Observaciones generales del África 2021

12/01/2022 | Editorial

cidaf-ucm_logo_blanco-15.pngDurante todo el año que se acaba, la crisis de la covid-19 ha seguido afectando al continente africano en todos los aspectos de su vida: salud, economía, desarrollo, deporte… Aunque los países al sur del Sahara han logrado mantener la crisis bajo control, con un número relativamente bajo de casos, la pandemia sigue afectando la vida de sus habitantes.

Aceptado este hecho envolvente, que todo lo penetra, hay que decir que en África Subsahariana, con una población de más de 1.200 millones de personas, la mitad de las cuales tendrá menos de 25 años en 2050, se fragua la mayor zona de libre comercio del mundo, lo que supone una trayectoria de desarrollo completamente nueva. Sin embargo, la crisis actual entraña importantes riesgos para sus perspectivas económicas, incluido el retraso de la integración regional, el aumento de la deuda pública y la sequía de los flujos de inversión extranjera. Todo lo cual pronostica el aumento de la pobreza y el probable agravamiento de la crisis alimentaria.

Como aspecto positivo, las relaciones África-UE se ponen al día sobre cuestiones urgentes. En marzo de 2020, la UE presentó su «Estrategia integral con África». La nueva estrategia se basa en un impulso creciente en las relaciones UE-África que, al menos en el papel, acentúa una asociación de continente a continente. También las relaciones África-Estados Unidos parecen salir de la «apatía» que siguió a la época Trump.

El Banco Mundial, en su última edición de “Africa’s Pulse”, estimaba que la economía se expandiría un 3,3 % en 2021, después de contraerse un 2,1% en 2020. Esta recuperación proyectada estará respaldada por un repunte de los precios de las materias primas, la reversión de las restricciones inducidas por la pandemia y una esperada, aunque dudosa, reanudación del turismo.

Tras cuatro décadas de inquietantes injerencias militares en las incipientes democracias africanas, los últimos 20 años parecían apuntar a un cambio de tendencia con solo una media de 1,5 golpes de Estado entre los años 2001 y 2019. Sin embargo, durante 2021 se han llevado a cabo cuatro golpes militares, en Chad, Malí, Guinea y Sudán. ¿Quiere esto decir que la democracia en África está fallando? Los cierres de Internet, el amordazamiento de la oposición y de la prensa, y los intentos de cambiar la Constitución para mantenerse en el poder… parecen corroborarlo. Los golpistas aprovechan el descontento popular, por la corrupción y el mal gobierno, para llevar a cabo sus asonadas. El hecho de que en Malí y Guinea una buena parte de la población celebrara los recientes golpes de Estado, muestra que se ofrecía una buena oportunidad a los golpistas. La evidencia sugiere, sin embargo, que en muchas partes del continente está creciendo una cultura democrática sólida con ejemplos de estabilidad y alternancia pacífica.

Se han realizado casi todas las elecciones generales y presidenciales previstas en el calendario electoral de 2021. Se celebraron elecciones en Uganda, Níger, República del Congo, Yibuti, Benín, Chad, Etiopía, Santo Tomé y Príncipe, Zambia, Somalia, Cabo Verde, Gambia y Libia. No todas han sido limpias. En algunos casos la oposición ha protestado e incluso se ha abstenido. De toda evidencia, ha habido abusos por parte de algunos dirigentes en el poder y de los partidos que los apoyan. Pero también ha habido elecciones limpias y cabales. Vale la pena destacar que, a pesar de las enormes dificultades que han debido superarse, se hayan podido llevar a cabo todas estas elecciones previstas.

Los conflictos siguen siendo uno de los factores que más dificultan tanto la democracia como el desarrollo en muchos países africanos, con repercusiones en todo el continente. En África Subsahariana se cuentan, al menos, diez países afectados por conflictos de varios tipos: los terroristas de Boko Haram, los yihadistas y terroristas de varios pelajes, como Al-Shabaab; guerras civiles, como en Etiopía; secuelas del colonialismo, como en el Sáhara Occidental; o bien lucha política continuada, como en Burundi.

La Unión Africana declaró el año 2021 como “El año de las artes, la cultura y el patrimonio de la UA: palancas para construir el África que queremos”. La cultura incorpora el comportamiento social y las normas de una sociedad, así como el idioma, los conocimientos, las creencias, las tradiciones, las artes, las costumbres, las capacidades y los hábitos de una determinada comunidad. Dicha declaración, a nivel continental, quiso incentivar una mayor inversión de recursos en la cultura y el patrimonio africano por los Estados miembros como vehículo para promover y alcanzar los pretendidos objetivos de desarrollo económico y social. Durante el año 2921, África ha hecho un esfuerzo considerable para que sus objetos de arte expoliados vuelvan a casa. Un parte importante del arte africano sigue fuera del continente. La restitución permitirá reconstruir identidades colectivas maltrechas por la época colonial.

África ha demostrado un firme compromiso con la promoción de la igualdad de género y la potenciación de la mujer. Casi todos los países de este continente han ratificado la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, y, más de la mitad, ya han ratificado el Protocolo de la Unión Africana sobre los Derechos de la Mujer en África. Por supuesto, las tradiciones ancestrales y el patriarcado vigente dificultan, y a veces impiden, el cumplimiento de dichas intenciones. Con todo, hay que reconocer que estas resistencias a los derechos de la mujer son un problema universal.

Esta fue, de forma extraordinariamente sucinta, el África 2021, con sus luces y sombras.

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster