La celebración de los migrantes cuando el barco de rescate los llevó en la madrugada del martes al puerto italiano de Taranto contó con todo tipo de bailes y canciones, mientras la alegría constituía una sintonía de fondo. Previamente, los 62 africanos, principalmente del Africa central y occidental, habían sido localizados en una balsa de goma a la deriva en las aguas del mar Mediterráneo.
Open Arms, la organización no gubernamental y benéfica española, fue quien encontró el bote el pasado miércoles a 80 kilómetros de Libia. Se trata de una ONG que protege a quienes intentan comenzar una nueva vida en Europa huyendo de conflictos bélicos, persecuciones o de la pobreza presentes en Oriente Medio y África.
En un primer momento, el país italiano había rechazado aceptar a este número de migrantes en su territorio y sugirió a Open Arms que debía trasladar a las personas a Trípoli, como consecuencia de acuerdos internacionales. Sin embargo, afortunadamente Italia permitió finalmente su acogida, una vez que los guardacostas habían evacuado a otros 11 miembros del grupo, incluyendo niños y heridos. El número de migrantes que llegan a Europa ha descendido mucho desde su cifra récord alcanzada en 2015. Sin embargo, todavía son miles las personas que se adentran en el mar, participando en una peligrosa aventura que fomenta el apoyo a los partidos antiinmigrantes en el viejo continente.
Nada más conocerse la llegada del barco de rescate a la costa italiana, concretamente a Taranto, tanto la policía como los médicos iniciaron las respectivas comprobaciones mientras los migrantes esperaban en fila para caminar por una estrecha pasarela. Las cifras son alarmantes, ya que, en lo que va de año, más de 1.100 migrantes han muerto o están desaparecidos en el mar tras intentar cruzar las aguas del Mediterráneo, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
«Los acontecimientos de los últimos días demuestran una vez más que cruzar el Mediterráneo sigue siendo extremadamente peligroso», dijo el director de la Oficina de Coordinación de la OIM para el Mediterráneo, Laurence Hart.
Fuente: The Standard – Imagen: Flickr
Reuters
[Edición y traducción, Gloria Cuesta Noguerales]
[Fundación Sur]
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