Nigeria: Crecimiento económico, ¿realidad o ilusión?

22/01/2015 | Opinión

En 2011, yo había predicho que si Ngozi Okonjo Iweala era nombrada ministra de Finanzas, terminaría por dimitir para mantener su dignidad. Que Dios me perdone por esta ilusión que tuve. La Sra. Okonjo, encargada de coordinar la economía, me ha decepcionado.

El 8 de enero de 2012, declaró que los nigerianos obtendrían claras y concretas ventajas de la supresión de las subvenciones sobre los carburantes. Las ventajas incluían la construcción y rehabilitación de los ferrocarriles, refinerías, de las principales autopistas federales, de las centrales hidroeléctricas.

Ninguna de esas promesas se ha mantenido

La ministra declaró, además, que la reinversión de las subvenciones sobre los carburantes, la supresión de las subvenciones, permitiría ofrecer a las poblaciones el desarrollo de las obras públicas, la formación de los jóvenes, los servicios sociales, como la salud. Declaró también que el gobierno iba a poner en circulación 1.600 autobuses para remediar los efectos de la supresión de las subvenciones. Me permito recordar a la ministra que ninguna de estas promesas se ha realizado. A pesar de que las tasa de paro supera el 80% y de que la pobreza afecta al 70%, la ministra Okonjo-Iweala sostiene que la administración de Jonathan ha creado 1,6 millones de empleos en 2013. ¿Dónde están esos empleos?

La ministra ha afirmado constantemente que la economía de Nigeria goza de buena salud; constatación justificada por la reevaluación del PIB que ha alcanzado 432 mil millos de dólares, convirtiendo a Nigeria en el mayor economía de África y el país de acogida del Foro Económico Mundial. No obstante, poco después de esta reevaluación y de la acogida de este acontecimiento, se ha producido una caída del precio del petróleo. Menos de un mes después, la mayor economía autoproclamada de África va mal, hasta el punto de que se ha llegado incluso a no pagar los salarios. Nuestra moneda se ha depreciado.

Un crecimiento acompañado de desigualdades y de exclusión

El Gobierno Federal, por medio de la Ministra de Finanzas y de Coordinación de la Economía, la Sra. Ngozi Okonjo-Iweala, ha anunciado nuevos enfoques para hacer frente a los desafíos económicos de la mayor economía de África. Algunos de ellos incluyen la reducción de los presupuestos de referencia, la instauración de un impuesto especial sobre los productos de lujo, la retirada de 2 mil millones de dólares de la Cuenta de excedentes de las rentas del petróleo (ECA), el rechazo a imprimir más moneda (Naira), y la diversificación de la economía. Solamente podemos diversificarla si poseemos una agricultura mecanizada, una tecnología sofisticada y una industrialización competitiva. No podemos funcionar únicamente con una economía dependiente de la importación y esperar a una moneda estable.

En lo que concierne a nuestra producción eléctrica, producíamos 4,500 megavatios por día en 2007, cuando no teníamos ministra de Coordinación. Tras la llegada de la ministra, peleamos por producir 3.000. En 2007, nuestras reservas de divisas eran de 47 mil millones de dólares; actualmente tenemos menos de 45 mil. En 2007, ECA contaba con 24 mil millones; hoy se encuentra con alrededor de 7 mil. En 2007 nuestra deuda exterior era 0, actualmente tenemos una deuda de más de 9 mil millones de dólares y seguimos pidiendo prestado. ¿De qué coordinación se habla? La Ministra se apresura a subrayar que nuestra economía crece al 7%. ¿Es deseable y duradero un crecimiento que va acompañado de desigualdades y exclusiones?

Nuestro modelo no es viable para sostener nuestro crecimiento

Okono-Iweala no se da cuenta de que para ser la mayor economía de África, Nigeria debe ser un Estado que actúe para transformar la economía y el aparato estatal, para construir instituciones sólidas, crear un espacio para las organizaciones de la sociedad civil y reforzar las capacidades de sus ciudadanos hacia el buen gobierno. Deben hacerse enormes inversiones en educación y salud, en un crecimiento inclusivo y en la creación de empleos. Ello no se alcanzará por medio de la reevaluación de nuestro PIB sino a través de políticas y modelos de desarrollo que transformen nuestros 170 millones de personas en bazas de progreso.

Una manera de convertirnos en la mayor economía de África es colocar la industrialización en el centro de un proceso de desarrollo. Sin industrialización no construiremos una economía creadora de oportunidades ni pondremos fin a la pobreza. Aparentemente, todos los países que han reducido la pobreza lo han hecho porque sus economías se han desarrollado sobre la base de estrategias de crecimiento industrial, que han creado empleos duraderos y rentas decentes. Nuestro modelo, heredado del colonialismo y fundado sobre la intensificación de la exportación no es viable para sostener nuestro crecimiento y nuestro desarrollo.

¿Es Nigeria la mayor economía de África?

En cuanto a saber si somos la mayor economía de África, burócratas asalariados, universitarios y agentes del gobierno se refieren a nuestra población, al crecimiento de nuestro PIB y a la reevaluación de nuestro PIB, para amplificar la ilusión de nuestra grandeza que propagan y promueven sin ningún fundamento. Me preocupa especialmente que algunos medios estimen que Nigeria es la mayor economía africana, a pesar de las elevadas tasas de pobreza, de paro, de desarraigo de jóvenes, de nuestra endémica corrupción, de la falta de educación, de la escasez de vivienda, del fracaso de liderazgo. Ello exacerba todavía más la ilusión y la falta de comprensión de nuestra realidad.

Por Audu Liberty Oseni, analista para www.africanexecutives.com

Fuente: Afrik.com

[Traducción, Ramón Arozarena]

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