«Como obispos de la Amecea, nos entristece la disonancia de la fe cristiana y los valores del evangelio entre los cristianos de nuestras comunidades de cara a todas las acciones que socavan la diversidad, la igual dignidad, la unidad pacífica y el desarrollo humano integral. Conscientes de la respuesta negativa a los valores del evangelio, vemos la necesidad de una nueva evangelización. La re-evangelización debe basarse en la comunión con Dios, debe purificar y evangelizar la cultura y, por lo tanto, requiere de nuevos métodos y del uso de las herramientas digitales». Son las conclusiones del documento final de la XIX asamblea plenaria de la Amecea, celebrada en Addis Abeba, del 13 al 23 de julio. La Asociación de Miembros de las Conferencias Episcopales en África Oriental (AMECEA) reúne las conferencias episcopales de Eritrea, Etiopía, Kenia, Malawi, Sudán y Sudán del Sur, Tanzania, Uganda y Zambia; mientras que Djibouti y Somalia figuran como afiliados .
En el comunicado final, dirigido «a la familia de Dios en la región de la Amecea y a todas las personas de buena voluntad”, los obispos afirman estar «determinados e inspirados para seguir adelante con confianza y solidaridad en cuestiones pastorales y sociales de común interés en nuestra región». Conscientes de la complejidad que caracteriza a la región de la Amecea, aseveran: «Esta diversidad es una realidad positiva de amor y no de división. Por eso, como pastores, condenamos enérgicamente cualquier forma de manipulación a partir de las diferencias en nuestra región, que pueda socavar la dignidad de la persona humana…También condenamos firmemente la discriminación étnica en nuestras sociedades».
Reiterando lo expresado por el Concilio Vaticano II, los obispos llaman «a todos los católicos y a las personas de buena voluntad a promover, defender y apoyar la igual dignidad humana de cada persona creada a imagen de Dios. El desarrollo socio-económico, político y cultural de la sociedad está intrínsecamente conectado a la dignidad humana, mas el desarrollo humano integral no debe limitarse al aspecto económico. Para ser auténtico, éste debe enfocarse en el ser humano, cubrir todos los aspectos de su vida y orientarlo hacia el bien común.»
Asimismo, expresan su alegría por los pasos hacia la paz y el diálogo que están dando Etiopía y Eritrea. «Mientras continúa este proceso de reconciliación, la Iglesia Católica insta a las partes interesadas a asegurar que la justicia y la paz sean restauradas y que los pueblos de estos países sean involucrados en el proceso, sus voces escuchadas y que los prisioneros puedan regresar a sus casas. Las medidas tomadas por los líderes de Etiopía y de Eritrea muestran que los africanos tienen la sabiduría necesaria para resolver sus problemas de forma amistosa. El corazón se regocija también por el progreso en el diálogo de paz en Sudán del Sur: Seguimos orando por la rápida resolución del conflicto, para aliviar el sufrimiento de la gente y frenar la pérdida de vidas inocentes».
Conscientes también de la situación crítica que atraviesa la familia, célula fundamental de la Iglesia y de la sociedad, los obispos reafirman su apoyo a los programas de formación y a la asistencia pastoral de las familias en todos niveles.
En el documento hay un párrafo dedicado a los medios digitales: «A sabiendas del progreso en la evangelización a través de los medios de comunicación, invitamos a invertir en la creación de contenidos católicos interactivos en los sitios diocesanos y parroquiales, así como en las plataformas de los medios de comunicación, estaciones de radio católica, televisiones y periódicos como medio de evangelización. Llamamos también a los profesionales de los medios a ser responsables, creíbles y precisos a la hora de informar a la sociedad».
Enfatizan, además, que se debe prestar atención especial a los jóvenes, al medio ambiente y a la cooperación con los organismos de desarrollo humano integral. Añaden que la región de la Amecea es un hogar para muchos emigrantes, desplazados y refugiados, debido a la falta de respeto a la diversidad, a los derechos humanos y a la ausencia de un desarrollo económico inclusivo. Por ello, apoyan «las iniciativas pastorales y del ministerio de Papa Francisco en favor de inmigrantes y refugiados y de sus preocupaciones «.
En la parte final destacan la urgencia de constituir universidades católicas e institutos de formación superior, de formar laicos que sean ejemplo de integridad en medio de la corrupción rampante y de asegurar la protección a los menores en todas las estructuras administradas por la Iglesia
Fuente: Agencia Fides
[Fundación Sur]
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