La minería ilegal vuelve a ser foco de atención en Sudáfrica tras permanecer atrapados desde el pasado 7 de septiembre un grupo indeterminado de personas en una mina abandonada de Langlaagte, al sur de la ciudad sudafricana de Johannesburgo.
Espacios informativos de la televisión mostraron imágenes del hallazgo anoche de tres cuerpos por parte de equipos de voluntarios.
Familiares y miembros de la comunidad iniciaron labores de rescate por su cuenta después que las autoridades locales detuvieron las operaciones en la mañana del martes 13 de septiembre , citando factores de riesgo provocadas por el fuego subterráneo y la alta concentración de monóxido de carbono.
Durante la visita a la zona el lunes 12 , el ministro de Recursos Minerales, Mosebenzi Zwane, advirtió que no se debía llevar a cabo la operación de búsqueda independientemente de las autoridades por los riesgos que esto representa.
Sin embargo, se cree que 22 voluntarios entraron en el pozo y regresaron con los cuerpos de dos de los que aún permanecían atrapados.
La Policía dijo que un grupo de 16 hombres aparentemente pasó por el hueco de la mina el jueves pasado para intentar rescatar a otros compañeros que habían quedado en la profundidad el día anterior.
En este momento hay un número indeterminado en el pozo de la George Harrison, una mina declarada patrimonio, ya que fue el primer sitio donde se descubrió oro en Johannesburgo.
La Cámara de Minas dijo que la minería ilegal sigue en aumento en Sudáfrica. Se dice que las organizaciones criminales están implicadas en este tipo de operaciones ilícitas.
El informe 2016 de la Cámara reveló que más de 14 mil personas están involucradas en la minería ilegal, que cuesta unos seis mil millones de rands (unos 407 millones 608 mil dólares) al año.
Ello significa que unos seis mil personas estarían constantemente excavando en silos subterráneos, y otras ocho mil trabajando en las superficies.
Prensa Latina
Fundación Sur