En 1513 Maquiavelo escribió El Príncipe, obra considerada la precursora del análisis de la política moderna y de donde deriva un adjetivo que ha hecho fortuna: «maquiavélico».
No deja de ser sorprendente que unos consejos dictados hace 500 años en Florencia sean seguidos casi al pie de la letra en la Guinea Ecuatorial de hoy. Resumiendo mucho, Maquiavelo aconseja al Príncipe que debe emplear la fuerza, la astucia y si llega el caso la mentira: todo vale para mantenerse en el poder.
Dice Maquiavelo que el dirigente «no debe preocuparse de su fama de cruel si con ello mantiene la lealtad y unión de sus súbditos» porque es mucho más seguro «ser temido que ser amado» (XVII). Por desgracia no haría falta documentar mucho el uso de la fuerza y los gestos de crueldad bajo el mandato de Teodoro Obiang. Pero sólo ciñéndonos a los últimos meses, a finales de agosto del pasado año el régimen dictatorial del general dio muestras sobradas de ello al secuestrar primero y juzgar y asesinar después -sin posibilidad de recurso- a cuatro opositores acogidos en Benín. ( http://www.guinea-ecuatorial.net/ms/main.asp?cd=ni7377 )
Maquiavelo aconseja tambien que el gobernante «debe ser lo suficientemente prudente para esconder la deshonra de aquellos vicios que pudieran hacer perder el Estado», porque se encontrará a menudo «con cosas que parecen virtuosas y si las sigue provocaran su ruína, y en cambio otras cosas parecen vicios y siguiéndolas le darán seguridad y bienestar» (XV). Eso parece el guión de la vida de Obiang y su hijo Teodorín: sin ningún tipo de escrúpulo ni rubor exhiben sus actos de pillaje y lujuria encargando yates fabulosos ( http://www.elpais.com/articulo/internacional/Teodorin/Obiang/encargo/diseno/yates/caros/mundo/elpepuint/20110301elpepuint_10/Tes) o disfrutando en el Carnaval de Río ( http://oglobo.globo.com/carnaval2011/rio/mat/2011/03/07/presidente-da-guine-equatorial-esbanja-no-sambodromo-do-rio-923960514.asp). Y cuando han querido lavar su imagen, han caído en el más absoluto de los ridículos como es el caso del fallido premio ofrecido a la UNESCO ( http://elcomercio.pe/mundo/657735/noticia-unesco-retiro-premio-que-lleva-nombre-dictador-africano).
Por último, Maquiavelo aconseja «parecer comprensivo, leal, humano, íntegro, religioso…pero estar con el ánimo preparado para, en caso necesario, poder cambiar a todo lo contrario» (XVIII). Ésta es precisamente la táctica Obiang por excelencia. Recientemente, en el acto de apertura del Parlamento, señaló la necesidad de avanzar en la democratización del país, aunque dentro de un orden, para no caer en la rebeldía y la desobediencia civil (http://www.guineaecuatorialpress.com/noticia.php?id=1408). Apenas dos dias después denegaba el permiso para unos mítines del CPDS ( hhttp://www.asodegue.org/marzo2611.htm) y cuatro dias más tarde también prohibía una concentración de UP (http://www.asodegue.org/marzo23113.htm). O sea prometer una cosa para acto seguido hacer la contraria.
El último capítulo de esta historia ha sido la reunión del Presidente con los partidos políticos donde volvió a prometer reformas constitucionales ([ http://www.asodegue.org/marzo29115.htm).
Con todo este juego dilatorio es probable que Obiang Nguema sólo quiera ganar tiempo de cara a completar su agenda como presidente de turno de la Unión Africana en la Cumbre a celebrar en Malabo en junio de este año. Y con la esperanza de llegar a las próximas citas del G-20 en octubre y la Copa de África en el 2012, es probable que el dictador tenga en mente un último consejo maquiavélico: «hay dos maneras de combatir: con las leyes y con la fuerza. La primera es propia de los hombres, la segunda de las bestias. A menudo no es suficiente la primera forma y es conveniente usar la segunda. Por tanto, un Príncipe debe saber hacer como las bestias y como el hombre» (XVIII).
