios, que se encargan en muchos países de la gestión de los sistemas de agua. Están reconocidos por las legislaciones nacionales y desempeñan funciones tan necesarias como la gestión de las tarifas, el mantenimiento de las infraestructuras o la interlocución con las administraciones públicas del Estado. Además, se encargan también de promover el saneamiento y la higiene en las comunidades. Sin ellos el Derecho Humano al Agua y al Saneamiento en las zonas rurales es una concepto vacío.
Una parte fundamental de nuestro trabajo consiste en apoyar la constitución de estos comités y fortalecer sus capacidades para que puedan desempeñar adecuadamente esas tareas, desde la gestión de la contabilidad y el cobro de tarifas hasta el seguimiento de planes y políticas locales y nacionales. Proporcionamos formación y asistencia técnica a sus miembros, promovemos mecanismos de participación y rendición de cuentas que aseguren su legitimidad en las comunidades, y facilitamos canales de diálogo con las administraciones regionales y nacionales responsables del agua.
En Same, una de las regiones más pobres de Tanzania, apoyamos 15 COWSO (Comités de Agua y Saneamiento, en sus siglas en inglés), que son responsables del abastecimiento de agua de unas 60.000 personas. Una vez conformados y operativos, nuestro trabajo consiste en acompañarles para garantizar que adquieren las capacidades y la autoridad necesaria, poniendo especial atención en aumentar la participación de las mujeres y mejorar la interlocución y rendición de cuentas hacia el Departamento de Agua del Distrito de Same y los propios usuarios.
En Nicaragua hemos creado y fortalecido 24 Comités de Agua Potable y Saneamiento (CAPS) en el Departamento de Jinotega, que se encargan del abastecimiento de agua de más de 10.000 personas. También sistematizamos nuestra experiencia y la de otras organizaciones para extender modelos sostenibles de gestión comunitaria del agua, y este año 2015 arrancamos un nuevo programa en el que esperamos aumentar la escala de nuestra experiencia en Jinotega: junto a otras organizaciones españolas y la administración nicaragüense trabajaremos con 66 CAPS en varios departamentos del país para garantizar el Derecho Humano al Agua y al Saneamiento.
Original en Ongawa.org
