Níger, el último de la fila, por Ruth García Hernández

12/07/2016 | Bitácora africana

En Bitácora Africana contamos con una nueva colaboradora, la periodista Ruth García Hernández a quien agradecemos poder compartir desde esta web los artículos de su blog Crónicas Olvidadas

Pocos son los que sabrían situar a Níger en un mapa, otros menos sabrían decirnos que es un país africano. Y ya un reducido grupo de personas ‘peculiares’ serían las que nos dirían que Níger es el país que ocupa la última posición en el ranking del Índice de Desarrollo Humano y que, por si esto fuera poco, a su territorio alcanza la sombra de terror que provoca el grupo terrorista Boko Haram en la vecina Nigeria. Para agrandar ese cupo de curiosos peculiares, mentes inquietas y espíritus críticos, las siguientes líneas.

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Níger vive la amarga y dulce suerte de no ser uno de esos países africanos ricos en varios recursos naturales y codiciados por las grandes multinacionales. Aunque, su territorio posee el siempre codiciado petróleo, su principal “bendición” es el uranio. Según Africa Infomarket, la explotación minera de uranio se convierte en el principal producto de sus exportaciones y entre “sus principales socios comerciales” se encuentra la antigua potencia colonizadora de Francia. “Níger es el tercer exportador mundial de uranio. Su producción anual, evaluada en 3.300 toneladas, representa el 48% de sus ingresos de exportación”, relata la periodista de Le Monde Diplomatique Anna Bednik.

La aparente dulzura que supone tener una materia prima que explotar, tiene su lado de amargura: la población nigerina no come del uranio. La periodista relata, entre otros puntos, como las principales superficies de la ganadería nómada se encuentran amenazadas por las irrespetuosas concesiones mineras. “Los empleos tradicionales de las poblaciones -explotación artesanal de sal, agricultura en los oasis y sobre todo la ganadería trashumante- así como el complejo equilibrio organizativo, están seriamente amenazados”, señala Bednik.

A estas crisis ganaderas y agrícolas hay que sumar las sequías que durante años han golpeado sus cosechas, una combinación que ha convertido la inseguridad alimentaria en una constante para la población de Níger. Así, según informa la organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), 4,2 millones de personas padece inseguridad alimentaria, cifra que se podría ver aumentada en 7,5 millones de personas más que se encuentran en riesgo de inseguridad alimentaria.

La ONG Acción Contra el Hambre reduce dicha cifra a 2,1 millones de personas, la cual sigue siendo alarmante y más en zonas donde la hambruna se concentra. Este es el caso de Zinder, Diffa, Maradi y Dosso, localidades donde la tasa de desnutrición se sitúa por encima del 15%, superando los umbrales de emergencia marcados por la Organización Mundial de la Salud. “400.794 niños sufren de desnutrición aguda severa y 709.003 niños y 272.000 mujeres embarazadas y lactantes están afectados por la desnutrición aguda moderada”, señala la organización.

Pero eso no es todo. Níger tiene un par de “vecinos molestos”, Nigeria y Malí. Obviamente no es un problema de convivencia entre poblaciones, se trata de las amenazas de grupos armados y terroristas (Boko Haram y grupos afines a Al Qaeda) que actúan en estos países y cuyas consecuencias se trasladan fuera de sus fronteras, lo que se traduce en una piedra más para Níger en su largo camino hacia desarrollo.

De esta manera, la región de Diffa ya afectada por la inseguridad alimentaria y nutricional crónicas- como señala la ONG- así como por la falta de acceso a instalaciones de agua, saneamiento e higiene, acoge ya a más de 241.000 refugiados y retornados de Nigeria, dispuestos en 51 asentamientos.

“Antes del conflicto, la región de Diffa ya estaba clasificada como un área crónicamente vulnerable. Por lo tanto, incluso en las zonas menos expuestas a los ataques de Boko Haram, la situación alimentaria y nutricional sigue siendo crítica ya que estas zonas se enfrentan a un déficit crónico, incluso en años normales. Actualmente, las familias de refugiados o desplazados dependen en gran medida del apoyo de las comunidades de acogida para sus necesidades básicas como vivienda, alimentos, agua…, a pesar de que éstas ya sufren una fuerte presión”, relata Álvaro Pascual, responsable geográfico de Acción contra el Hambre para el Sahel.

Constante suma de incertidumbres

Es de esta manera, fruto de la inseguridad climatológica y de los desastres naturales, la cual provoca cosechas infrecuentes y escasas, que se desarrolla una inseguridad alimentaria que se ve agravada por la actividad expoliadora y la inseguridad de los ataques terroristas. ACNUR, a través de su portavoz en Ginebra Adrian Edwards, ha señalado recientemente que se ha producido un aumento de la inseguridad y un deterioro de las condiciones humanitarias en la región de Diffa.

“Se ha deteriorado en los últimos meses con una sucesión de incidentes criminales que incluyen ataques suicidas cerca de pueblos y albergues improvisados donde tanto los refugiados nigerianos como los desplazados internos se han acogido”, ha afirmado el portavoz.

Todo este tumulto de incertidumbres se refleja en el informe de Índice de Desarrollo Humano (IDH) que elabora Naciones Unidas y que supone la media geométrica de los índices normalizados de 3 dimensiones de desarrollo: tener una vida larga y saludable, adquirir conocimientos y disfrutar de un nivel de vida digno. Es decir todo logro, política o acción que suponga una mejora en estos tres ámbitos será contabilizado y comparado con la suma obtenida por cada uno de los 188 países que analiza dicho informe.

Pues bien, los resultados de Níger son los del último de la fila. Ocupa el puesto 188 del ranking con un valor de IDH de 0.348 (datos relativos a 2014), muy por debajo del promedio de 0,505 de los países que engloban el grupo de bajo desarrollo humano. Sus inmediatos precedentes son una República Central Africana (0.350), golpeada por conflicto armado, Eritrea (0.391) y Chad (0.392).

Al alzar la vista a lo alto de la tabla, se encuentra uno con Noruega (0.944), Australia (0.935) y Suiza (0.930). Obviamente, son múltiples los factores que conforman el IDH y le dotan de una complejidad difícil de desentrañar en un primer acercamiento. Sin embargo, resulta fundamental para entender la situación de Níger, los objetivos marcados: tener una vida larga y saludable, adquirir conocimientos y disfrutar de un nivel de vida digno. Esas metas a alcanzar por la humanidad son más difíciles para la población de Níger, pues su historia pasa del colonialismo a la constante incertidumbre, con la complicada compañía del olvido.

Original en : Crónicas Olvidadas

Autor

  • García Hernández, Ruth

    Yo respiro y escribo. No sé si al mismo ritmo ni si llevo algún compás. Solo sé que son dos acciones, dos necesidades vitales para mí. ¿Cuándo empecé? A respirar cuando nací, a escribir no tengo recuerdo…

    Mis raíces segovianas brotaron en la primavera de 1985 en Madrid, donde también nació temprano mi vocación por el Periodismo. Soy licenciada en Periodismo, Magíster en Relaciones Internacionales y Comunicación por la Universidad Complutense de Madrid y Master en Periodismo Internacional por la UNED y Agencia EFE. He estado trabajando en diferentes medios offline y on line que me han enseñado mucho sobre esta profesión-pasión.

    Durante los últimos años de licenciatura hice prácticas en el portal PRNoticias y en la revista YO DONA, del grupo Unidad Editorial. En 2009 empecé mi relación con la Fundación Cultural y Comunicación, donde ocupé el cargo de Responsable de Comunicación, al tiempo que escribía para el blog de la fundación Panorámica Social. Fue en este período cuando me inicie en el Tercer Sector, no sólo especializándome en la Comunicación Solidaria, sino conociendo y participando en actividades desarrolladas por pequeñas ONG y organizaciones sin ánimo de lucro.

    En el verano de 2010, tuve la maravillosa oportunidad de conocer Mauritania y sus gentes al participar en el proyecto de cooperación Esperanza para Mauritania. El conocimiento de la injusticia y desigualdad del mundo en el que vivimos pasó a ser una realidad tangible en ese mismo momento. En 2011 me trasladé a Dublin, donde no solo he mejorado con creces mi conocimiento de la lengua de Shakespeare, sino donde también he tenido la oportunidad de conocer a personas maravillosas, provenientes de diferentes continentes, a las que querré y estaré eternamente agradecida por ayudarme a abrir más aún mi mente.

    En febrero de 2014 decidí volver a casa, a Madrid, para encontrar mi sitio en el mundo de la comunicación. Mientras he podido trabajar con la Agencia EFE, en su departamento de Cultura, como voluntaria en el departamento de comunicación de la Fundación ANAR y colaborar en proyectos de compañeras y amigas como son Miradas por el Desarrollo y Planeta Low Cost.

    Como la vida es un continuo aprendizaje, me sigo formando: cursos de fotografía, redes sociales, community management… Pero como no puedo dejar de lado mi sino de lectora y escritora incansable he decidido abrir aquí mi propio espacio, donde denunciar las injusticias que siguen pasando en este loco mundo y que, por desgracia, siguen pasando desapercibidas para muchos.

    @RuthCiru

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