Eritrea, que está siendo testigo de un gran aumento en el número de ciudadanos que huyen del país, está experimentando ahora un nuevo problema: el aumento de suicidios entre los niños tanto en Eritrea como en los países vecinos.
Algunos de los niños que no logran pasar a través del Sahara, a Libia o a Europa intentan quitarse la vida y, entre junio y agosto de este año, al menos cuatro menores eritreos no acompañados, intentaron suicidarse en los campamentos de refugiados de la vecina Etiopía, mientras que un quinto tuvo éxito en su intento y se suicidó.
Job Onyango, consejero del Centro para las Víctimas de la Tortura, en Etiopía, declaró que, «la mayoría de estos jóvenes tienen puestas muchas expectativas en la migración». «Y, cuando no lo consiguen, se sienten desesperados, y eso es una de las razones que está causando que tomen estas medidas».
Los informes indican que, en la actualidad, cerca de 100 niños eritreos llegan cada día a los campamentos en el norte.
Medhanye Alem, consejero etíope en el campo de refugiados de Mai Aini, explicó que las divisiones étnicas también contribuyen a la tasa de suicidios. «Los que se quedan en el campamento durante tres o cuatro años se deprimen e intentan el suicidio».
Los eritreos han ido pasando a diferentes países de todo el mundo para escapar de la pobreza, el alto precio de los alimentos y la inestabilidad política en el país. Según los informes, algunos eritreos huyen para no tener que alistarse en el «servicio militar obligatorio» del país.
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