Miles de personas se manifestaron el día 8 de mayo en Marruecos, demandando reformas en la dinastía más longeva del mundo árabe y por la violencia contra los militantes de la oposición, después del ataque terrorista mortal.
Las manifestaciones de Marrakech y Casablanca han sido las últimas de una serie de protestas organizadas por un movimiento de jóvenes 20 de febrero, y han supuesto un reto al gobierno del rey Mohamed, que debe tener cuidado por si las protestas pudieran acabar como las del estilo egipcio.
En Marraquech, la marcha pasó por el café en el que murieron 17 personas, de los cuales 8 eran franceses, por un ataque bomba el pasado 28 de abril. Las autoridades arrestaron la semana pasada a tres sospechosos y declaraon que el cabecilla era leal a Al Qaeda.
El ala del norte de África del grupo, Al Qaeda del Magreb Islámico, declaró el día 7 de mayo que no es responsable del ataque bomba de Marraquech, el primer atentado de este tipo desde 2003.
Un oficial del gobierno aseguró que en la marcha de Marraquech había hasta 3.000 personas, aunque otros informes más independientes aseguraban que los manifestantes rondaban los 8.000.
He participado en todas las manifestaciones y esta, con mucho, ha sido la más grande, declaró un joven de Marraquech.
Los manifestantes llevaban pancartas que decían “Queremos libertad y seguridad” y “nos oponemos al terrorismo y la intimidación”, entre otros carteles que criticaban la corrupción.
La presencia de fuerzas de seguridad uniformada en las manifestaciones era leve, con los servicios de seguridad aparcados a los lados de la calle, pero se podía ver a un gran número de oficiales vestidos de paisano tomando notas y hablando por sus teléfonos móviles, según contaron los testigos.
También según los testigos, en la manifestación de la ciudad más grande del país, Casablanca, participaron unas 8.000 personas.
Las protestas en Túnez lograron derrocar a Ben Ali cuando los sindicatos se unieron a los manifestantes, pero los sindicatos marroquíes no se han unido a las manifestaciones del pasado domingo, día 8 de mayo.
El gobierno anunció en abril que aumentaría los salarios mínimos del sector público, en la última de una serie de concesiones que pretenden evitar cualquier contagio de las revueltas del resto de países árabes.
También se ha nombrado un comité para reformar la constitución, con el objetivo de ceder más poderes a las instituciones, y con la promesa de hacer que la justicia sea independiente y libre, además de la liberación de algunos prisioneros políticos.
(IOL, 09-05-11)
