Según un portavoz del equipo de seguridad libio además de los secuestrados también murieron en el ataque, ocurrido el viernes, 8 guardias.
El campo de al-Ghani está operado por la empresa al-Harouge, una subsidiaria de la Compañía Nacional libia de Petróleo (NOC). La NOC ya habría denunciado anteriormente la desaparición de un austriaco y un filipino.
Según el portavoz del Departamento filipino de Asuntos Exteriores, Charles Jose, cuatro filipinos, dos trabajadores de Bangladesh, un ghanés, un checo y un austríaco fueron secuestrados.
El portavoz, que se basó en un informe de la Embajada de Filipinas en Libia, aseguró que no estaba en condiciones de confirmar la identidad de los secuestradores, y agregó que nadie había solicitado un rescate.
Sin embargo, en Viena, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Austria dijo que información fiable permitía suponer que el grupo de rehenes se encontraba en manos de los terroristas de la IE. Según la misma fuente, todos los extranjeros secuestrados estaban indemnes cuando se los llevaron en vehículos hacia el norte.
En total, desde el comienzo del año, siete filipinos han sido secuestrados en Libia. Tres ciudadanos filipinos fueron capturados a principios de febrero en el campo petrolero de al-Mabrouk, al este de Trípoli y su paradero sigue siendo desconocido.
Durante varias semanas, Libia ha sido el escenario de una serie de ataques atribuidos grupo yihadista IE que controla grandes extensiones extensiones de territorio en Siria e Irak.
En julio de 2014, cuando el gobierno de Filipinas ordenó la repatriación delos trabajadores de este país, había unos 13.000 trabajando, según el Ministerio de Asuntos Exteriores. Desde entonces, miles de filipinos han abandonado Libia, pero 4.000 todavía se encuentran en el país trabajando atraídos por salarios mucho más altos de los que recibirían en Filipinas. Aproximadamente el 10% de los 100 millones de filipinos trabajan en el extranjero.
afriqueinside.com – (Fundación Sur)