Obama y Clinton han traido de vuelta la esclavitud a Libia

4/05/2017 | Opinión

1179124.jpgLa destrucción deliberada de Libia fue un crimen de guerra según todas las normas del derecho internacional. Ese país fue sólo una víctima del plan estadounidense para eliminar los gobiernos seculares en el Medio Oriente. Bajo el disfraz de una falsa «responsabilidad de proteger», y con la cobertura de organizaciones como Human Rights Watch, la propaganda estadounidense dio a una atrocidad la apariencia de un acto humanitario.

Casi todos los días hay un nuevo informe de desesperados migrantes rescatados en el mar en el Mediterráneo. Algunos son menos afortunados y se encuentran entre los 12.000 que han muerto en los últimos tres años. Su punto de embarque es Libia, una nación convertida ahora un refugio para los traficantes de personas a causa del presidente Barack Obama y su secretaria de Estado, Hillary Clinton.

Ahora vienen los informes de los medios de comunicación y de la Organización Internacional para las Migraciones de que los inmigrantes africanos están siendo abiertamente comprados y vendidos en Libia. Esta práctica no se llevaría a cabo si Muammar Gaddafi no hubiera sido asesinado por los yihadistas respaldados por Estados Unidos en 2011.

El éxito de Obama en Libia desencadenó un sin fin de desastres. Libia es una zona caliente de la actividad de ISIS junto con Irak y Siria. No es una coincidencia que los tres países fueran blanco del cambio de régimen estadounidense. Incluso el embajador estadounidense en Libia fue víctima de las maquinaciones de su gobierno en Benghazi.

Obama y Clinton esperaban continuar su victoria en Siria, pero el presidente Assad fue más fuerte de lo que esperaban. Cuando los rusos demostraron ser un aliado inseguro, Obama y Clinton no aceptaron un «no» por una respuesta. Insistieron en que Assad se tenía que ir y no les importaba cuántos sirios morían o se convertían en refugiados durante el proceso. Ahora el derramamiento de sangre continúa bajo una nueva administración.

Los países europeos luchan para lidiar con el flujo de personas de Siria y Libia que estarían en sus patrias si no fuera por los diseños de Estados Unidos en esa parte del mundo. Sin embargo, los medios corporativos no dicen nada. Pueden informar sobre la crisis de los refugiados y la crisis de los inmigrantes sin nunca declarar lo que es fácilmente demostrable, que Estados Unidos es enteramente responsable de los sufrimientos.

No puede haber un plan para revivir el movimiento por la paz que no incluya un cálculo de responsabilidad por los desastres que Obama y Clinton trajeron al mundo. «Vinimos, vimos, murió», es una de las declaraciones más memorables de Hillary Clinton, memorable por todas las razones equivocadas. Obama sabía no ser tan grosero, pero en privado llamó a Libia un «espectáculo de mierda» como si fuera un espectador y no el perpetrador.

Mientras los medios de comunicación corporativos hacen eco de atrocidades supuestamente cometidas por el gobierno sirio, las atrocidades causadas directamente por el gobierno estadounidense no se mencionan. O más bien se informa de que no hay ningún contexto de responsabilidad americana.

Incluso los informes de prensa sobre la trata de esclavos en Libia siguen el mismo lenguaje proscrito. Dirán que Gaddafi fue un autócrata y un dictador, pero omite que el desastre humanitario fue llevado a cabo por los Estados Unidos, la OTAN y los monarcas del Golfo. El desmembramiento de Libia es uno de los muchos crímenes que se empujan convenientemente por el agujero de la memoria.

Ahora vemos la suprema y terrible ironía. El primer presidente negro de Estados Unidos es responsable de la esclavitud que tiene lugar en un próspero país africano y su papel está cubierto por personas que tendrían que haber condenado sus acciones.

Los medios corporativos no cumplen con sus obligaciones más básicas. Repiten mentiras si son dichas por la gente que deciden proteger. Ocultan la verdad y la hacen desaparecer del discurso y de la historia si ciertas personas lo ordenan. Pero ese engaño no debe silenciar a las personas que están contra la guerra. Cuando leen o escuchan acerca de los refugiados y los inmigrantes que mueren o se venden como esclavos deben declarar en voz alta y clara que Obama y Clinton son los villanos en la historia.

Margaret Kimberley

Fuente:Pambazuka

[Traducción y edición, Fernando Martín]

[Fundación Sur]


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