La policía antidisturbios de Zimbabue dispersó la semana pasada miembros de la oposición que escuchaban el discurso del líder del Movimiento por el Cambio Democrático, Nelson Chamisa, mediante el uso de gas lacrimógeno. Decenas de personas se vieron afectadas por la represión policial que se produjo en la capital, Harare. Según informan medios locales, las fuerzas policiales acordonaron la sede del Movimiento por el Cambio Democrático antes de que Nelson Chamisa realizase su discurso y patrullaron con cañones de agua.
El último episodio de represión policial se produce en un creciente clima de descontento de la sociedad, que presenta una visión progresivamente menos favorable del presidente Emmerson Mnangagwa. Zimbabue se encuentra sumida actualmente dentro de la crisis económica más severa que ha azotado al país en más de una década, lo cual ha revertido en el derrumbamiento del sistema de salud nacional.
Chamisa sigue disputando su estrecha derrota ante Mnangagwa en las elecciones del año pasado. La dispersión por la policía antidisturbios de la reunión en la sede del Movimiento por el Cambio Democrático, que produjo varios heridos, ha sido calificado por Chamisa como una “nueva escalada en los niveles de dictadura de Mnangagwa”. Recalcó que, “nuestro país está ardiendo… ¿Por qué golpear a la gente que está en su oficina central? ¿Es el MDC ahora un partido prohibido?«.
El líder de la oposición reiteró sus demandas de diálogo para formar lo que llamó una «autoridad de transición» encargada de llevar a cabo reformas democráticas y unas elecciones creíbles. Chamisa afirmó que los aplastantes problemas económicos de Zimbabue equivalen a un «genocidio suave». En los últimos meses sólo se han permitido marchas progubernamentales, mientras que movimientos similares de la oposición, los sindicatos y los grupos de derechos humanos se han enfrentado con una fuerte acción policial.
La policía niega las acusaciones de que habían prohibido este último evento. El portavoz de la policía, Paul Nyathi, declaró que la policía y los organizadores de la oposición acordaron trasladar el evento a un lugar en las afueras de la ciudad. La oposición dijo que tenía una carta confirmando la prohibición. Las últimas acciones «muestran cómo el espacio democrático sigue siendo suprimido al igual que en tiempos de Mugabe». Algunos zimbabuenses alegan que la represión es ahora peor que la de Mugabe.
Las frustración crece entre la ciudadanía de Zimbabue a medida que la economía se desmorona. La inflación del país fue calculada por última vez en un 300 % por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en agosto, la segunda más alta después de Venezuela.
Fuente: Africanews – Imagen: Flickr
[Traducción y edición, Claudia Durá]
[Fundación Sur]
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