Nigeria : La violencia que ha incendiado iglesias en la Navidad , por Antonio Molina

18/01/2012 | Bitácora africana

LOS CHOQUES INTERCONFESIONALES ESCONDEN UN TRAUMA SOCIAL, ECONÓMICO Y POLÍTICO

Este año la Navidad en ciertas regiones de Nigeria se vio enturbiada por ataques de la secta islamista Boko Haram durante las celebraciones litúrgicas en algunas iglesia de las ciudades de Kaduna, Jos y Damaturu, situadas en los estados norteños, done la mayoría de la población es musulmana. Se trata de iglesia cristianas, tanto católicas como evangélicas.

Varias explosiones de bombas produjeron 42 víctimas mortales. Los medios se hicieron eco de estos acontecimientos, pero sin analizar esta situación compleja.

LA SECTA BOKO HARAM

Esta secta islamista, cuyo nombre significa que “la educación occidental es un pecado” en lengua hausa, está vinculada en atentados contra las fuerzas de seguridad, las autoridades, los bancos, edificios religiosos y la misma ONU desde 2009. Lo mismo ataca mercados, que oficinas públicas, comisarías de policía, salas de espectáculos o gasolineras…Todo lo que huele a occidente.

Ha asesinado a periodistas, políticos y hasta clérigos musulmanes moderados.

Firmemente arraigada en ideología radical, se nutre sobre todo de jóvenes desempleados del norte que se sienten alienados por la riqueza petrolera del sur, en particular el famoso delta del Níger.
Como en otros países musulmanes, su propuesta amalgama la máxima fidelidad al Corán, la ética más estricta y una oferta educativa tentadora para quienes no pueden acceder a la educación oficial.

MOHAMMED YUSUF, SU FUNDADOR

Se convirtió en el corifeo de una sociedad que rechazara totalmente la aportación occidental. Esta prohibición no sólo atañe a la religión y las costumbres, sino que también alcanza la política, con la negación del sistema de partidos, incluso ataca la ciencia. Para sus adeptos, la tierra ha de ser islámica, segregada por sexos y absolutamente plana.

El líder de la secta fue arrestado en 2009 y no salió vivo de la comisaría a la que fue conducido. Su muerte desató una oleada de violencia, saldada con cientos de víctimas, cuyo rescoldo aún un se ha apagado.
Maiduguri, la ciudad donde se produjeron los hechos, se ha convertido en un campo de batalla, que sufre regularmente todo tipo de atrocidades. Una explosión cerca de una mezquita se cobró la vida de 4 personas y como en los atentados de la pasada Navidad, las autoridades señalaron a Boko Haram como responsable.

LA CONVIVENCIA PACÍFICA DE LAS RELIGIONES

Hasta ahora existía una opinión generalizada, de que las religiones al sur del Sahara coexistían pacíficamente en sociedades multiétnicas y pluriculturales. El Islam moderado de varios países del Sahel, aceptaba el desarrollo de las misiones cristianas, tanto católicas, como protestantes. A veces en una misma familia, sus miembros pertenecían a religiones diferentes.

Sin duda, las tendencias más radicales, impulsadas por el wahabismo saudí, se benefician de contextos conflictivos y extraordinariamente complejos desde el punto de vista social, económico y político.

EL PARAÍSO DEL TERRORISMO

El país más poblado del continente ofrece condiciones inmejorables para el terrorismo desde su independencia. Los ingleses crearon un estado artificial, la síntesis entre las posesiones del antiguo emirato de Sokoto y las regiones meridionales, en torno al delta del Níger, ricas en petróleo de la mejor calidad y las más urbanizadas, penetradas de haí más de un siglo por la evangelización de los misioneros cristianos.
Una vacilante línea horizontal divide este gigante en dos territorios en función de su fe hegemónica: los doce estados norteños musulmanes y el resto sureño de religión tradicional africana y cristiana.

CAUSAS SOCIALES DE LOS CONFLICTOS

La crispación entre ambas comunidades no es un fenómeno reciente, aunque se haya agudizado en la última década. La razón fundamental es la incongruencia de ser una potencia petrolera y el hecho de que la mayor parte de la población vive bajo el dintel de la pobreza. Como ha ocurrido en Costa de Marfil, la búsqueda de tierras y mejores oportunidades de trabajo ha impulsado un flujo migratorio hacia el sur, con nefastas consecuencias para las relaciones interétnicas, como sucede en el Estado del Plateau, zona frontera entre norte y sur. La sequía y la consiguiente desertización, impulsada por el cambio climático, ha contribuido a una mayor presión sobre las tierras.
El nepotismo y la corrupción han favorecido el subdesarrollo y la injusticia distributiva. La opresión y el expolio dieron lugar a la guerra de Biafra en la década de los sesenta del siglo pasado.
Paradigma de la explotación neocolonial y la explotación del crudo ha generado desplazamientos forzosos de comunidades, combates entre el ejército y guerrillas nativas y la masiva destrucción de los ecosistemas del litoral.

La compañía Shell ha sido llevada a los tribunales por derrames que han arruinado los manglares del golfo de Guinea.

LA ESTRATEGIA DEL PALO Y LA ZANAHORIA

Éste fue el recurso empleado con el regreso a la democracia nominal en 1999. Ante el riesgo de implosión, el Gobierno Central rompió la unidad del país, concediendo a las regiones septentrionales la introducción de la “charía”, medida que fue contestada inernacionalmente, cuando se aplicó para condenar a dos mujeres presuntamente adúlteras a la muerte por lapidación.

En paralelo a esas concesiones, la policía reforzó la represión con la creación de los grupos paramilitares.

CONCLUSIÓN

El presidente Godlook, cristiano, ha tomado en serio esas amenazas de disturbios frecuentes que como acabamos de ver no son religiosos, sino que la religión se mezcla a lo social, lo económico y lo étnico. Es un caso más de una situación complicada, que conviene analizar sin caer en simplificaciones generalizadoras. Esperemos que Nigeria vaya solucionando sus problemas, que no son pocos ni de poca monta.

Autor

  • Antonio José Molina Molina nació en Murcia en 1932. Desde 1955 es Misionero de África, Padre Blanco, y ya desde antes ha estado trabajando en, por y para África. Apasionado de la radio, como él relata en sus crónicas desde sus primeros pasos en el continente africano, "siempre tuve una radio pequeña en mi mochila para escuchar las noticias". Durante septiembre 2002, regresa a Madrid como colaborador del CIDAF. En octubre de 2005 aceptó los cargos de secretario general de la Fundación Sur y director de su departamento África. Antonio Molina pertenece -como él mismo dice- a la "brigada volante de los Misioneros de África", siempre con la maleta preparada... mientras el cuerpo aguante.

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