Fotógrafa y documentalista camerunesa, Osvalde Lewat (Camerún 1976), ha expuesto recientemente su serie de fotografías “Couleur Nuit» en la galería parisina Marie-Laure Ecotais y en la librería-galería “Le 29”, también en París. Es uno de los nombres más destacados del cine africano a nivel internacional. Reconocida como una de las directoras de documental más rupturistas de los últimos años, su obra «Congo Couleur Nuit», se publicó a principios de noviembre en ediciones Phenix.
Mondafrique: ¿Cuál es el proyecto de «Couleur Nuit»?
Osvalde Lewat: Yo soy directora de documentales y fotógrafa. Pero no exponía mis fotografías. Tenía ganas de compartir la serie de fotos hechas en Kinshasa y Katanga, porque pensaba que “ese” Congo, el de la noche, ese Congo vivo era muy hermoso, muy valiente y muy poco conocido. Por otra parte, las personas que fotografié se quedaban muy sorprendidas al verse en las imágenes porque yo les entregaba mis fotografías. Uno de ellos me dijo una vez, «Sería genial que otras personas sepan que hay alguien como yo que vive aquí en las afueras de Kinshasa». 
El proyecto «Couleur Nuit» nació de manera intuitiva y se ha ido construyendo a lo largo de muchos meses. En total, estuve fotografiando durante tres años y medio. Mi primer deseo era exponer esta obra en Kinshasa en una plaza pública, la “plaza del 30 de junio”, que es una especie de lugar de unión entre los barrios residenciales y los barrios más populares. Así que, expuse treinta fotografías, en gran formato, sobre unas lonas. La exposición duró un poco más de un mes y fue un gran éxito. Y entonces aparecieron las ganas de hacer esta exposición itinerante. El deseo de contar y compartir el Congo que amo en imágenes. Imágenes de mujeres que trabajan a veces, hasta tarde por la noche. Simplemente compartir mi visión del color, la energía de estas personas que he ido conociendo.
Mondafrique:Así que fue una elección simbólica el exponer por primera vez en un lugar donde se juntan dos mundos: las zonas residenciales y los barrios.
O.L.: Sí, totalmente. Esta elección no fue neutral, ya que es un sitio muy agradable y muy frecuentado. Por otra parte, esto es realmente un punto de encuentro entre estos dos mundos que no normalmente nunca se mezclan. En mi trabajo como fotógrafa, aunque tengo un enfoque artístico, siempre tengo también un enfoque político y social y hacer la primera exposición en ese lugar me permitía hacer reencontrarse esos dos universos. Además, todas las personas que fotografié estuvieron presentes en la inauguración. Fue muy gracioso y conmovedor ver la sorpresa en sus ojos cuando veían la admiración en los ojos de los demás.
Mondafrique: ¿Por qué elegiste para fotografiar la noche?
O.L.: Yo había hecho fotos nocturnas de forma espontánea y alguien me hizo ver que, incluso en mi trabajo como documentalista, filmé mucho por la noche. La noche nos obliga a mirar, a concentrarnos un poco más en un mundo donde todo se da a ver inmediatamente, dónde uno está sobreexpuesto a las imágenes. Tengo la sensación de que por la noche estás obligado a buscar. La noche también aporta una dulzura, una cierta poesía que era lo que yo estaba buscando con este trabajo. Fotografié personas que viven, a veces, en circunstancias difíciles y quería, al mismo tiempo, resaltar su humanidad y lo que me ha “tocado” de ellos.
Tómese la molestia de mirar en cada persona para ver lo que es bello y lo que nos puede llegar. Con la noche y la simplicidad de lugares y personas, surge una dulzura verdadera, una belleza verdadera, la poesía verdadera. Esto lo que subyace y lo que ha motivado mi trabajo en los últimos años, es la idea según la cual siempre hay luz por poco que uno se tome la molestia de mirar. Por eso que no usé en mis fotos, luz adicional. Fotografío con la luz del lugar donde estoy. No uso ni flash, ni iluminación artificial. Para mí es un poco el concepto que tengo del mundo: incluso cuando todo está oscuro debemos buscar la luz, ya que está en algún lugar.
Mondafrique: ¿Por expuso a continuación en París y no en otras ciudades africanas?
O.L.: La exposición se hizo en Kinshasa y en Katanga, los lugares en los que hice las fotografías. Luego, en París porque soy franco-camerunesa y vivo en parte en París y luego porque esta ciudad es un lugar de visita obligada en el mundo de la cultura, en el arte contemporáneo. Era importante para mí como fotógrafa enseñar mi trabajo a personas que tienen un ojo que discierne. Quería tener opiniones diferentes de las que uno puede tener cuando se muestran sus fotografías en el contexto en que fueron tomadas. Y París… ¡porque es París!
Mondafrique: ¿Cómo fue recibida su exposición?
O.L.: La primera exposición en París fue muy corta. Pero tuvo un éxito que nunca esperé. He tenido comentarios muy positivos.
Además todo esto me recordó las palabras de Picasso que dijo que cuando a todo el mundo le encanta tu trabajo es que algo va mal. Esto estaba empezando a preocuparme un poco, porque todos los que vinieron a la exposición eran muy positivos y muy favorables. Pero como artista siempre es reconfortante ver que tu trabajo es bien recibido.
Mondafrique: Usted es documentalista y fotógrafa a la vez. ¿Su actividad fotográfica es tan importante como para poder vivir de ella?
O.L.: No quiero separar estas dos actividades porque para mí es un trabajo global. La realización y la fotografía forman parte de mi actividad artística. También escribo textos, hago películas, fotos …. esta es la parte visible: fotos, exposiciones, películas, pero también hay mucho trabajo detrás de todo ello cada día. Mis fotos han llegado a la gente y la gente quería comprarlas. Hago ediciones muy limitadas: 5 tirajes en tres formatos diferentes. Esto representa cinco fotos. No hago más. Ya tengo compradores y por tanto puedo decir que vivo de mi trabajo, sí.
Mondafrique: ¿Por qué una serie tanta limitada?
O.L.: Yo quería ser pintora, pero no se pintar. Y la idea de tener 250 fotos mías circulando por ahí en estos momentos en los que, con los teléfonos móviles, se pueden hacer fotos a voluntad, no me gusta la verdad. Creo que es preciso dar un cierto valor a tu trabajo y evitar que sea distribuido como “churros”.
Marie-Hélène Sylva
mondafrique.com
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