NEPAD: el plan de desarrollo para África empieza a dar frutos

2/06/2011 | Crónicas y reportajes

Durante la mayor parte de la década de los 90 Sierra Leona fue conocida por sus diamantes –y la devastadora guerra civil que estos ayudaron a financiar. Pero una década después del final del conflicto, la nación de África occidental está recurriendo a otro tipo de riqueza: los cultivos que crecen en su fértil tierra.

Todo lo que se necesita, dijo Marie Kargbo, que cultiva arroz en una parcela de seis hectáreas en el distrito de Kambia, en el noroeste de Sierra Leona, es un poco de ayuda: “Hasta ahora, la vida de las mujeres campesinas era muy difícil”, dijo a un reportero de la agencia de noticias Inter Press Service. “Pero ahora la producción de arroz ha sido buena, ya que hemos recibido ayuda del gobierno, tanto semillas de arroz como mono cultivadoras, fertilizantes o pesticidas”.

En 2009, según las últimas estimaciones de la ONU, Sierra Leona produjo 784.000 toneladas de arroz, muy por encima de las 550.000 toneladas necesarias para el consumo interno y un tercio más que en años anteriores. La razón, piensa la mayoría de la gente, no es tanto agrícola como política. En 2008, el presidente Ernest Bai Koroma, declaró que, después de la energía, la agricultura sería la más alta prioridad de su administración para el desarrollo del país.

El gobierno no se quedó en meras palabras sino que invirtió dinero aumentando el presupuesto de agricultura para 2009 al 7,7%, un salto espectacular desde el 1,6% asignado el año anterior. El presupuesto de 2010 elevó la cuota al 10%.

Con ese paso, Sierra Leona se convirtió en uno de los doce países africanos que han alcanzado el objetivo de gasto agrícola recomendado por los gobiernos africanos en Maputo, Mozambique, en 2003. Esa cumbre aprobó también un plan detallado para la agricultura africana conocido como el Plan General de Desarrollo Agrícola para África (CAADP, en inglés) como parte de la Nueva Alianza para el Desarrollo de África (NEPAD), que es un programa de desarrollo continental de la Unión Africana.

Una revolución agrícola

A través de mayor inversión, mejores políticas agrícolas y más ayudas a los agricultores de África, el continente puede lograr una revolución agrícola, dice Ibrahim Assane Mayaki, director ejecutivo de la oficina de Planificación y Coordinación de NEPAD. “África tiene el potencial para convertirse en un importante productor de alimentos, garantizando la seguridad alimentaria en nuestro continente y fuera de él”.

Impulsar la producción no solo es vital para reducir el hambre en África, señala el programa CAADP, “sino que también tiene una repercusión económica”. En casi todos los países africanos la agricultura constituye la columna vertebral de la economía. Sin embargo, durante décadas la agricultura africana ha sido víctima de la negligencia. Muchos gobiernos dedicaban solo un pequeño porcentaje de sus presupuestos a la agricultura, y, pese a las promesas, la financiación de los donantes sigue siendo escasa. Eso hace que sea aún más importante para los gobiernos africanos poner de su parte, argumenta el Sr. Mayaki. “Todos tenemos que hacer que los fondos necesarios estén disponibles. Tenemos que aumentar nuestros niveles de inversión en la agricultura africana”.

Acuerdos agrícolas

Sin embargo, en 2007 solo 8 gobiernos africanos dedicaban el 10% o más de sus presupuestos a la agricultura. Ese año, Ruanda se convirtió en el primer país en firmar un Acuerdo formal con el CAADP. En él los ministros de hacienda y agricultura se comprometieron a aumentar la proporción del gasto público para el desarrollo agrícola del 4% a más del 10% en 5 años. A finales de 2010, 22 gobiernos africanos habían firmado estos acuerdos y se espera que otros 6 los firmen antes de finales de este año. Tras la firma, la mayoría de los gobiernos mantienen consultas con las organizaciones de agricultores, técnicos, investigadores, donantes, representantes de empresas y otros actores para el desarrollo de planes detallados de inversión a largo plazo.

Más inversión equivale a mayores cosechas

Pero la prueba real es si esos fondos llegan a los agricultores que están en el terreno. En un país tras otro, la experiencia ha demostrado que el acceso de los agricultores a los fertilizantes, las semillas de alto rendimiento y al riego puede ser crucial para el impulso de las cosechas.

En 2009, Mozambique distribuyó 7.300 bueyes como parte de un programa para ampliar el uso de la tracción animal, una medida que debe permitir a las familias cultivar por lo menos cinco hectáreas por persona, en lugar de una. Ese mismo año, Uganda registró su mejor cosecha de maíz de la historia. “Hemos distribuido grandes cantidades de semillas de alto rendimiento, de buena calidad”, explicó Opolot Okasi, comisionado del gobierno para recursos agrícolas. En 2010, gracias al programa, la cosecha de maíz fue aún mayor, casi el doble de lo necesario para el consumo doméstico.

En Tanzania, un mayor uso de semillas híbridas y fertilizantes ayudó a los agricultores a producir una excelente cosecha de arroz en 2010. Ese mismo año, los agricultores senegaleses de arroz, que normalmente producían alrededor de 150.000 toneladas, fueron capaces de producir 350.000, la mitad del consumo doméstico de arroz del país. Además de más semillas y fertilizantes, un programa de riego bien financiado resultó decisivo.

Se debe prestar especial atención a que la ayuda llegue a las mujeres agricultoras, señalan los expertos. Si lo gobiernos proporcionan semillas, fertilizantes, asistencia de marketing o de crédito, “también deben dar el apoyo necesario a las mujeres, ya que producen la mayoría de los alimentos en África”, dice Namanga Ngongi, presidente de la Alianza para una Revolución Verde en África, una ONG que se dedica al desarrollo rural.

En términos más generales, los grupos de agricultores deben tener una mayor voz a la hora de establecer políticas y programas agrícolas, dijo el Sr. Mayaki en el Primer Foro Pan-africano de agricultores, que se celebró en Malaui en octubre de 2010. Entre los participantes se encontraban representantes de los sindicatos nacionales de agricultores. “Los agricultores”, dijo el Sr. Mayaki, “tienen un papel importante a la hora de garantizar la buena aplicación de los fundamentos de la NEPAD: la transparencia, la rendición de cuentas y la propiedad local”.

Ernest Harsch para Africa Renewal. 1 de junio de 2011.

Fuente: Africanews

Traducción: Chema Caballero.

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