Entre el 23 y 28 de octubre de 1997, los soldados del APR (Ejército patriótico ruandés) mataron entre 5.000 y 8.000 civiles que se habían refugiado en la gruta de Nyakimana para huir de las represalias ejercidas por los soldados del general Kagame en el marco de la guerra que hacía furor entre éstos y los “abacengezi” (infiltrados en el norte de Ruanda. A pesar de que el número de víctimas recuerda la masacre de Kibeho perpetrada el 22 de abril de 1995 (1) ante los ojos de la comunidad internacional, como los cascos azules de la ONU, así como de Srebrenica, considerada como la “peor masacre cometida en Europa desde el fin de la segunda guerra mundial”, la masacre de Nyakimana sigue siendo totalmente desconocida del gran público y, concretamente de los mismos ruandeses.
En este artículo, Jambonews vuelve sobre esta masacre, documentada concretamente por Amnistía Internacional en su informe “Ruanda – Los civiles atrapados en el conflicto armado – Ni se pueden contar los muertos”.
Entre el 23 y 28 de octubre de 1997: jornadas negras en Nyakimana
Numerosos civiles no armados fueron matados en Ruanda en el transcurso del año 1997. La mayoría de las matanzas fueron cometidas en las prefecturas de Gisenyi y Ruhengeri con el telón de fondo de la sangrienta guerra entre el APR y los infiltrados “Abacengezi”
El episodio de la gruta había estado precedido por enfrentamientos entre el APR y los grupos de oposición armados en el mercado de Mahoko, situado en el municipio de Kanama, prefectura de Gisenyi, entre el 8 y 10 de agosto de 1997. Estos enfrentamientos habían provocado que varios millares de habitantes, “aterrorizados por los soldados del APR y por los grupos armados de oposición (…) que la tomaban tanto con los militares como con los civiles”, abandonaran sus hogares (2). Así fue como habitantes de los sectores Bisizi, Kanama, Karambo y Kayove habían huido hacia los sectores de Kigarama y Mukondo (3).
A mediados de octubre, los soldados del APR irrumpían en los lugares donde vivían los desplazados pidiéndoles que regresaran a sus casas. La población había rehusado hacerlo, evocando que la inseguridad que la había obligado a huir seguía persistiendo. Como respuesta, los soldados del APR dispararon sobre la masa de gente para forzar su retorno a sus logares de origen. Amnistía Internacional en ese momento no había podido verificar el número de personas muertas bajo las balas de los militares ni el número de personas fallecidas en camino o que fueran asesinadas una vez reconducidas a sus casas en el sector de Kayove (4).
El resto de los desplazados, estimados entre 5.000 y 8.000, entre ellos mujeres y niños se refugiaron en la grutas de Nyakimana para escapar de los militares del APR que los tomaban como blanco y habían instalado barreras en los caminos para impedirles huir (5).
Unos días más tarde, el 23 de octubre de 1997, los soldados del APR atacaron la gruta con granadas y otros explosivos y cerraron la entrada con cemento y piedras para impedir cualquier huida; mataron y condenaron a una muerte terrible a todas las personas que se habían refugiado en el interior de la gruta.
Según un testigo, que perdió una veintena de miembros de su familia matados en las grutas, interrogado por VRT, principal cadena de la televisión belga, entre 8.000 y 12.000 civiles de cuatro sectores habían adoptado la costumbre desde hacía varias semanas de refugiarse en la grutas en caso de enfrentamientos entre el APR y los infiltrados, “todos los que penetraron en la grutas murieron””.
La intervención de los medios de comunicación internacionales
Esta masacre habría podido pasar desapercibida ante la comunidad internacional sin los testimonios de personas refugiadas en las grutas que, in extremis, habían podido salir. Una de ellas, que había podido salir el 23 justo el inicio del ataque y que no pudo regresar para recuperar a su familia ya que los militares asediaban la gruta cuando regresó, marchó a Kigali desde donde alertó por fax al resto de su familia en Bélgica. Así fue como el Centro de Lucha contra la Impunidad y la Injusticia en Ruanda (CLIIR) lanzó la alerta a los medios y a la comunidad internacional por medio del comunicado nº22/97 del 22 de noviembre de 1997.
Revelada la masacre, las autoridades ruandesas negaron en un primer momento los hechos, pero terminaron por alegar que la gruta era una base para los infiltrados y que en ese contexto habían cerrado las entradas para impedir que los rebeldes armados huyeran. Nunca admitieron que miles de civiles no armados se encontraban en el interior (6).
Amnistía Internacional ha precisado que no fue capaz de confirmar si entre la población escondida en la gruta de Nyakimana se encontraban efectivamente elementos armados. Sin embargo, precisa “las informaciones obtenidas de las personas presentes en el lugar indican que los que fueron matados entre el 23 y el 28 eran principalmente civiles no armados, entre ellos mujeres e hijos jóvenes que habían venido para ponerse al abrigo” (7).
Para el Centro de lucha contra la impunidad e injusticia en Ruanda, “Las declaraciones que han sido difundidas por el APR que daban fe del descubrimiento de una red de grutas que servían al Mando de la rebelión son totalmente falsas y tratan de proteger a los responsables militares que han cometido esta masacre comparable a la de Kibeho. Contrariamente a lo que APR ha anunciado, la gruta no contenía ningún infiltrado. ¡A no ser que toda la población hutu sea considerada como “infiltrada”! (8).
El Centro había pedido al ejército ruandés que permitiera el acceso a la grupa a los observadores de los derechos humanos de la ONU dado que si como pretendía el APR “la gruta no era sino la base de la rebelión y no contenía más que municiones y alimentos, no debía tener ningún miedo a reabrir la gruta y permitir su inspección por investigadores independientes”; el ejército rechazó categóricamente toda solicitud de inspección por parte de observadores independientes. (9)
Ruhumuza Mbonyumutwa – Constance Mutimukeye
[Traducción, Ramón Arozarena]
Fuente : Jambonews
Notas:
[1]http://www.jambonews.net/actualites/20180422-kibeho-1995-20-ans-apres-un-massacre-aux-oubliettes-de-lhistoire-rwandaise/
[2]Amnesty international, « Rwanda – Les civils pris au piège dans le conflit armé, On ne peut plus compter les morts», puesta al día del informe publicado el 25 de septiembre de 1997, p.3.
[3]Centre de Lutte contre l’impunité et l’injustice au Rwanda, communiqué n°22/97 du 22 novembre 1997
[4]Amnesty international,o.c.p. 8.
[5]Ibid.
[6]Amnesty international, o.c., p. 9.
[7]Ibid.
[8]Communiqué n°22/97, o.c.
[9]Ibid.
[Fundación Sur]
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