Nuestra contribución es estar al servicio de todos

2/02/2015 | Entrevistas

D. Filomeno Vieira Dias, que tomó posesión del cargo de arzobispo de la archidiócesis de Luanda el sábado 31 de Enero, concedió una entrevista, en exclusiva, al Jornal de Angola, en la que declaró que la Iglesia se centrará en la relación con el Estado, el diálogo y las cuestiones problemáticas y preocupantes.

Citó como ejemplos, los problemas de la educación de la juventud, el empleo, la salud y la pobreza. El arzobispo quiere una Iglesia al servicio de todos, cuyo objetivo es situar el centro de la sociedad a las personas y a la Nación angoleña. D. Filomeno pidió a los políticos que en los programas de sus partidos también traten de centrarse en los ciudadanos y en el país, buscando siempre lo que es mejor para todos y sobre todo «para el individuo y la felicidad colectiva.»

Jornal de Angola: ¿Cómo recibió la noticia del nombramiento para dirigir la Iglesia en Luanda?

D. Filomeno Vieira Dias: La recibí con cierta sorpresa. Estaba en Cabinda trabajando en el inicio del año pastoral, que para nosotros comienza con la preparación de la Navidad, cuando recibí la noticia. Dudé porque tenía muchos planes para la Diócesis de Cabinda. Acabábamos de hacer la Asamblea Diocesana, pero luego me di cuenta de que estamos para servir y servir donde la Iglesia nos necesita. De ahí que, confiando en la gracia de Dios, acepté la invitación y me vine a Luanda.

JA: ¿Cuáles son los principales desafíos de la Iglesia en Luanda?

FVD: Cuando empecé a pensar en lo que significa Luanda con sus seis millones de habitantes, el principal centro económico del país, con una confluencia enorme de personas procedentes de diversas partes del país y del mundo, me dije que tenía ante mí un inmenso desafío. Pero sé que no voy a trabajar solo. Voy a ser el animador de una comunidad de personas dispuestas a trabajar para la iglesia: sacerdotes, monjas, religiosos, laicos, etc., personas muy dedicadas y que ya han hecho un gran trabajo. Así que ahora voy a escucharlos y compartir con ellos las ideas y nos pondremos a trabajar en lo que es urgente. Pero el trabajo no nos va a faltar en Luanda.

JA: ¿Hasta el nombramiento del nuevo obispo de Cabinda, cómo va a administrar las dos diócesis?

FVD: Es una buena pregunta. Por supuesto que tengo que dividir mi tiempo entre Cabinda y Luanda. Por un lado, preparar gradualmente esta transición en Cabinda, para que el nuevo obispo encuentre la diócesis en las mejores condiciones para comenzar su ministerio. Y por otro lado, me iré acercando a la realidad pastoral de Luanda.

JA: ¿Será un predicador itinerante en un futuro próximo?

FVD: Mi vida estará entre Luanda y Cabinda con el corazón aún en Cabinda.

JA: ¿Está satisfecho con los resultados del gobierno pastoral de la Diócesis de Cabinda?

FVD: Siempre nos fijamos en los resultados con una perspectiva espiritual. Concienzudamente he tratado de hacerlo lo mejor posible, de aportar mi granito de arena para que la comunidad de Cabinda pueda desarrollar y dar respuestas a los desafíos y las esperanzas de la comunidad, ya que la Iglesia no está sólo al servicio de los católicos, sino al servicio de todos, en todo lo que pueda contribuir al bien y a la felicidad de los hombres. Creo que hemos, sobre todo, creado una hermandad entre todos los fieles católicos.

JA: ¿Qué piensa usted de los atentados en Nigeria encaminadas principalmente a los cristianos?

FVD: Es una situación de lo más triste porque cada vez que se atenta contra una vida humana, la gente se siente lastimada, ofendida. Vivimos un momento de tristeza al mismo tiempo que lo deploramos. Dios es alguien comprometido con la vida y con el hombre. Por lo tanto, es un error actuar, en nombre de Dios, con violencia y quitar la vida a otro y matar a inocentes. Es una situación que nos afecta a todos y todos debemos buscar respuestas.

JA: ¿Qué se necesita para poner fin a la intolerancia religiosa?

FVD: Los gobiernos no son los principales responsables de la intolerancia religiosa, pero si son capaces, de forma indirecta, de contribuir a que esta mentalidad no sea dominante o predominante. Los gobiernos pueden contribuir, no sólo a través de la educación y la formación, sino también a través de los medios de comunicación, los artistas, los escritores, los actores, los periodistas. Todo el mundo debe contribuir a crear una cultura de tolerancia y respeto por los demás. El respeto por la diferencia y por lo que es diferente.

JA: ¿Qué debemos hacer, concretamente?

FVD: Debemos crear una cultura que nos lleve a admitir lo diferente, no como una amenaza o un enemigo a destruir. Debemos crear una cultura y un entorno social en el que nos acostumbremos a vivir con respeto las opciones y las decisiones de los demás. Esto sólo se logra a través de la educación, los medios de comunicación y el papel que las propias comunidades religiosas deben desarrollar en consecuencia.

JA: ¿En Angola hay intolerancia religiosa?

FVD: Afortunadamente no nos encontramos ahora en esa situación. Pero Nigeria también vivió esa situación hace unos años.

JA: ¿Cómo ve el fundamentalismo islámico?

FVD: Todos los fundamentalismos son malos y empobrecedores. Los fundamentalismos excluyen, no construyen. Todo fundamentalista es una persona cerrada y se cierra en sus principios, sus creencias y valores y no se puede relacionar. Por lo tanto, el fundamentalismo no es un factor positivo para la convivencia y la sociedad abierta.

JA: ¿Hay hoy más vocaciones sacerdotales?

FVD: Vivimos, durante un tiempo, un período en el que hubo un gran florecimiento de vocaciones masculinas, femeninas y laicas de jóvenes que no eran ni sacerdotes ni monjas, pero que se ponían al servicio de la Iglesia y de la sociedad. Hoy en día esto ya no se produce, pero podemos decir que hemos alcanzado una cierta estabilidad y abundan, afortunadamente, estos jóvenes que se enfrentan a la voluntad de servir al hombre en nombre de Dios.

JA: ¿Qué es lo que la Iglesia de Luanda destacará en su relación con el Estado?

FVD: Tenemos varios temas que son preocupación tanto del Estado como de la Iglesia. Y nos vamos a centrar estas cuestiones urgentes donde nos encontramos con una misma preocupación, incluso aunque sea bajo diferentes puntos de vista.

JA: ¿Cuáles son los puntos comunes en esta relación?

FVD: La educación de los jóvenes, el desempleo, la salud, la lucha contra la pobreza. Aunque parezca que no, hay mucha gente pobre. Lo importante es fomentar una relación de diálogo con el Estado. Esta es nuestra actitud fundamental, no vamos a caminar de espaldas, ni con una actitud de confrontación. Nuestra misión es ser precisamente los que escuchan, los que dialogan y buscan la creación de sinergias, de convergencias para lograr el bien de la sociedad.

JA: ¿Cómo pueden hacer las autoridades eclesiásticas una contribución a la política?

FVD: Nuestro contribución como iglesia es estar al servicio de todos, ayudar a todos y mirar qué es lo mejor para todos. Tenemos un objetivo: el bien común. Otro de los objetivos de la Iglesia es la justicia social. Que toda la diversidad de principios, programas políticos y de partidos, trabajen para poner en el centro de sus objetivos al ser humano y a la nación angoleña, mirando siempre por lo que es mejor para todos.

JA: ¿Qué recomienda usted como un principio?

FVD: Todos juntos debemos promover la felicidad individual y colectiva. Si conseguimos difundir este mensaje y motivar a la sociedad en torno a este principio, creo que estaremos dando nuestra mejor contribución en la construcción de nuestra sociedad, una sociedad que queremos fuerte, próspera y desarrollada. La fuerza que genera desarrollo y progreso es la fuerza de cada uno de sus ciudadanos.

JA: ¿Los cristianos han cumplido su papel en la sociedad angoleña?

FVD: No puedo hacer una valoración global, pero puedo decir que en su mayor parte sí, pero como en todo trabajo humano, con algunas limitaciones. El papel de la Iglesia es estar siempre al servicio del hombre, mirar por el hombre y simplemente entender a la gente. Más que una actitud de juez, de juzgar o condenar, la Iglesia existe precisamente para entender a la gente con sus problemas.

JA: ¿Cómo cree que debería estar situada la Iglesia?

FVD: A menudo no sabemos lo que implican ciertas situaciones, lo que lleva a la gente a tomar ciertas decisiones, a elegir. Tenemos que ponernos en el mundo en una actitud más humilde y dialogante, en una línea de más comprensión y persuasión. Yo les aseguro que si tenemos esta actitud, cumpliremos con nuestro papel de estar al servicio de la sociedad, sin discriminación alguna, buscando el diálogo y el entendimiento de todas las personas, tendencias y sensibilidades.

JA: El papa Francisco ha tomado una actitud activa. ¿Cómo se enfrenta la Iglesia de Angola a las llamadas del Papa?

FVD: De forma muy positiva. El Papa, de alguna manera, ha desafiado a la Iglesia. El Papa dice que la Iglesia deje los despachos, las opiniones y juicios preconcebidos y salga al encuentro con el hombre. Incluso nos dice que sintamos en nuestros hábitos, el sudor y el olor de las personas. Debemos estar inmersos en lo que es la vida de las personas, porque sólo así podremos ser creíbles y podremos entender mejor cómo vive la gente. Así que nos sentimos desafiados por el papa Francisco a avanzar con acciones concretas.

JA: ¿La Iglesia en Angola tiene canales de comunicación y consulta con el Vaticano?

FVD: Sí. Tenemos la Nunciatura Apostólica, que es la representación del Vaticano en una nación. El nuncio y la nunciatura tienen una función civil, con las instituciones del Estado angoleño y las autoridades civiles angoleñas. Representan al Estado del Vaticano ante el Estado angoleño. Pero también tienen una función eclesiástica con los obispos y los fieles del país. El nuncio apostólico de la Iglesia es la presencia representativa y activa del Santo Padre como pastor supremo de la Iglesia en nuestras comunidades cristianas. Es una presencia de acompañamiento compartiendo y escuchando con el fin de crear armonía en la Iglesia.

JA: ¿Las posiciones Papa Francisco son recibidas e interiorizadas de inmediato o pasan por un proceso de reflexión y maduración?

FDF: El Papa habla de una Iglesia solidaria con los pobres. Nosotros estamos haciendo aquí en Angola nuestras escuelas. Las instituciones de la Iglesia son sensibles a los pobres. Pero tenemos que preguntarnos a nosotros mismos si queremos hacer frente a los pobres o estamos a la espera de que los pobres llamen a nuestra puerta. Cuando llaman a nuestras puertas, ¿cómo les atendemos? Con respeto y dignidad o cómo “pobre gente” que nos están molestando. ¿Estamos sólo para rezar y predicar o estamos para comprometernos realmente con los más necesitados? ¿Nuestros proyectos se centran en las necesidades o son puramente comerciales para ganar dinero? No es esta la misión de la Iglesia. La Iglesia existe como Cristo, para servir de forma altruista.

[Fuente: jornaldeangola]

[Traducción: Fundación Sur]

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