Nkunda, gendarme de los poderosos grupos que se oponen a la entrada de China en el Congo: una guerra por el derecho a la explotación

2/12/2008 | Crónicas y reportajes

El Foro Internacional para la Verdad y la Justicia en el África de los Grandes Lagos denunció ayer, en Madrid, que las milicias del general rebelde congoleño Laurent Nkunda actúan como “gendarmes” al servicio de los grandes intereses internacionales que, a través de Rwanda, se oponen a la entrada de China en la República Democrática del Congo (RDC) para explotar los recursos mineros de dicho país africano, según la información difundida por la agencia Europa Press.

El Foro Internacional para la Verdad y la Justicia en el África de los Grandes Lagos reunió a personalidades como el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, la ex congresista norteamericana Cynthia A McKinney, el presidente de la Fundación S’Olivar, Joan Carrero, y la Federación de Comités de Solidaridad con África Negra.

Por otro lado, según las declaraciones realizadas la semana pasada por un testigo “cualificado” en la instrucción del juez español Fernando Andreu contra el régimen rwandés por genocidio, el ex presidente Laurent Désiré Kabila, padre del actual presidente congoleño, habría sido asesinado por orden del presidente de Rwanda, Paul Kagame, para así evitar su acercamiento a China y Venezuela.

Estas dos noticias fueron desarrolladas y sostenidas por el presidente del Foro, Joan Carrero, que dirige de la Fundación S’Olivar y ha sido propuesto varias veces para el premio Nobel de la Paz.

Los rebeldes del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), del general tutsi Laurent Nkunda, “son los gendarmes de grupos mucho más poderosos; actúan en nombre de quienes se oponen a que China penetre en cualquier lugar del Congo”, declaró el presidente del Foro, Joan Carrero, en el transcurso de una conferencia de prensa celebrada en el Senado.

Según las declaraciones de Joan Carrero, desde que el gobierno de Kinshasa “firmó un contrato de 9 mil millones de dólares con China”, se ha enfrentado “a chantajes de nivel insoportable”. También declaró que “Nkunda ya ha advertido que no se detendrá mientras Kabila no negocie y rescinda sus contratos con China.”

Sobre este mismo aspecto, el senador Pere Sampol, del BLOC, declaró durante esta misma conferencia de prensa que esta nueva guerra en el este del Congo “se ha presentado como un conflicto étnico o tribal mientras el problema esencial ha sido el control de los recursos naturales del Congo por parte de grandes empresas europeas y estadounidenses».

“Justo cuando el Congo intentó establecer contratos comerciales con China, mucho más favorecedores, para explotar el cobre y el coltán, las multinacionales, con el apoyo de las grandes potencias internacionales, provocaron este conflicto» afirmó el senador.

El gobierno de Paul Kagame, prosiguió Carrero, se está apropiando de la mayor parte de minerales estratégicos que se encuentran en el este de la RDC, particularmente de una variedad muy especial de coltán, una mezcla de columbita y de tántalo, fundamental para la industria de las telecomunicaciones, y de caserita. “Rwanda es un importante exportador de coltán, pero no tiene coltán en su territorio”, explicó Joan Carrero.

Otra declaración de Carrero pone en tela de juicio el papel de la MONUC, la Misión de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo, formada por alrededor de 17.000 cascos azules. Según los testimonios que él mismo recopiló durante un reciente viaje que realizó al Congo, “la MONUC desaparece con frecuencia cuando Nkunda va viento en popa y, por el contrario, se impone y cumple con su labor de moderador cuando Nkunda está arrinconado por el ejército congoleño. Esta tesis sobre la ineficacia de la MONUC en este conflicto está corroborada por fuentes directas de grupos de la sociedad civil que trabajan por la justicia y la paz en la zona de Kivu.

El presidente del Foro ha calificado de “nefasto” el papel de la ONU en RDC: “El ex secretario general de la ONU, Don Butros Butros Ghali, denunció que el genocidio fue total responsabilidad de Estados Unidos, razón por la que su mandato no fue renovado” añadió.

Esta falta de acción por parte de la ONU está demostrada por la siguiente paradoja: “17.000 cascos azules son incapaces de evitar que 4.000 combatientes de Nkunda aterroricen y sometan a la población”, añadió Carrero. Según sus declaraciones, el general español Vicente Díaz de Villegas, que dimitió de su cargo como jefe de la MONUC el pasado octubre “dejó caer que la MONUC tiene un mandato claro y enérgico, pero que algunas potencias impiden que dicho mandato se aplique”.

Por otro lado, la semana pasada, cuatro testimonios protegidos declararon ante el juez de la Sala Cuarta del Tribunal Supremo, Fernando Andreu, en el marco de la instrucción judicial abierta tras la muerte de cuatro millones de rwandeses, víctimas de un programa de “exterminio por razones étnicas” llevado a cabo entre 1990 y 2002 por el partido que actualmente está en el poder, el Frente Patriótico Rwandés.

Uno de los testigos, un “nuevo testigo extremadamente fiable, que tuvo conocimiento directo del asesinato de Laurent Désiré Kabila, padre” certificó al magistrado que “un comando formado por rwandeses reclutados del entorno inmediato, de etnia tutsi, del presidente Kabila ejecutaron a Kabila y a un miembro de su guardia personal para no dejar pistas”. Laurent Désiré Kabila fue asesinado en enero de 2001 y fue su hijo, el actual presidente Joseph Kabila, quien le sucedió en su cargo.

El objetivo de este crimen, afirmó, era “conservar el control de la explotación de las riquezas mineras del Congo por parte de las grandes empresas que obtuvieron las concesiones de explotación gracias a la invasión del país que fue anteriormente”, el Zaire. “En ese momento había serios acercamientos a China y Venezuela, que se oponían a esta explotación, o más bien a este saqueo, de los fabulosos recursos mineros del antiguo Zaire, que están entre los más importantes del mundo”, afirmó Carrero. Según Carrero, el juez Andreu ha quedado francamente impresionado por este testimonio, hasta el punto que ha ordenado otras audiencias.

Los testimonios expuestos ante el juez Andreu, afirmó Carrero, han revelado “las masacres” cometidas por las fuerzas rwandesas entre 1997 y 1998 en “estos mismos campos de refugiados en los que hoy se acoge nuevamente a personas desplazadas”,

Adolfo Pérez Esquivel, Cynthia A McKinney

(Le Potentiel, Congo R.D, 24-11-08)

Traducido por María Castillo García-Andrade, alumna de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid Traducción /Interpretación, colaboradora en la traducción de algunos artículos.

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