Obama, África Subsahariana y la Historia, por Fernando Díaz y Albert Caramés

23/07/2015 | Bitácora africana

Que la política de Obama en África Subsahariana ha cambiado desde que fuera elegido presidente allá por 2008 es una evidencia. Baste ver que durante la primera legislatura, a pesar de las grandes expectativas que generó su elección, los presidentes africanos terminaron por reconocer que la Administración Bush había hecho más por ellos que el ex Senador de Chicago. Son muchos los retos que tiene la política norteamericana en África Subsahariana, y algunos de ellos serán abordados en la visita que mañana viernes Barack Obama comenzará en Kenia y le llevará a Etiopía.

Las segundas legislaturas presidenciales suelen ser en Estados Unidos tradicionalmente más enfocadas a potenciar la imagen exterior del presidente. Especialmente los dos últimos años. Un presidente que ya no tiene nada que temer en el plano interno, termina centrándose en la consecución de la paz en Oriente Medio, o algún otro gran objetivo –retomar las relaciones con Cuba o realizar acuerdos nucleares con Irán, por ejemplo. Algo por lo que el resto del mundo pueda reconocerle durante los siguientes años de permanente tour conferenciante. Pero en el caso de Obama y África el fuerte incremento de la política china en la región, donde ya es evidente que es el primer actor, ha hecho que esta gira sea aún más importante.

Las relaciones económicas con África Subsahariana

Estados Unidos ha desatendido y subestimado las relaciones con los gobiernos de África Subsahariana durante tanto tiempo, que ahora, en busca de algo de relevancia y en un intento de tomar el control, se ve forzado a realizar cumbres de dimensiones faraónicas como la que tuvo lugar en agosto de 2014 en Washigton. Durante tres días, Obama reunió a la mayor cantidad de Primeros Ministros y Presidentes africanos que se ha visto en una conferencia internacional. A los que se les sumaron otros tantos Ministros de diversos ramos. Ninguno tuvo acceso en solitario a Obama, pero a cambio se les ofrecieron giras por el país acompañados de algunos de los CEOs más importantes de las principales empresas. Todo agasajo era poco para intentar contentar y recuperar el terreno perdido. En el centro de todas las reuniones una idea: que el desarrollo de África tiene que venir por el camino de la empresa privada, y desde la Inversión Extranjera Directa (IED).

Las relaciones EEUU-Kenia.

En este contexto, Obama anunció en marzo pasado que visitaría durante el verano tanto Kenia como Etiopía. El país originario del padre de Barack Obama, Kenia, acogerá la primera visita de un presidente estadounidense. No será la primera vez que Obama visite el país, pero sí la primera que lo haga como máxima autoridad. Más allá de los lazos familiares, la visita a Kenia se explica por las estrechas relaciones bilaterales en la lucha contra el terrorismo. La amenaza persistente del grupo yihadista Al-Shabaab, quien ha cometido diversos ataques en suelo keniata -los de mayor impacto fueron en el centro comercial de Westgate en 2014 y la universidad de Garissa en el abril del presente año- han copado la atención mediática del país. La política del AFRICOM –cuya base se ha situado en España según acuerdo del Consejo de Ministros de Rajoy- tendrá mucho que decir en esta gira.

No obstante, la agenda exterior no debería esconder la necesidad de mejoras sustanciales en la política keniata, y no sería la primera vez que Obama interviene en la política interna de Kenia de manera oficial. A pesar de que la visita se enmarque en la asistencia a la Cumbre Mundial de la Emprendeduría, una demanda de mayor transparencia hacia su homólogo, el presidente Uhuru Kenyatta, se hace necesaria. Será interesante ver cómo gestiona la oficina de Obama las reuniones con Kenyatta, quien era acusado por el Tribunal Penal Internacional de crímenes durante las revueltas electorales de 2008. Un caso que fue cerrado en falso a finales de 2014, al negarse el gobierno que él mismo presidía a aportar las pruebas que solicitaba el fiscal.

La lucha contra la corrupción es otro de los puntos estructurales a tratar, afectando a todos los niveles de la administración. Así, la sociedad civil pide que se aprovechen las estrechas relaciones para pedir un respeto de las libertades esenciales para la ciudadanía. La unidad policial antiterrorista se sitúa en el ojo del huracán, con acusaciones de ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzosas de sospechosos de terrorismo en la capital, la zona costera y el noreste del país.

La lucha contra la homofobia debería ser otro aspecto esencial a tratar. La reciente decisión de la Corte Suprema estadounidense de permitir legalmente el matrimonio homosexual ha provocado que la iglesia evangélica keniata haya exhortado a Obama de abstenerse de hacer comentarios sobre los derechos del colectivo LGTBI y un colectivo homófobo amenaza con recibirle con 5.000 hombres desnudos. En este sentido, no es una visita diplomática a un foro económico la que conseguirá atenuar actitudes homófobas.

Segunda estación, Etiopía tras las elecciones

De derechos y libertades también se puede hablar en motivo la primera visita del presidente estadounidense a Etiopía. De nuevo, la visita debe entenderse en clave internacional. Etiopía es el tercer país que más contribuye con tropas en las misiones de mantenimiento de la paz, pero sobre todo por albergar la sede de la Unión Africana. Tras la firma de los acuerdos de colaboración entre la institución africana y EEUU, para la financiación en proyectos de formación y juventud, la “casualidad” ha hecho que 5 blogueros y periodistas hayan sido liberados recientemente. Así, la alianza en la lucha contra la expresión radical del extremismo al este del continente africano, lleva que no se trate las violaciones sistemáticas de los derechos humanos. 25 años con el Ethiopian People’s Revolutionary Democratic Front (EPRDF) al poder -en algún caso, como en 2010, con una victoria a la búlgara, con el 99.6% de los votos- no da garantías de estabilidad democrática.

No parece que Obama muestre excesiva preocupación al respecto ya que es el principal donante del país etíope, aportando casi la mitad del presupuesto estatal. Esta narrativa se ve reforzada cuando el Banco Mundial la mejora en índices de desarrollo en los últimos 30 años: descenso mortalidad infantil -de 224 ‰ en 1984 a 64 en 2013- o el aumento del PIB per cápita -de 265$ per cápita en 1984 a 568 en 2013-, entre los principales ejemplos, llegando a considerarse la economía que más crece a nivel mundial, pero al precio de coartar las libertades políticas y sociales.

La agenda del desarrollo

Pero si en algo puede dejar su impronta Barack Obama es en la Agenda Post 2015, y es un tema que afectará de lleno a los países subsaharianos. La reciente cumbre para la financiación del desarrollo realizada en Addis Abeba ha supuesto un nuevo ejercicio diplomático de pensamiento positivo, al tiempo que una decepción en el seno de la sociedad civil internacional. Pocos acuerdos y mal enfocados. En este escenario, la cumbre final sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio y la Agenda Post 2015 que se celebrará en septiembre de este año cobra aún más importancia para el bienestar de los africanos y de las africanas. Un Barack Obama, que hace tiempo habló de la desigualdad como el principal reto de la sociedad internacional para las próximas décadas, tendrá la oportunidad de dejar como legado unos verdaderos compromisos de la comunidad internacional en materia de desarrollo. No se trata de la paz en Oriente Medio, pero no está mal para dejar la Historia.

Por Albert Caramés & Fernando Díaz

Original en : africaye.org

Autor

  • Fernando Díaz es un politólogo madrileño que reside en Barcelona. Es experto en cooperación, África Subsahariana, política internacional y agua. Ha trabajado para Naciones Unidas, también para diferentes ONGD's y como consultor independiente. Desde 2006 escribe en el blog El Señor Kurtz. También le puedes encontrar en su cuenta de Twitter @elsituacionista.

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