Nigeria. ¿Qué está pasando en Jos?, por Antonio Molina

30/03/2010 | Bitácora africana

Leemos entre las micro noticias de “Mundo Negro”, revista misionera de amplia difusión, lo siguiente:” Al menos 500 personas murieron en los enfrentamientos de enero pasado entre bandas de musulmanes y cristianos en Jos, en el centro de Nigeria, donde se volvieron a reproducir choques de otros años, provocados más por motivos políticos y económicos, que religiosos.”

¿PORQUÉ TANTO ODIO EN JOS?

Una descripción de Jos no nos vendrá mal, para comenzar a comprender estas crisis. NIGERIA es el gigante del África Occidental. Con cerca de 170 millones de habitantes y una superficie equivalente a España y Francia juntas, es desde la independencia una República Federal compuesta por 36 ‘estados’ en el sentido de los Estados Unidos de Norteamérica, más o menos como nuestras “regiones autónomas”. Los 12 estados del norte están ubicados en pleno Sahel y la población es en su mayoría de etnia hausa, de religión musulmana con tendencias islamistas, cuya ley es la Charía con todo su rigor.

Jos s es la capital del estado del “Plateau” con un medio millón de habitantes. Goza de un clima excelente, que todos envidian. Este estado es frontera entre el norte musulmán y el sur cristiano ¿CUÁL FUE EL DETONANTE DE ENERO?

El 17 de enero pasado, los residentes musulmanes en uno de los barrios de la capital, Jos, comenzaron a reconstruir una mezquita en un lugar de donde habían sido expulsados en noviembre de 2008, por causa de disturbios que causaron la muerte de 7oo personas. Musulmanes y cristianos se acusan mutuamente. Los musulmanes dicen que los cristianos comenzaron a atacarlos con machetes, flechas y fusiles. A ese ataque respondieron ellos. Según la ONG Human Rights Watch fueron retirados de las mezquitas 150 cadáveres. En la tarde del 17 de enero, el espectáculo que ofrecían algunos barrios de Jos era un caos de violencia: cadáveres por las calles, columnas de humo señalaban diversos incendios, sirenas de ambulancias y bomberos…Tres días más tarde, ya se hablaba de 300 muertos

Estos disturbios han servido de ocasión para que el vicepresidente, Goodluck Jonathan, que desde el 13 de enero asumió las riendas del poder, por causa de la grave enfermedad del presidente Yar’Adua, hospitalizado desde el 23 de noviembre en Arabia Saudí, mostrara que hoy es él quien parte el bacalao en Nigeria. De modo que, el 20 de enero, varios millares de policías y militares ocupaban los barrios conflictivos de Jos. Dos días después restablecieron la calma, pero la capital parecía una ciudad en estadote sitio.

Quizás, por ser un conflicto más próximo a nosotros, podemos compararlo con la situación de Irlanda del Norte, donde protestantes unionistas y católicos cohabitan difícilmente en barrios separados dentro de Belfast. Basta una chispa para provocar una vez más un incendio.

PONER VASELINA EN LAS HERIDAS

Tanto las autoridades religiosas cristianas – protestantes y católicas- como los imanes moderados, – que gracias a Dios los hay, no todos son islamistas fanáticos como los que imponen la Charía en los estados del norte,- han hecho llamamientos para que los ciudadanos vivan en el respeto mutuo y la convivencia pacífica. El jefe del Estado “ad interim” ha declarado: “Esta crisis es una demás. El Gobierno Federal opina que es completamente inaceptable, se trata de un comportamiento retrógrado, que es susceptible de amenazar aún más la unidad de nuestro país.”

CONCLUSIÓN

Como ciertas fiebres recurrentes, en los estados centrales de Nigeria, frontera entre el norte musulmán y el sur cristiano, estas crisis explotarán ocasionalmente, cada vez que existan las mismas circunstancias y las mismas situaciones de privilegio discriminatorias entre “indígenas” y colonos . Al más mínimo roce saltará de nuevo la chispa del pedernal de la violencia.

Abogamos para que se establezca un diálogo sincero y que caigan en la cuenta de que todos los habitantes son ciudadanos de la misma República Federal de Nigeria, pertenezcan al norte o al sur, pertenezcan a la religión musulmana o a la fe cristiana, sean pastores nómadas o agricultores sedentarios, funcionarios de la administración del estado o comerciantes ambulantes.

En resumen que no confundan los substantivos con los adjetivos.

Autor

  • Antonio José Molina Molina nació en Murcia en 1932. Desde 1955 es Misionero de África, Padre Blanco, y ya desde antes ha estado trabajando en, por y para África. Apasionado de la radio, como él relata en sus crónicas desde sus primeros pasos en el continente africano, "siempre tuve una radio pequeña en mi mochila para escuchar las noticias". Durante septiembre 2002, regresa a Madrid como colaborador del CIDAF. En octubre de 2005 aceptó los cargos de secretario general de la Fundación Sur y director de su departamento África. Antonio Molina pertenece -como él mismo dice- a la "brigada volante de los Misioneros de África", siempre con la maleta preparada... mientras el cuerpo aguante.

Más artículos de Molina Molina, Antonio José