No nos han vencido

3/11/2014 | Crónicas y reportajes

He vivido la segregación y conocí de primera mano los males del sistema de discriminación racista de Jim Crow, desde el que no mucho ha cambiado. Tal y como se hacía entonces, escogían a unos pocos para que hiciesen parecer que hubiésemos conseguido o alcanzado algún tipo de avance. Malcolm hubiese llamado a algunos de estos tipos que nos decían que todo estaba bien: «criados negros»; yo los llamaré agentes secretos. Salomón dijo que «no hay nada nuevo bajo el sol». Esta es una poderosa declaración, ya que desde los años 1960 muy poco ha cambiado, a pesar del recuerdo de este mítico sueño.

Si observamos la historia, veremos que se repite; el sistema está diseñado para proteger el sistema, y este sistema excluye a la población negra. Malcolm también nos dijo que «en cualquier sitio al sur de Canadá se encontraba el sur», y quería decir que en cualquier sitio en el que uno estuviese en América, se discriminaba por igual en términos de «separados pero iguales», y el racismo era la ley no escrita de la tierra. No estoy diciendo esto para que se me llame como se ha hecho: un «provocador». Es un hecho escrito en la Constitución que la gente afrodescendiente es sólo 3/5 humana, y nunca se ha cambiado. Además, la decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos también legisló que «un negro no tiene derecho que el blanco deba respetar» en la decisión del caso de Dred Scott.

Hoy en día, se aprecia en el sistema de justicia americano y en cómo los republicanos, en concreto el Tea Party, están intentando volver en el tiempo. Con sus intentos de suprimir los derechos de voto, la situación no es diferente a aquella de los impuestos en la época de segregación; así que esto tampoco es nuevo, es simplemente la estructura política americana. Ha habido numerosas formas de dominar a la gente a lo largo del tiempo; desafortunadamente, los afroamericanos han soportado la mayoría de estos casos. Por supuesto, la historia americana muestra que no fue sólo nuestra raza la que estuvo subyugada y afectada por esos esfuerzos. No obstante, siempre fue una minoría, normalmente, los afroamericanos los que estuvieron más afectados y vistos como una clase inferior permanente.

De este modo, continúan existiendo códigos negros («Black Codes»), que son leyes aprobadas y diseñadas específicamente para quitar los derechos y las libertades civiles a la población afroamericana. No obstante, la diferencia hoy en día es que utilizan palabras diferentes para ser políticamente correctos. Esta es la razón por la que los conservadores hablan de recuperar su país y desean con fuerza apoyar los derechos estatales; porque a nivel estatal, el gobierno federal no podría poner trabas a estas leyes. Vemos esto claro en el resurgimiento de los asesinatos por parte de policías y la corrupción al amparo de la ley en todo el país, mientras que el país se centra en salvar a aquellos países lejanos que se gastan millones.

Escribí un artículo hace unas semanas llamado The Making of a Slave (Cómo hacer un esclavo) en el que recibí un comentario de un tipo al que llamo el Sr. Hombre Blanco. Asumí que era un blanco puesto que defendía terminantemente el estilo americano. En el artículo, yo hablaba del Síndrome de Willie Lynch [1]. Este tipo continúa diciéndome o, en su mente, educándome sobre el tema al decirme que Willie Lynch no existió y que el supuesto discurso lo desacreditaron hace años. Continuó diciéndome que el mito no era verdad. Sin embargo, no entendió que, verdad o no, hay un sistema que asegura que la gente negra «se ame y respete sólo» entre sí.

Continuó explicándome lo malo que era que yo escribiese sobre los episodios tristes de la historia; lo suertudo que era por todo lo que América había hecho por mi gente; y que debería dejar todo esto en el pasado. Generalmente, no me tomo el tiempo de responder a los tontos porque mi abuelo me enseñó hace tiempo que «nunca se discutía con un tonto». Sin embargo, su comentario corrobora mi argumento, ya que él sabe que el juego está amañado contra la gente de color. También sabe que se beneficia del privilegio decretado por el «estilo americano».

El hecho más obvio es que el racismo persiste profunda y sistemáticamente arraigado en la producción del estilo de vida americano. Y esta es mi perspectiva de reflexión…

John T. Wills

[1] Se trata de un discurso pronunciado por Willie Lynch sobre cómo controlar a los esclavos negros.

Thought Provoking Perspective

[Traducción, María Alarcón]

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