Nigeria se vuelve hacia sus bellos parajes para reactivar el turismo

10/09/2014 | Crónicas y reportajes

Los observadores de aves a menudo se desplazan hasta los rincones más recónditos de la tierra para avistar especies raras, viajando incluso a la más occidental de las islas Aleutianas en Alaska.

Por el contrario, el santuario de aves de la Reserva Forestal de Amurum en Nigeria, a las afueras de la ciudad de Jos, raramente está, si acaso lo ha estado alguna vez, en la lista de lugares para visitar de cualquier observador de pájaros.

En la reserva que se extiende a lo largo de 2 km2 han sido vistas más de 260 especies de aves incluyendo dos que son endémicas: the Rock Firefinch y el pájaro Plateau Indigo.

Una reserva natural que ofrece tantas especies, dos de ellas, imposibles de ver en ninguna otra parte, debería atraer a observadores de aves de todo el mundo.

Sin embargo, Shiiwua Manu que dirige el Instituto de Investigación Ornitológica Leventis AP en Amurum, confirmó que los visitantes son escasos, si exceptuamos a unos cuantos científicos.

«Si yo fuera un no-nigeriano y estuviera viajando en busca de aves, obviamente no vendría a Nigeria», afirmaba un ornitólogo de Oxford. Y, sabes por qué.

El país tiene una horrorosa reputación como destino turístico, incluso antes de la epidemia del Ébola y el temor a la violencia islamista.

Los visitantes extranjeros que están dispuestos a pasar por alto el tema de la salud y la seguridad aún deben lidiar con las preocupaciones de las infraestructuras en ruinas, el pobre suministro de electricidad y las deficientes instalaciones de ocio.

Según la British BGL, empresa de investigación de mercados, Nigeria siempre ha sido un destino difícil de vender a cualquier turista.

El turismo genera, aproximadamente como media el 0,5% del producto interno bruto, en comparación, con la segunda economía del continente: Sudáfrica, donde el turismo representa el 9,8 por ciento del PIB, según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo.

Los expertos coinciden en que Nigeria ha crecido demasiado y necesita urgentemente diversificar su economía.

Dada la violencia diaria en el norte por parte de los yihadistas radicales de Boko Haram y el estallido de la fiebre del Ébola, altamente contagiosa, no parece que Nigeria sea una opción para los turistas. Pero contemplando las vistas desde Amurum, con las aves volando alrededor, el visitante se convence fácilmente de que Nigeria cuenta con lugares de impresionante belleza natural. Sin embargo, convencer a los extranjeros podría considerarse como un objetivo a largo plazo.

La empresa BLG sugiere que un punto de partida podría ser la propia población de Nigeria que con sus 170 millones de habitantes representa una gran oportunidad, sin olvidar la enorme cantidad de acomodados nigerianos en la diáspora a quienes se podría persuadir de visitar el país sobre todo si piensan que hay lugares que realmente merecen la pena ser vistos.

El gran número de nigerianos que viajan a la cercana Ghana durante Semana Santa y Navidad ya representa una buena pérdida de ingresos para el país.

Las matrículas de los vehículos de este estado de Nigeria llevan la leyenda «Hogar de la Paz y el turismo».

Los más ancianos del lugar aún recuerdan esta zona como el mejor lugar de vacaciones tanto para los nigerianos como para los extranjeros y extranjeros.

El Comisionado para el Turismo en el estado, Yiljap Abraham comentó sobre este tema que las oleadas de violencia sectaria y tribal en este estado, desde 2001, así como los ataques de Boko Haram, alrededor de la ciudad de Jos, han destruido la reputación de la zona como destino turístico. Los buenos tiempos han pasado, añadió pero podemos volver a ellos trabajando duro.

El desmoronado hotel “Hill Station”, en el centro de Jos, ofrece, para el sr. Abraham, unas grandes posibilidades de ser restaurado y utilizado como hotel turístico.

Construido por los colonialistas británicos, el hotel tiene un vasto jardín con vistas a Jos y, en sus mejores momentos, acogió extravagantes cócteles para la élite de la ciudad. Incluso la reina de Inglaterra estuvo aquí, añadió el sr. Abraham refiriéndose a la visita de la reina Isabel II a Nigeria en 1956, 4 años antes de la independencia.

A principios de los 80, el Hotel fue adquirido por una empresa controlada por políticos del norte y los brillantes días del establecimiento desaparecieron.

Las escaleras de piedra en el jardín y la piscina están completamente deterioradas y la piscina está bordeada por una valla de metal que no estaría, en absoluto, fuera de lugar en una cárcel.

Motivos para el optimismo

Un comedor con paneles de madera bien conservada es una de las pocas habitaciones testigo del célebre pasado del hotel, mientras que la amplia recepción y el bar son zonas que carecen hasta de muebles.

Una mujer, de la comisión de turismo, que pidió permanecer en el anonimato, se encuentra sentada sola en una mesa, mirando su teléfono móvil, cuenta que su trabajo consistía en informar a los visitantes sobre las espectaculares vistas de los alrededores.

El sr. Abraham insistió en que a diferencia de otras regiones del país con riqueza petrolera aquí había que invertir en revitalizar el turismo. «Necesitamos que la gente entienda que aquí hay algo que es como una bendición y que merece la pena venir a disfrutarlo”.

[Fuente: Fundación Sur]

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