Niños refugiados en África

31/03/2010 | Crónicas y reportajes

Con un plato en su mano, una niña sigue despacio a otros que hay en una cola hasta que le llega el turno de ser servida. Patatas y alubias son el menú del día. Su mente parece estar lejos y no participa en las conversaciones y risas que tienen otras niñas de su edad. Momentos después, se envuelve en una manta, una de los cientos que un grupo de ayuda humanitaria donó hace algunas semanas. En poco tiempo, está profundamente dormida, sólo para despertar a la mañana siguiente y enfrentarse a la misma rutina de la vida en un campo de refugiados.

Anita (no es su nombre real) es una entre los miles de niños pequeños de África que han tenido la desgracia de ver sus vidas estropeadas a una tierna edad. Ella tenía sólo seis años cuando sus padres fueron asesinados en un ataque, en el distrito de Goma, de la República Democrática del Congo. Tuvo que unirse a otros vecinos de su pueblo que sobrevivieron al ataque cuando huyeron de sus casas y buscaron refugio en Congo Brazzaville. La vida para ella no ha mejorado y se enfrenta a un futuro muy sombrío.

En los últimos años se ha producido un aumento en el número de niños refugiados o desplazados por las guerras y conflictos que siguen devastando varias partes del continente africano. Somalia, por ejemplo, tiene civiles huyendo de sus casas casi a diario, porque tienen miedo de las interminables batallas entre los insurgentes islamistas y las fuerzas del gobierno.

La República Democrática del Congo también ha visto un aumento en el número de refugiados mientras que los enfrentamientos siguen siendo intensos, a lo que se suman los enfrentamientos tribales que también están forzando a miles de personas a huir de sus hogares. Y ahora con el acuerdo de alto el fuego en Darfur, firmado en Sudán recientemente, sólo se puede esperar que la vida vuelva a la normalidad en esa región, que durante años ha contribuido inmensamente al número de refugiados en África.

En el África austral, es Suráfrica la que se ha convertido en el hogar de refugiados de una serie de naciones inestables política y económicamente, como Zimbabue.

Ardua expedición

Stephen Blight, jefe de Protección de la Infancia, para el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, en Suráfrica, dice a News 24 que el país ha experimentado en los últimos años un creciente influjo de niños migrantes de los países vecinos, muchos de los cuales llegan solos, no acompañados por padres o cuidadores.

“En el último año, esto se ha convertido en un problema acuciante, creando una situación extraordinaria de la que se han de ocupar los servicios sociales de Suráfrica y otros departamentos del gobierno. La concentración más alta de niños migrantes sin acompañar puede encontrarse en la zona de la frontera de Musina y en la provincia de Gauteng”, asegura Blight.

Una de las preocupaciones en particular puede ser el riesgo al que se enfrentan estos niños durante su marcha, particularmente al cruzar la frontera ilegalmente, a través de bosques y ríos.

No sólo están las amenazas físicas debido a la ardua expedición, los niños también afirman constantemente que han sido atacados, robados y objeto de otras formas de violencia, a menudo por parte de bandas criminales”, prosigue Blight.

El oficial de UNICEF afirma que las niñas son particularmente vulnerables a los abusos sexuales y la explotación. Las estadísticas publicadas por Médecins Sans Frontières (Médicos Sin Fronteras) desvelan que desde abril hasta septiembre de 2009, se registraron para asesoramiento 84 casos de violencia de género, de los cuales sólo dos fueron denunciados formalmente en la policía.

De estos casos, el 40 % fueron violaciones en grupo. Blight dice que esto representa sólo una parte de los casos reales, ya que los niveles de abuso son altos en esta zona, con algunos casos de amenazas armadas denunciados de vez en cuando.

Recursos limitados

Blight dice que Suráfrica, bajo el Acta de la Infancia de 2005, considera a los niños en movimiento como “niños en necesidad de cuidado y protección”. Sin embargo, “la capacidad de implementación ha sido insuficiente para responder a los altos niveles de violencia contra los niños y a la enorme carga de cuidar a los huérfanos y niños vulnerables en el contexto del VIH/Sida”.

Añade que aunque es tarea del estado coordinar el registro de estos niños y poner en marcha el sistema necesario para buscar a sus familias, ha sido imposible cumplir con estas obligaciones debido a los recursos limitados.

En un encuentro especial para los refugiados celebrado en Kampala, Uganda, el año pasado, los estados miembros de la Unión Africana se comprometieron a aumentar la protección de los civiles en situaciones de conflicto, basándose en la ley humanitaria internacional, teniendo en cuenta, de manera particular, las necesidades especiales de las mujeres y los niños.

En un comunicado enviado a News 24, la UA indica que se ha puesto en marcha una comisión con el objetivo de asegurar que la Convención de los Desplazados Internos fuera ratificada y entrase en vigor en 2011.

“La comisión ha iniciado un plan de trabajo bajo el lema “Compromiso con la acción”, para avanzar en la agenda de los desplazamientos forzados, más allá de la cumbre de Kampala. Se está concluyendo un borrador de plan mediante un proceso inclusivo de consultas, en el que participan los socios. El plan sirve para implementar las medidas recomendadas por el encuentro especial para ocuparte de los desplazamientos forzosos en el continente”, señalaba la UA en el comunicado.

Falta de personal de seguridad

La UA señaló que se espera que los expertos de estado y ministros a cargo de los refugiados evalúen el plan en mayo, después de lo cual será remitido a la cumbre ordinaria de julio, para su adopción.

La organización indicó algunos de los retos a los que se enfrentan los niños desplazados al estar en riesgo de violencia sexual y explotación.

“Más que ningún otro grupo, los niños, ya sean desplazados en su propio país o obligados a cruzar fronteras internacionales, son los más expuestos, en particular a la violencia y la explotación. Se combinan una serie de factores para hacer que aumente su riesgo de protección, pero el principal de ellos es la falta de personal de seguridad allí donde viven, ya sea en campos de refugiados, centros comunitarios o con familias de acogida”, señala el informe.

La UA condenaba los continuos desplazamientos de personas en África como resultado de los conflictos, ya que a menudo, estos resultan con el reclutamiento forzado de niños, tanto niños como niñas, por parte de grupos armados o incluso por fuerzas militares nacionales.

“La realidad es que muchos niños, que constituyen el futuro de África, han perdido su vida o han sufrido heridas físicas y psíquicas traumáticas e irreparables, como resultado de haber sido obligados a luchar con algún grupo o fuerza armada. Muchos crecen sin educación como resultado de esto.”

Sexo de supervivencia

“Todos los niños de África, incluidos los niños refugiados, deberían poder recoger los beneficios a largo plazo de la educación. La educación es la clave del futuro, no sólo para cada niño individualmente sino para el continente en conjunto. Los líderes de África deben resolver que los niños no tengan lugar en la guerra, de acuerdo con el espíritu de la Carta Africana de la Juventud del 2 de julio de 2006 y la Política de la UA de Acceso a la Educación Post Primaria, para las víctimas de desplazamientos forzados en África”, apunta la UA.

Lo que también se ha convertido en un asunto son los informes de que algunas mujeres refugiadas se están metiendo en la prostitución probablemente para solicitar dinero y ganarse la vida. Estos son informes demoledores ya que los niños que viven en los campos de refugiados están allí para ver cómo pasan estas cosas.

“En muchas situaciones de desplazamiento, la ausencia de un hogar obliga a las mujeres y niños a sobrevivir del sexo como único medio de manutención. A menudo se ven privados de comida, agua, educación, sanidad y otras cosas esenciales. La pobreza y la imposibilidad de acceder a los servicios básicos también puede obligar a las mujeres y a los niños, especialmente las niñas, a intercambiar sexo por comida u otras necesidades”, afirma la UA.

La organización dice que es una desgracia que, en la mayoría de las circunstancias, estas dinámicas llevan a matrimonios prematuros forzados y a otras formas de explotación y abuso.

“En muchos casos, los niños dejan la escuela y crecen sin educación, centrados en sus necesidades más inmediatas, como encontrar comida y seguir con vida, así como ocuparse del bienestar de sus hermanos menores. Son obligados a ser adultos sin experimentar las diferentes fases naturales del desarrollo infantil. Aunque muchos niños han dado muestras de capacidad de recuperación en tales circunstancias, sus malas experiencias tendrán consecuencias a largo plazo en sus vidas”, señala la UA.

Las estadísticas desvelan que hay 17 millones de refugiados y desplazados por todo el continente africano.

Betha Madhomu

Publicado en News24, el 17 de marzo de 2010.

Traducido por Rosa Moro, de Fundación Sur.

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