Algunos obispos de Camerún y de Nigeria, Bruno Ateba de la diócesis católica de Maroua-Mokolo en Camerún, y Oliver Dashe Doeme, de la diócesis católica de Maiduguri, en Nigeria, afirman que el grupo terrorista islámico Boko Haram está debilitado y que los ataques que efectúa ya no tienen ni la frecuencia ni la letalidad que tenían anteriormente.
El obispo camerunés afirma que “la situación está más tranquila desde hace tiempo […] En términos militares, Boko Haram ha disminuido. Antes todos tenían armas pesadas. Hoy ya no es así, pero siguen siendo bandidos que vienen a robar comida, ganado, dinero e incluso ropa”. Pese a esta debilidad de la que informan, en las diócesis de Mutskar y Nguetchewe, “están sufriendo especialmente […] Hay dos atentados al mes porque los terroristas tienen hambre. Por la noche, la mayoría de la población de la frontera no duerme en casa. Algunos incluso duermen bajo los árboles. La mayor parte del tiempo, el ejército está allí para proteger a la población, pero los partidarios de Boko Haram en Camerún avisan a Boko Haram en Nigeria cuando los soldados no están allí”. Ateba afirma que Boko Haram no será derrotado con armas sino con educación y esperanza:
«No son las armas las que resolverán el problema de Boko Haram. Lo primero es la formación y el trabajo. Si los jóvenes tienen perspectivas, será difícil para Boko Haram reclutar nuevos miembros y lavarles el cerebro».
Fuente: RECOWA
[CIDAF-UCM]