“No me emuléis”, advierte a los jóvenes un hombre con 86 mujeres, en Nigeria

8/07/2008 | Crónicas y reportajes

Francis Falola narra la apasionante historia de Pa Bello Abubakar, de 84 años, que tiene 86 mujeres y 113 niños.

Para un primer visitante a Masaba, en Bida, en el estado de Níger, el movimiento poco común de un montón de gente entrando y saliendo de un edificio de dos plantas de grandes dimensiones en la zona debería ser un punto de atracción. Un gran número de personas está siempre presente en el edificio, todos ellos con necesidades que van desde la comida y el cobijo, hasta asuntos relacionados con la salud o lo espiritual. La persona sobre cuyo hombro se apoya la multitud en busca de socorro es un anciano de 84 años, Pa Muhammed Bello Abubakar.

La vida de Pa Abubakar está envuelta en misterios. Es difícil hacer un intento de adivinar correctamente su edad actual, ya que su aspecto hace que parezca mayor. No sólo eso, para los familiares a su cargo y seguidores es un tabú tomar medicinas ni occidentales, ni orientales no tradicionales. Para ellos, Dios es el curandero de todas las aflicciones y justifican esto con mandamientos de la biblia y del Corán.

En la institución del matrimonio, Pa Abubakar debería merecer un lugar en el libro Guiness de los Récords por tener 113 mujeres (de las que sólo sobreviven 86). Ha perdido a siete de ellas por la muerte de estas y a 20 porque se han divorciado. De las 84 esposas que sobreviven, 11 están en estado avanzado de gestación, mientras que una acaba de dar a luz un niño, el 4 de julio de 2008, durante la visita de nuestro corresponsal.

Y Abubakar no ha terminado todavía con las mujeres, ya que ha desvelado que tiene planeado añadir alguna más. Añade que continuará sumando más esposas hasta que Alá le diga que pare. La última vez que sonaron las campanas de boda en su hogar fue el 3 de febrero de 2008, cuando se casó con Hajia Monsura, de 30 años de edad, quien se convirtió en su esposa número 86 (con vida).

Pa Abubakar es lo suficientemente culto tanto en la educación occidental como en la oriental, ya que se graduó como profesor de segundo grado en Kutigi (en el estado de Níger) y trabajó durante varios años con la United African Company de Nigeria y con Bacita Sugar Company, antes de jubilarse.

Uno hubiera esperado que un hogar de 86 mujeres y más de 189 niños fuera una ciudadela de confusión y falta de armonía, pero la familia está muy unida, con todas las esposas viviendo en paz. Y si piensan que es difícil para Abubakar recordar todos los nombres de sus 86 mujeres y sus tribus, están completamente equivocados. En unos minutos, puede recitar nombres y tribus de cada una de las 86 mujeres que viven, desde la primera hasta la última.

Para las mujeres de Pa Abubakar nada podría haber sido mejor que casarse con este hombre mayor, que es un filántropo.

Monsura, que en la actualidad es la nueva, describe a su marido como un regalo de Dios al mundo.

Recordando cómo se conocieron, Monsura, que es de Ibadan, dice: “He conocido a Baba desde que era una niña. Vivíamos en el mismo barrio cuando Baba estaba en Mushin, en Lagos. Mi abuela era amiga de la primera esposa de Baba y entonces nunca pensé que podría acercarme a él, por no hablar de llegar a ser su mujer. Pero varios años después de que se fuera de Lagos, aquí estoy hoy, como una de sus mujeres, y le estaré agradecida a Dios eternamente por haber hecho esto posible. Desde que me casé con él todo ha sido felicidad”.

La primera y segunda de las mujeres vivas de Pa Abubakar, Hajia Hawawu Bello y Hajia Raliat Bello, tienen 75 y 76 años respectivamente. La segunda tiene nueve hijos (de los que sobreviven cuatro); la segunda tiene cuatro hijos. Las dos mujeres hablan elogiosamente de su marido. Le describen como alguien que ha sido especialmente creado por Dios para la humanidad.

Raliat dice: “Dios le utiliza de verdad para ayudar a la gente de maravillosas maneras. Él nos ha ordenado que no tomemos drogas. No vamos al hospital. Cuatro mujeres de la familia de Baba han dado a luz hoy dentro de la casa sin visitar el hospital. En esta casa, las mujeres dan a luz libremente sin ir al hospital y la gente que tiene dolores se cura sin tomar ninguna droga. Baba sólo te advierte que confiemos en Dios y dejemos los malos hábitos que tengamos y sea cual sea el problema, Dios lo resolverá. Apenas pasa un día sin que entre cuatro y siete mujeres den a luz satisfactoriamente a sus bebés”.

Ajoke Shittu, de 18 años de edad, que hasta que fue fecundada por su compañero de clase estudiaba en la Escuela de Gramática CMS, de Bariga, Lagos, desveló que su padre la trajo a Bida desde Lagos, debido a que los médicos de Lagos habían hecho sonar las campanas de alarma, porque decían que las probabilidades de que tuviera un parto normal eran muy pocas, y que tendría que someterse a una operación de cesárea.
Ella cuenta: “he estado aquí los dos últimos meses, antes de dar a luz hoy mi bebé. Desde que estoy aquí, nunca me han tenido que llevar al hospital, ya que nadie visita el hospital aquí. Sólo me mezclo y me relaciono con la gente de alrededor. La mayor parte de la gente cuyos casos han sido descritos por el hospital como precarios o difíciles está aquí. Comemos todos del mismo puchero y hoy, cuando empecé a notar los primeros síntomas, llamé a mamá (Hajia Raliat), que fue tras de mí a la habitación. He dado a luz a los gemelos con facilidad”.

Raliat dice que normalmente se cocinan dos sacos de arroz por cada comida. Y la misma cantidad de alubias. Si hay semovita de menú, se preparan 10 bolsas para cada comida que dan la vuelta por los miembros de la familia y acompañantes, mientras que se sacrifica una vaca para acompañamiento.

Pa Abubakar es el propietario de la guardería y escuela de primaria internacional Muhammed Bello Abubakar, de Bida. Incluso acaba de terminar los acuerdos y preparativos de todos los requisitos legales para tener la rama de secundaria en la escuela. Los alumnos de dentro y fuera de la comunidad van a la escuela sin pagar honorarios ni cuotas, con todos los materiales relevantes para el aprendizaje y de enseñanza proporcionados por Pa Abubakar. Actualmente, la escuela tiene más de 12 profesores, cuyas necesidades están cubiertas por este hombre.

Pa Abubakar, un príncipe de Bida, de la casa reinante de Masaba, fue el tercero de los ocho hijos de sus padres. Él dice que hay que tener miedo a las mujeres. Dice: “Hace falta la gracia de Dios para que un hombre pueda vivir con muchas mujeres en una casa. Aconseja a la juventud que no siga sus pasos. “Si eres una persona normal, debería tener miedo de las mujeres, porque si te casas con 10 mujeres, será la mujer los que te mate. Esto no es mi obra. No lo he hecho con mi poder sino con el poder de Dios. No existe hoy una mujer, no importa quién sea ni a dónde pertenezca, con la que yo no pueda vivir y a la que no pueda dominar porque no les tengo miedo a las mujeres. Siempre advierto a mis hijos que no practiquen la poligamia sólo porque yo lo haya hecho. Si Dios te da la gracia, puedes hacerlo. Si no, es peligroso.

“La enfermedad siempre me ha entristecido, ya sea en mí mismo y en los miembros de mi familia o en cualquier otra persona. Soy feliz cuando la gente está fuerte y sana. En cuanto a la muerte, lo veo como un mal necesario que vendrá cuando tenga que venir. Así que no me preocupo por la muerte”.

“Nada puede entristecerme. Lo que Dios ha hecho por mí es tan enorme y no hay nada que yo haya emprendido que no haya funcionado. Así que, con esto, nada puede hacerme entristecer, excepto ver a la gente sufrir. Eso es por lo que siempre estoy preparado para poner una sonrisa en el rostro de la gente”.

Pa Abubakar dice que antes de que el divino diera la vuelta a su vida, él era un hombre normal como cualquier ser humano, admite que cayó en vicios como beber alcohol (insiste en que nunca cedió a la fornicación, el robo o en albergar rencor contra las personas). Asegura que la transformación de su vida comenzó precisamente el 7 de febrero de 1972, cuando estaba viviendo en Agege, Lagos.

Cuenta: “No estaba durmiendo. Estaba dentro de la casa cuando vi a unos extraños visitantes de los que después supe que eran ángeles de Dios. Me quedé inconsciente durante cuatro días y me llevaron a diferentes hospitales y todos los intentos de los doctores por tratarme no llegaron a nada. Las agujas se negaban a penetrar. Después del cuarto día, volví a la vida y mientras me recuperaba, no paraba de huir de los mismos espíritus que no dejaban de aparecerse ante mí”. “Más tarde estos espíritus me advirtieron muy seriamente que eran ángeles de Dios y mi negativa a someterme a mí mismo para uso de Dios podría augurar fatalidades para mí. Así que, a regañadientes, fui obligado a cooperar”.

Dice que dejó de tomar drogas y advirtió a su gente que hiciera lo mismo cuando un ángel de Dios se le apareció el 10 de febrero de 2008, y le prohibió tomar medicinas tradicionales, occidentales u orientales.
En cuanto a la política, Pa Abubakar reprocha al gobierno su falta de sensibilidad frente a la difícil situación de las masas. Atribuye el incremento de los índices de crimen en el país a la pobreza, y pide al Gobierno Federal que desarrolle la nación dando beneficios y ayudas de bienestar a los desempleados y los necesitados de la sociedad.

Advierte a los funcionarios en el gobierno que Dios está contra la avaricia y la corrupción, añadiendo que la ira de Dios se desatará sobre los que no se ocupen de las necesidades de su pueblo.

Añade: “Dios da riqueza a los ricos para que puedan cuidar de los necesitados. Es una verdadera desgracia que en Nigeria se vea a funcionarios públicos con 10 coches, sin que ninguno valga menos de 10 millones de nairas cuando la mayoría de la gente se está muriendo de hambre y miseria. Alá juzgará a este tipo de líderes aquí y en cualquier otra parte, seguro”.

Para vivir, Pa Abubakar es un espiritista practicante. Y es la gente la que acude a él para que les patrocine la que le mantiene, dándole millones de nairas, según el octogenario.

Francis Falola

Artículo aparecido en el diario de Nigeria ‘The Punch’, el 6 de julio de 2008.

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