La oposición de Senegal ha convocado una nueva manifestación de protesta el día 20 de febrero, lo cual hace temer nuevos actos de violencia, días antes de las elecciones presidenciales a las que el actual presidente Abdoulaye Wade se presenta por tercera vez, desencadenando el enfado en una nación que normalmente destaca por su estabilidad.
Las tensiones aumentan justo seis días antes de las elecciones en un país en que nunca se ha producido un golpe de estado y conocido por ser una de las democracias pioneras del continente.
Senegal a “sangre y fuego” titulaban el pasado fin de semana varios periódicos, después de que los últimos disturbios del domingo, dejasen otra persona muerta, elevando a seis el número de muertos desde que comenzaron las protestas a finales de enero.
El Movimiento de oposición M23, o 23 de junio, planea seguir presionando a Wade, de 85 años, para que abandone la candidatura a las presidenciales el próximo 26 de febrero. “Convocamos una protesta a las 15 horas en la plaza de la independencia”, declaró el coordinador del M23 Alioune Tine.
La plaza verde, en el centro del suburbio de Plateau, con sucias fuentes que no han visto agua desde hace años, está a unas manzanas del palacio presidencial y ha estado fuertemente custodiada por la policía.
La semana pasada los manifestantes que se aproximaban se enfrentaron con las fuerzas de seguridad en las calles adyacentes mientras intentaban romper la prohibición de manifestarse allí.
Durante las batallas campales, la policía disparó gas lacrimógeno dentro de una mezquita perteneciente a la hermandad islámica más grande del país, los Tidianes, desatando la furia entre los fieles y nuevos enfrentamientos con la policía.
Lo que comenzó como una manifestación pacífica degeneró en una tensa confrontación con la policía que duró horas, cuando los jóvenes furiosos lanzaron piedras a la policía y encendieron fuegos en las principales calles. Las fuerzas de seguridad respondieron con balas de goma y gases lacrimógenos potentes e invisibles.
Senegal tiene una de las democracias más antiguas de África, cuyas primeras elecciones datan de 1848, cuando un representante senegalés fue elegido para la cámara de diputados franceses.
También tiene el segundo presidente más viejo del continente, después del de Zimbabue, Robert Mugabe, que tiene 88, aunque muchos afirman que Wade es dos años mayor, y que su certificado de nacimiento no dice la verdad.
Wade fue elegido por primera vez en 2000 desatando la euforia en el país, porque había vencido al impopular partido socialista, sin embargo se ha enfrentado cada vez a un mayor descontento por la subida del precio de los alimentos, los agobiantes apagones de electricidad y sus esfuerzos por permanecer en el poder. También considerado como un intento de dejar preparada la sucesión a su hijo Karim Wade.
(The Namibian, 21-02-12)