La Comisión electoral congoleña (CENI) ha anunciado oficialmente que la elección presidencial no podría ser organizada antes del fin del año. Es de temer que de producirse un aplazamiento, de uno a tres años, el país pueda hundirse en un periodo de incertidumbre e inestabilidad.
La elección presidencial, prevista para noviembre de 2016, no tendrá lugar. Corneille Nangaa, presidente de la CENI, ha anunciado en una conferencia de prensa un aplazamiento “al menos hasta julio de 2017”. El “deslizamiento” del calendario electoral, largamente anunciado y denunciado por la oposición, que acusa al presidente de retrasar voluntariamente las elecciones para mantenerse en el poder, se hace realidad. Los opositores al jefe de Estado le acusan de querer prolongar artificialmente su segundo mandato, cuando la Constitución le prohíbe que pueda volverse a presentar.
Un aplazamiento organizado por el poder
El presidente de la CENI justifica este aplazamiento por la falta de medios financieros y por los numerosos fallos existentes en el fichero electoral. Desde las últimas elecciones caóticas de 2011, cerca de 2 millones de electores fallecidos no han sido eliminados de las listas electorales y 8 millones de “nuevos mayores de edad” no han sido inscritos en ella. Entre tanto, las sumas asignadas por el gobierno para la revisión de este censo electoral no han sido plenamente entregadas; razón por la que la oposición acusa al poder de haber organizado la modificación del calendario electoral.
Un aplazamiento temido
Existe el riesgo de que, gracias a un aplazamiento de al menos un año, Joseph Kabila se mantenga en el poder largos meses, o incluso años. La revisión completa del fichero electoral podría alargarse más del tiempo anunciado. Según los diferentes expertos internacionales, la operación podría durar 24 meses y aplazar la elección presidencial a 2019. Este aplazamiento, tan temido por la oposición congoleña y la comunidad internacional, hunde a la RDC en una crisis política profunda que podría conducir a este país al borde del precipicio. Ante el impase electoral, sería en la calle donde podría resolverse la alternancia política en el Congo.
La urgencia del diálogo para Kabila
Para el presidente Kabila, muy decidido a mantenerse en su sillón, el tiempo corre deprisa para organizar “el post-19 de diciembre”, fecha oficial que marca el fin de su mandato. Si bien el tribunal constitucional le ha autorizado a permanecer en el poder en tanto no se organicen las elecciones, el jefe de Estado trabaja para legitimar este nuevo periodo “fuera de mandato” cargado de riesgos. Por otra parte, la oposición ha citado a todos los congoleños en la calle tras el 19 de diciembre para “hacer que se marche” el presidente Kabila. Hace ya varios meses que el presidente convocó a los partidos para un diálogo con el fin de arreglar la crisis, pero ha sido en vano. Los principales partidos opositores han rechazado por ahora la invitación. El facilitador de la UA, Edem Kodjo, rechazado varias veces por los opositores, juega actualmente su última carta para tratar de organizar el diálogo. Ha anunciado la convocatoria del comité preparatorio para el martes 23 de agosto. Habrá que ver quién se sienta en torno a la mesa. Lo único seguro para el 23 de agosto es el llamamiento de la oposición a una jornada de “ciudad desierta”.
Christophe RIGAUD
Afrikarabia
[Traducción, Ramón Arozarena]
[Fundación Sur]