No al proyecto de reforma constitucional en Malí: ¡ No saque tanto músculo ! ( Carta abierta a IBK )

7/07/2017 | Opinión

La esposa del ex Presidente de Malí, Alpha Oumar Konaré pues él, sigue respetando la reserva estricta que se ha impuesto, rompió el silencio en ocasión del debate en curso en el país, con respecto al proyecto de reforma constitucional del Presidente actual Ibrahim Boubakar Keita. En una carta abierta, que interpela al Presidente.

«No al proyecto de reforma constitucional! Antè, a Bana, No toque a mi constitución! Tales son las palabras lanzados el sábado 17 de junio de 2017 por la oposición, la sociedad civil y algunos sindicatos en una marcha gigantesca.

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Partidos Políticos de la oposición, sociedad civil, sindicatos, todos unidos en torno a una palabra más allá de sus diferencias! Esto no es poco. Es probable que usted sepa sin duda, Señor Presidente, fue una de las huelgas más imponentes organizadas desde la caída, hace ya 26 años, del régimen de Moussa Traoré.

Este no es todo. La impugnación se ensancha en el interior del país, Señor Presidente, y se extiende en el exterior: en Europa, América, allí donde se encuentran las comunidades y las representaciones diplomáticas de Malí.

Creo que es, Señor Presidente, un momento crucial de su mandato, y quizás de la historia de Malí, y es porque veo en esto un momento crucial que me autoriza a tomar mi pluma. Un cambio en mi línea de conducta, que era toda de retención en relación a su ejercicio del poder. Sí, utilizo fácilmente el verbo para golpear, pero a pesar de varias interpelaciones y los llamamientos insistentes de algunos militantes del movimiento democrático o intelectuales bien intencionados, me he abstenido hasta ahora de intervenir en el debate público, en mi capacidad de antigua Primera Dama.

En efecto, hemos convivido durante estos largos años en que usted ha sido uno de los más cercanos Colaboradores del Presidente Konaré – en primer lugar director adjunto de su campaña e , inmediatamente después de su elección, consejero diplomático a la Presidencia, Embajador, antes de ser ascendido a Ministro de Relaciones Exteriores y por último Primer Ministro, sin contar que usted ha sido también Presidente de la Alianza para la Democracia en Malí, el Partido Africano para la solidaridad y justicia (ADEMA-PASJ). Hoy, salgo de la reserva que me he impuesto durante tantos años.

No doy lecciones, Señor Presidente, pero piense en su proyecto de referéndum sobre la reforma constitucional desde la perspectiva de su efecto sobre el vínculo social, lo determinante esencial de nuestra « vivir junto », ese « principio de cohesión social y de civilidad », piedra angular de la cultura de Malí. Es este principio y sólo él que es importante movilizar en estos tiempos en que el Malí está en peligro.

El gran peligro que se cierne en un futuro cercano con la creación de un frente anti contestataria compuesto por partidarios del Sí a la constitución, sus partidarios personales, es el riesgo de fractura entre dos grupos de ciudadanos.

No permita, Señor Presidente, que se produzca una situación propicia a toda forma de radicalización de un lado como del otro que pueda comprometer la paz social. Sus funciones le obligan a moderar con el mismo grado de tratamiento ambos partidos.

Sin duda, toda constitución pueda modularse s frente a la diversidad de los desafíos que enfrentan las generaciones. Tan sagrada que sea, que no es una momia fijada ni un fetiche abominable capaz de exterminar a todos aquellos que lo manipulen. Sin embargo, no se puede cambiar sin precauciones importantes.

Usted no tiene que ver en este un motivo de enfado o una ofensa a su Magisterio, Señor Presidente, cuando se le recuerda los hechos: la Constitución de 1992 es el fruto de la revolución sangrante de 1991; fue redactado con letras de sangre. Y tocarla necesita un amplio consenso, el más amplio posible, un consenso similar a lo que ha prevalecido en su redacción.

Usted no tiene que ver en este un motivo de enfado, Señor Presidente, cuando se arguye que el proyecto de reforma constitucional en estos tiempos es anticonstitucional. El artículo 118 de la Constitución del 25 de febrero de 1992 es inequívoco: « Ningún procedimiento de revisión podrá iniciarse o continuarse cuando se atente contra la integridad del territorio. »

Ninguna disputa de capilla, ni de interpretación de los textos no debe hacerse valer. Nunca, desde la independencia, una violación más grave de la integridad del territorio de Malí se ha señalado, Señor Presidente. Kidal está prácticamente en secesión desde hace cuatro años. Circular en el Norte y el Centro de Malí es peligroso. Este Centro cae bajo los golpes de diversos grupos armados. La integridad territorial del país es tan recortada que el Malí debe su supervivencia, a pesar del coraje de nuestros ejércitos, a las fuerzas extranjeras.

No nos engañemos: nuestro país está ahora, más que nunca, bajo « protección vigilante ».

Usted no tiene que ver en este un motivo de enfado, Señor Presidente, cuando se arguye que el nuevo proyecto refuerza los poderes del Presidente. Uno de sus apoyos decía incluso que no hacía más que formalizar un estado de hecho.

Sabed, Señor Presidente, que más el ejecutivo centraliza, más que hace que los ciudadanos dependan de él. Más, destruye su espíritu de iniciativa. Esta dependencia colectiva es una especie de dictadura, insidiosa; además, se frena en gran medida la democracia de progreso, en el sentido de responsabilidad y el desarrollo individual.

Renuncie, Señor Presidente En todos estos encantamientos triunfalistas, que no desembocan que en la apología del «yo», y en consecuencia en la incivilidad, para oponerse al régimen de atención al cliente obsequioso al régimen democrático dirigido por una mano firme de un jefe determinado pero humilde.

En efecto, la democracia, que es la palabra clave de todo este asunto, es una dinámica de participación, un arte de gobernar juntos en el respeto mutuo, Señor Presidente. Y se reconocen los grandes jefes a su grado de humildad.

Humildad, aún humildad y siempre humildad! Ceder cuando se tiene las capacidades para castigar honra y hace crecer a un jefe.

Deprecie, Señor Presidente, las reprehensiones y el psitacismo contraproducente de algunos aduladores, oportunistas, deferentes, fanfarrones y beligerantes de todo tipo que le orientan hacia el error , que le empujan a usted a engancharse a este proyecto de reforma constitucional.

Señor Presidente, no me encuentro en ningún registro: ni el registro del «SÍ» ni el del No. Llamo simplemente a su sabiduría. Hay suficiente fuegos en la casa para no encender un nuevo incendio. Hay suficientes frentes de guerra en el país para no abrir otro.

A la historia no le gusta la puesta en escena del dúo antagonista marcha/contra-marcha, huelga/contra huelga.

Sin hesitar, opte, por lo tanto, Señor Presidente, por el apaciguamiento. Relaje todos los músculos ya sean pacifistas o belicistas. Sí, preserve usted ese país ya minado por tantos males de una amenaza. Usted sabe bien, Señor Presidente, que además de su título de Presidente de la República, los malienses le consagran alegremente de Mandé Mansa, la mansa del Mandé o simplemente Mansakè.
Mansa, Señor Presidente, debo recordar que es el título dinástico de los emperadores del Malí medieval. Tras el reinado de reyezuelos locales que ya llevan este título, el primer mansa emperador fue Sunjata Kéita, asumió el poder a mediados del siglo XIII. Cumplimentando su ego más allá, los griots panegiristas evocan sus altos hechos gloriosos consagrados por la fuerza del arco.

Sin duda, a través Sunjata, se pretende glorificar y magnificar a usted, usted el héroe del día. Por sus desvíos de lenguaje, la tradición de los griots realiza coincidencias temporales haciendo que el padre y su supuesto descendiente sean un solo personaje.

Pero salga de este prisma guerrero, Señor Presidente. No se deje aturdir por los efluvios del incensario de las ilusiones, orgullosa de su sabiduría y no a todo este aullido ensordecedor que usted entiende. Este puede meterle en el camino del orgullo insensato.

Gobernar es un arte, mansaya, un comportamiento, Señor Presidente. Pero sofocado en el absolutismo, el mansaya se arrogó en el curso del tiempo en una sabiduría: el viajero marroquí Ibn Battouta que visitó la capital de Malí bajo el reinado de Mansa Souleymane en 1352, nos deja un testimonio esclarecedor sobre el sentido de justicia, la capacidad de escucha de este soberano en nombre del cual el pueblo juró sin embargo: mansa Souleymane ki! Usted ama a hacer referencia al pasado glorioso de nuestro país, a sus valores. Entonces os tomo la palabra…

Salga de la lógica de la indecisión, Señor Presidente. Coloque al escalón superior anulando simplemente su proyecto. El pueblo de Mali saludará su sagacidad. Haga prueba de buena fe: en un gran discurso en tono renovado, desde lo alto de sus funciones soberanas. Diríjase a la nación entera, y coloque inmediatamente una estructura de gestión del expediente, que solicitaría y movilizaría el conjunto de los actores de la sociedad civil y de los partidos políticos, los expertos, los sindicatos y las asociaciones, los religiosos, y otro grupo o individualidad capaz de aportar su contribución a los debates.

Dé usted el tiempo de larga búsqueda a través de verdaderas consultas, de grandes congresos nacionales. Trabaje en su organización. Enfríe usted las cosas.

Le saluda atentamente

Prof. Adame BA KONARÉ, en el 25º aniversario de la ADEMA-PASJ 2 Jul 2017

[Traducción, por Léopold Molel Belika]

Fuente : Bamada Net

[Fundación Sur]

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