En otra afirmación de soberanía, el gobierno de Níger anunció el jueves 19 de junio la nacionalización de la empresa de uranio Somaïr, arrebatando el control a la multinacional del ciclo del combustible nuclear Orano.
Orano es propiedad del Estado francés, que, según el gobierno, se ha mostrado abiertamente hostil hacia Níger desde el 26 de julio de 2023, cuando el entonces presidente Mohamed Bazoum, percibido a nivel nacional como un títere francés, fue derrocado en un golpe de Estado con apoyo popular.
Sin ceder ante las amenazas de guerra francesas, el gobierno militar que sustituyó al régimen de Bazoum consolidó un amplio apoyo expulsando a las tropas francesas, cumpliendo así la demanda por la que se habían producido protestas masivas antes de su derrocamiento.
La nacionalización de Somaïr es otra medida que desafía a su antiguo colonizador. Francia ha ejercido durante mucho tiempo el monopolio del uranio de Níger, uno de los de mayor calidad de África. Ha abastecido a las centrales nucleares francesas, iluminando un tercio de sus bombillas, mientras que más del 85% de los nigerinos carecían de conexión a la red eléctrica.
El gobierno, acusando a Orano de “comportamiento irresponsable, ilegal e injusto”, afirmó que, entre 1971 y 2024, se había apropiado del 86% del uranio de Somaïr. Esta participación es desproporcionadamente superior a la del 63% que poseía, dejando a la empresa estatal nigerina Sopamin como accionista minoritario en Somaïr.
La nacionalización, que modifica este modelo neocolonial, “permitirá una gestión más sana y sostenible de la empresa y, en consecuencia, un disfrute óptimo de la riqueza de los recursos mineros por parte de los nigerinos”, añadió el comunicado.
Orano amenazó a Níger con “acciones legales, incluso penales si es necesario” y afirmó que “tiene la intención de solicitar una reparación integral por los daños sufridos y hará valer sus derechos sobre las existencias correspondientes a la producción de Somaïr hasta la fecha”.
Pavan Kulkarni
Fuente: Peoples Dispatch
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