¿Qué tiene de peculiar este pueblo de Okere?
Okere, situado en el norte de Uganda, estaba en ruinas al final de más de una década de guerra Uganda. Ahora, la aldea destruida de 4.000 personas, se ha convertido en una ciudad próspera y sostenible. Okere City comenzó en enero de 2019. Sus 200 hectáreas cuentan con una escuela, una clínica de salud, un banco comunal y un salón comunitario que también sirve como cine, iglesia y club nocturno. La electricidad está disponible para todos, generada a partir de la energía solar, una rareza en la región, y disponen agua limpia, extraída de un pozo. También cuenta con un supermercado y un kickboxing club
¿A que se deben estos cambios tan radicales?
A la iniciativa de un hijo del pueblo y a la respuesta de la comunidad. Okello dejó el poblado de niño. Se graduó en desarrollo por la London School of Economics y luego trabajó para varias organizaciones benéficas y ONG internacionales, pero se desilusionó al ver que los proyectos fracasaban porque, dice, las comunidades no participaban en las decisiones sobre su propio futuro. Mientras descansaba bajo un árbol de karité se dio cuenta de que tenían este importante recurso natural y no lo estaban aprovechando: este árbol de karité podría ser la solución para el pueblo.
¿Ha funcionado la idea?
En agosto, llegó al mercado la manteca de karité Okere. Toda la ciudad huele a manteca de karité, y Okello ha abogado por la protección y regeneración de los árboles de karité, clasificados como una especie en peligro de extinción. Okere ahora genera ingresos. Cada proyecto, desde la escuela hasta el bar local, puede financiarse por sí mismo, por el compromiso de la comunidad
¿Quién financia el proyecto?
Okello comenzó poniendo en la empresa todos sus ahorros. Ahora el pueblo tiene un club de inversiones que consta de unos 100, miembros, la mayoría mujeres agricultoras, o propietarios de pequeñas empresas. Una vez a la semana, el club de inversiones se reúne en el salón comunitario. Las contribuciones financieras de los miembros se registran cuidadosamente y se conceden préstamos a los miembros que los necesitan. Cuando los prestatarios reembolsan el préstamo, el ciclo continúa. Este estilo de banca es particularmente importante porque es original, propio de los africanos.
Bartolomé Burgos
Más información: Okere City – @OkereCity