Nigeria, una cultura muy terca

2/11/2015 | Crónicas y reportajes

Todas las niñas merecen ser protegidas contra la mutilación genital femenina (MGF).

Cinco meses después de que los legisladores de Nigeria criminalizaran la práctica de la mutilación genital femenina y pusieran fuera de la ley este acto de barbarie en el país, todavía no hay esperanzas a la vista para las niñas de Nigeria, ya que la práctica continúa prosperando.

Kemi, una niña de 14 años de edad, nunca olvidará el dolor que experimentó el sábado 26 de Septiembre de 2015, cuando fue sometida a un acto degradante y deshumanizante como la mutilación, organizado por sus padres y protagonizado por tres mujeres contratadas por la familia. En la práctica, el gobierno de Nigeria declaró que la MGF quedaba fuera de la ley y que se procesaría a cualquier persona involucrada en este acto de barbarie.

Kemi no vio venir nada ese día cuando se despertó lista para hacer las tareas de la casa y jugar con sus dos hermanos menores. Pero estaba equivocada. Sus padres tenían planes para someterla a esa bárbara práctica en nombre del cumplimiento de una obligación cultural.

«Esa mañana, una de las tías de mi madre y otras dos mujeres llegaron a casa y en compañía de mi madre, me dijeron que era el momento para mí circuncisión. Me sorprendió, me entró mucho miedo y fui incapaz de murmurar ni una palabra. Me fui hacia la puerta, pero parece que sabían lo que estaba planeando, me sujetaron y me impidieron salir. En ese momento, supe que era demasiado tarde para evitarlo”.

«Mientras colocaban el “equipo quirúrgico” sobre la mesa, me dijeron que iba a estar bien una vez que todo hubiera pasado. Mi tía extendió una sustancia de color marrón entre mis piernas, mientras me decía que esto haría que la circuncisión fuese indolora. Pero no funcionó. Sentí el dolor de la cuchilla y de las otras herramientas que usaban mientras se llevaba a cabo el acto. Morí muchas veces porque no podía luchar ya que las otras dos mujeres me habían inmovilizado. Todo lo que podía hacer era gritar y gritar hasta que todo estuvo hecho”.

Cuando su tía terminó la “intervención”, fue el momento de empezar a cantar y bailar. Para ellos, Kemi había cumplido ahora la mayoría de los requisitos para ser una mujer completa. Pero todo lo que Kemi podía sentir era el dolor y el vacío. Una parte vital de su cuerpo había sido cortada; un acto que puede llegar a cambiar el curso de una vida para siempre en negativo.

«No podía entender por qué mi madre era todo sonrisas cuando se llevó a cabo el acto. Ella me dijo que era nuestra tradición y que ella también fue circuncidada cuando tenía mi edad, intentando hacerme ver que se trataba de una práctica normal». Pero para Kemi, no era una práctica normal, porque se había discutido el tema de la MGF en la escuela hacía unos meses y todos concluyeron en que se trataba de una práctica mala y anticuada.

Kemi, que quiere estudiar enfermería en la universidad, declaró unos días después de la circuncisión, descubrió que ya no estaba sintiendo el dolor, el intenso dolor que sentía cada vez que tenía que bañarse, pero lo que no ha abandonado a Kemi es la cicatriz y la memoria de la mutilación quedará siempre con ella.

Otra mujer, Morenikeji, que vive en el pueblo de Pedro, una pequeña comunidad en el estado de Lagos, también cuenta cómo una niña recién nacida fue mutilada en nombre de la circuncisión femenina, meses después de que los legisladores del país lo habían prohibido. Declara que, unos días después del nacimiento de la niña, en algún momento en agosto de este año, los padres la circuncidaron.

«Antes de que lo hicieran, le dije a mi vecina que esta práctica se estaba convirtiendo en obsoleta y que los médicos estaban luchando contra ella, pero ella no me escuchó. Incluso su marido me dijo que es una práctica cultural y que, por lo tanto, no había nada que se pudiera hacer para que se dejara de realizar este acto en las niñas, sobre todo por el hecho de que su esposa también pasó por ello cuando nació. Nunca llegué a saber si eran desconocedores de la ley, o si simplemente creían que su cultura está por encima de la voz de la razón», añadió Morenikeji.

Kemi y la hija de la vecina de Morenikeji son sólo unas pocas entre los varios miles de niñas y mujeres en Nigeria que han sufrido ya esta barbarie a pesar de que la Asamblea Nacional aprobó el proyecto de ley que penaliza esta práctica hace unos cinco meses.

Esto, nos lleva a cuestionarnos, por qué lo primero que se hizo fue aprobar la ley si no se iba a hacer nada más posteriormente, como por ejemplo programas de sensibilización, que son necesarios en estos momentos para sensibilizar a los nigerianos de las razones reales por las que el país aprobó esta ley. Las implicaciones que puede tener para la salud son la principal razón para que esta práctica fuera incluida en el proyecto de ley para la Prohibición de la Violencia Integral contra las Personas, prohibición que la Asamblea Nacional finalmente convirtió en ley.

Hablando con THISDAY, un Médico de la Salud Pública, el Dr. Raymond Ajae, manifestó su reserva sobre si la práctica se podrá llegar a reducir en el país y, a su vez, salvar la vida de las más de 40 millones de mujeres y niñas nigerianas y salvarlas también de las numerosas implicaciones físicas y psicológicas ocasionadas por esta práctica salvajemente cruel.

Dijo que lo que era más preocupante era que la ley fuera aprobada por la Asamblea Nacional como un mero ejercicio, al igual que había ocurrido en otros estados, que han prohibido la práctica hace ya muchos años, pero que sin embargo, el acto sigue prosperando en esos estados.

El Dr. Ajae declaró: «desde mayo de este año, nadie está hablando de la ley de criminalización de la MGF. Es ahora que la ley está todavía fresca en el país, cuando el Ministerio de Salud, los organismos de sanidad, las agencias para la aplicación de la ley y las personas públicas deben manifestarse para detener este flagelo”.

«Si el Ministerio de Salud y otros organismos de sanidad deciden actuar y crear conciencia sobre las consecuencias tanto para la salud como psicológicas de esta práctica, educar a las familias, sobre todo a las niñas sobre sus derechos cuando se trata de la circuncisión, si las agencias para el cumplimiento de la ley de la hacen cumplir la ley llevando a los delincuentes ante la justicia, esta práctica será la menor de las preocupaciones en este país”.

Preguntado sobre si los nigerianos no eran conscientes de que esta práctica puede causar fístulas vesicovaginales y otros problemas relacionados con la salud, así como el hecho de que estaba penalizada, porque si no era así entonces, sería difícil que los ciudadanos informaran al gobierno sobre los delincuentes.

El Dr. Ajae cree que la información y la concienciación serían la única forma en que la ley entrará en vigencia en el país, y agregó que, esto ayudará a reducir este horror e incluso eliminarlo. «Ahora que las elecciones y el politiqueo han terminado, el gobierno debería centrarse en las cosas que pueden tener un impacto positivo en la calidad de vida de los nigerianos. La reducción de la MGF en el país es uno de tales impactos positivos que el gobierno puede dar a sus ciudadanos, especialmente a las niñas”.

«El gobierno debe entender que este acto de barbarie contra las niñas es peor que la violación. ¿Cómo pueden las jóvenes ser sometidas a un daño corporal, un trauma psicológico y la posibilidad de problemas de salud para toda la vida y el gobierno estar tratando el tema con guantes de seda?”, subrayó.

También pidió a las mujeres abogadas que enarbolen ellas mismas la campaña contra este salvaje y cruel acto en el país, así como la presión sobre el Gobierno Federal para hacer lo necesario en términos de aplicación de la ley.

Según los expertos, la MGF comprende diversos procedimientos que implican la extirpación parcial o total de los genitales externos femeninos u otras lesiones de los órganos genitales femeninos por motivos no médicos. Estos procedimientos pueden incluir: clitoridectomía (extirpación parcial o total del clítoris), escisión (extirpación parcial o total del clítoris y los labios que rodean la vagina), infibulación (estrechamiento de la abertura vaginal mediante la creación de una junta, formada por el corte y la recolocación de los labios), pinchazos, perforaciones, incisiones, raspados o cauterización de la zona genital.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 25% de los 140 millones de niñas y mujeres que viven con MGF en todo el mundo se encuentran en Nigeria, un informe que presagia el gran peligro que esto puede suponer para las niñas nigerianas.

Un estudio realizado por la OMS muestra que de los 101 millones de niñas de 10 años o más, que se estima han sufrido MGF en África, aproximadamente 40,5 millones se encuentran en Nigeria. Nigeria también encabeza la lista como el país con la tasa más alta de esta práctica a nivel mundial.

Otro experto médico, un ginecólogo y obstetra, el Dr. Olaolu Adebowale, pidió al gobierno del presidente Muhammadu Buhari, la aplicación de la ley en contra de la práctica, y agregó que, los riesgos para la salud asociados a ella eran muy graves, de ahí la necesidad de prevenirlos.

Preguntado por qué la mayoría de los nigerianos todavía practican el acto, a pesar de las protestas en contra, él Dr. contestó dijo que esta práctica es más que una obligación cultural una obligación moral. «La mayoría de nuestras culturas creen que la práctica es necesaria para atenuar el deseo sexual en la mujer, apoyar la fidelidad en el matrimonio, así como aumentar el deseo sexual de su pareja masculina cuando ella comienza a tener relaciones sexuales.

“En algunas culturas de este país, creen que la mejor manera de prevenir a las jóvenes de perder su virginidad antes del matrimonio es ser circuncidadas. Algunos incluso tienen la descabellada idea de que una mujer circuncidada tendrá un parto más seguro y sin estrés que la que no esté mutilada».

El Dr. Adebowale, sin embargo cree que estas nociones son, en gran parte falsa, y no son razón suficiente para que la niña sea mutilada. «La circuncisión femenina no garantiza un parto más seguro. No determina la promiscuidad y no determina si una mujer y su pareja masculina disfrutan d un mejor sexo».

Según él, la práctica es más perjudicial para la niña y la sociedad que los falsos beneficios que los que apoyan los creyentes de la práctica siguen presentado para este acto de barbarie.

Por lo tanto, pidió a cada nigeriano que tomara la responsabilidad de luchar para frenar la MGF a través del esfuerzo de colaboración. “Madres, iglesias, mezquitas, consejos comunales, el gobierno, así como los ciudadanos nigerianos, los centros de salud y las personas jurídicas deben unir sus fuerzas y poner manos a la obra para reducir esta amenaza».

thisdaylive.com (Nigeria)

(Fundación Sur)

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