Ngozi Okonjo- Iweala, la mujer que luchó contra la corrupción y puso orden en la caótica economía de Nigeria, por Paquita Reche, mnsda

12/02/2010 | Bitácora africana

En la galería de mujeres africanas importantes, la nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala ocupa un lugar bien merecido. Formada en Harvard y en el Instituto de Tecnología de Massachussets, Okonjo, trabajó desde 1982, en el BM. Fue la primera mujer en ocupar el puesto de vicepresidenta y secretaria general del Banco Mundial. Fue ministra de Economía del país más poblado de África. Actualmente es Directora General del Banco Mundial, encargada de África, Asia Central y del Sur, de Europa y de recursos humanos.

Un gran desafió para una mujer.

En 2003, el presidente Obasanjo la llamó para ocupar el puesto de ministra de Finanzas de Nigeria. El gigante africano de más de 150 millones de habitantes tenía una situación económica más que complicada, caótica. Los grandes recursos generados por el petróleo, servían más a los intereses de una élite, que a inversiones en beneficio del pueblo. El país tenía una enorme deuda y estaba clasificado como uno de los más corruptos, el segundo más corrupto después de Bangladesh.

Un año después de su nombramiento, en 2004 el semanario americano Time celebró sus logros y la clasificó entre los “héroes” del mundo.

El balance de su paso por el ministerio de Economía no podía ser más positivo: el 60 % de la deuda bilateral había sido anulada, el PIB había pasado del 3,8 al 7,6. Nigeria había ganado seis puestos en la clasificación de Transparencia Internacional sobre la percepción de la corrupción. Despidió a funcionarios corruptos, centenas de personas habían tenido que responder ante la justicia, entre ellas dos ministros. El número de funcionarios de la administración pública había sido reducido. Se había conseguido que los ingresos obtenidos por el petróleo, unos 50.000 millones de dólares al año, fueran repartidos entre los 36 Estados de la Federación, para ser utilizados en agua potable, escuelas y atención sanitaria, en vez de ser malgastados por una pequeña élite.

Ngozi reconocía que, a pesar de lo que se ha progresado para eliminarla, la corrupción es una plaga contra la que hay que seguir luchando. No le importaba ser llamada, por los que temían sus reformas, “La Mujer Problema”, ni “la Mujer Limpia” por los que las aplaudían.

“No me importa cómo me llamen. Soy una luchadora”.

Estoy muy concentrada en lo que hago y soy implacable con lo que quiero lograr. Si se cruza en mi camino, lo sacaré del medio. Cuando veo que hay tantos intereses que desean minar mi acción, me doy cuenta de que estoy teniendo éxito. Cuando intento convencer a alguna persona para que cambie, pienso que para eso estoy aquí. La capacidad de cambiar las cosas es un incentivo poderoso para mí. Siempre fui una luchadora porque en mi familia todos eran así”.

Hija de profesores de la universidad de Enugu (Biafra), Nogozi creció entre esta ciudad e Ibadán, al norte de Lagos. Una anécdota de su infancia muestra su tenacidad y espíritu luchador. En plena guerra de Biafra su hermana había enfermado de malaria. Con su padre en el frente luchando por la independencia de Biafra y su madre muy enferma, Ngozi que sólo tenía 14 años, cargó con la pequeña de tres años y caminó 5 kilómetros para que pudiera verla un médico.

Fueron años difíciles de pobreza y peligros para la familia. Cuando la guerra terminó, Ngozi tiene 18 años y marcha a Harvard para estudiar economía. Se casa con un cirujano nigeriano instalado también en Washington con el que tiene cuatro hijos.

La familia, muy unida, la apoya y aceptan los sacrificios que supone la separación que su trabajo como ministra de Finanzas exige.

Nombrada por sorpresa ministra de Asuntos Exteriores

A pesar de los éxitos obtenidos, su tarea no estaba terminada ni consolidada. Se ha especulado mucho sobre este nombramiento. Algún periodista recordó el un proverbio que dice: “En ningún palacio del mundo se acepta que hagas sombra a otro más grande que tú”.

Lo cierto es que en 2007 se preparaban elecciones presidenciales y la campaña para las elecciones se presentaba muy tensa. Para ganar las elecciones el factor dinero es importante. Y quizás se consideró que el empeño de Okonjo Iweala por disminuir el gasto público y promover la transparencia sería un obstáculo.

Ngozi ama a su país y acepta el cargo. Durante unos meses se esfuerza por dar una buena imagen de Nigeria presentando los progresos hechos, pero después de unos meses presenta su dimisión por razones familiares.

Vuelve a Washington y es nombrada Directora General del BM, encargada de África, Asia Central y del Sur, de Europa y de recursos humanos.

La Directora General del BM habla de la ayuda sin complejos

. En 2007 pronunció una interesante conferencia de la que extraemos alguna de sus ideas sobre la ayuda, para Okonjo la ayuda es necesaria, el problema es cómo se está utilizando y la eficacia que tiene. Habla de ella sin complejos, la ve como una devolución de los recursos, humanos y materiales, extraídos de África y que permitieron construirse a EEUU y a otros países de Europa: “No creo que los africanos tengan que irse al otro extremo y sentirse mal por las ayudas. África ha estado dando ayudas a otros países. Cuando Mo Ibrahim me dijo, en un debate, que soñaba con el día que África pudiera ofrecer ayudas, yo le dije, «Mo, tienes razón… pero ya lo hemos estado haciendo! El Reino Unido y EEUU no podrían haberse construido sin la ayuda de África…

Autor

  • Reche, Paquita

    Nació en Chirivel (Almería). Estudió Magisterio en Almería, Licenciaturas de Pedagogía y de Filosofía, en la Complutense de Madrid.

    Llegó por primera vez a Africa en 1958 (a Argelia): después estuvo en Ruanda, Guinea Ecuatorial y desde el 1975 en Burkina Faso.

    En África trabajó como profesora en el Instituto Catequético Lumen Vitae de Butare, Profesora de enseñanza secundaria de español y filosofía; Universidad Popular (filosofia). También ha colaborado con Asociaciones de mujeres y con niños de la calle en Burkina Faso.

    Está en España desde 2004, actualmente, en Logroño. Colabora con la revista de los misioneros de África "Africana", Los Comités de Solidaridad con África Negra y con Rioja Acoge.

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