Negritud como ausencia de presencia : Exponiendo las falacias inherentes en el discurso oficial sobre el racismo en Sudáfrica (parte III)

16/02/2016 | Opinión

La permanente hegemonía del liberalismo blanco sobre el discurso y la práctica politica negra

Una de las formas en que la estructura del poder blanco ha sido capaz de sostener y reinventarse a sí misma en el contexto sudafricano ha sido a través del desarrollo de artefactos ideológicos que se dirigen deliberadamente a la desactivación de la capacidad de los negros de discernir, analizar y definir sus problemas por sí mismos.

Uno de estos artilugios es el liberalismo blanco. El establishment liberal blanco (que en el contexto de hoy incluye entidades corporativas blancas, las universidades liberales blancas, instituciones de investigación, fundaciones, partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil y, por supuesto, las personas que trabajan en ellas) ha buscado constantemente para definir los problemas de los negros y prescribir cómo deben responder a estos.

Para entender completamente la traición del liberalismo blanco, tal vez sea útil comenzar respondiendo a la pregunta: ¿en el contexto sudafricano, que son los liberales blancos? De acuerdo con Steve Biko, los liberales blancos son:

«… Que curioso grupo de inconformes que explican su participación en términos negativos: ese montón de bienhechores que pasa por debajo de todo tipo de nombres – liberales, izquierdistas, etc. Estas son las personas que argumentan que no son responsables del racismo blanco y la «inhumanidad del hombre negro» del país. Estas son las personas que dicen que ellos también sienten la opresión de la misma forma que los negros y por lo tanto deben participar de manera conjunta en la lucha del hombre negro por un lugar bajo el sol. En resumen, estas son las personas que dicen que tienen almas negras envueltas en pieles blancas».

Biko nos ayuda una vez más para entender el carácter hegemónico del liberalismo blanco, cuando dice:

«De hecho se convirtió en una condición sine qua non de que incluso antes de empezar a entrar en la arena de la política y la lucha por el cambio social debe ser un no racista. Y esto explica por qué, de hecho, se hizo necesario para la Organización de Estudiantes Sudafricanos (SASO) desarrollar un ataque tan duro sobre los liberales. Hicieron un trabajo rápido y bueno. En un año, creo que los campus borraron cualquier rastro del liberalismo. Y en la sociedad, fuera de los campus, los negros comenzaron a ver que en realidad era una falacia pensar que antes de luchar es necesario tener un hombre blanco al lado, por el bien que representa una sociedad no racial».

Él va a decir que:

«En ninguna parte se ha demostrado tan bien la arrogancia de la ideología liberal como en su insistencia en que los problemas del país sólo pueden ser resueltos por un enfoque bilateral que implica tanto al blanco como al negro. Esto, por lo general, vienen a ser tomado en serio como modus operandi en Sudáfrica por todos aquellos que afirman que les gustaría un cambio en el status quo. De ahí que las organizaciones multirraciales y partidos políticos y las organizaciones de estudiantes «no-raciales», insisten en la integración, no sólo como un objetivo final, sino también como un medio».

racismo-3.jpgComo consecuencia de este control hegemónico del liberalismo blanco sobre el discurso y la práctica política Negra, se ha vuelto cada vez más común, según sugiere Biko, que los sectores de la élite política Negra utilicen los mismos conceptos y análisis que son utilizados por los liberales blancos. Esta colonización ideológica es responsable de la proliferación actual de falsas narrativas y discursos, que tienen principalmente la forma de una clase media negras y blancas que se unen en formatos tipo conferencias, seminarios y talleres que no tienen nada que ver con el desmantelamiento de las repercusiones y el material del poder blanco.

Algunos de los conceptos que son un producto del proyecto del liberalismo blanco en Sudáfrica incluyen conceptos tales como «no racismo», «relaciones raciales», «tensión racial», «racismo inverso”, y después de 1994 la «reconciliación», «la nación del arco iris», «discurso de odio», «cohesión social», etc. Todos estos conceptos tienen su base filosófica en la tradición liberal aristocrática occidental y, más concretamente, en la teoría post raza, la cual, como parte del entumecimiento de la conciencia política del pueblo negro, promueve la idea ilusoria de la ausencia del color.

Por otra parte, la adopción de estos conceptos ha tenido gran repercusión y consecuencias perjudiciales sobre cómo los negros en Sudáfrica piensan sobre sí mismos y sobre su relación con los blancos. Por ejemplo, al igual que los liberales blancos, ahora hay negros que están convencidos de que, junto con los blancos, los negros deben asumir la responsabilidad conjunta para la creación y liquidación del racismo. También hay negros que creen que el problema del racismo tiene su génesis en las personalidades individuales de algunas personas blancas en lugar de que sea un sistema global estructurado antinegro históricamente evolucionado cuyas raíces están en la esclavitud antinegra.

También es importante entender que al control hegemónico contemporáneo del liberalismo blanco sobre la materia política nacional sudafricana se le dio legitimidad por el acuerdo de Kempton Park de la década de 1990, cuyo resultado oficializa al liberalismo blanco como la base ideológica del estado post 1994. Esto es evidente en los valores fundamentales de la Constitución sudafricana y en particular de aquellas secciones que se ocupan de la libertad de expresión y los derechos de propiedad.

El resurgimiento ideológico del liberalismo blanco en Sudáfrica, después de 1994, también se debe ubicar dentro del contexto de la castración sistemática de las contranarrativas de la Conciencia Negra (BC) y Panafricanista (PA), y el ascenso mundial del neoliberalismo. Esto debería ayudar a los negros a entender por qué los partidos neoliberales de hoy (blancos y Negros) están constantemente ocupados en concursos de belleza políticos para demostrar que puede ser el mejor escolta de la Constitución sudafricana.

La razón de esta conmoción es simple pero no obvia. La Constitución sudafricana hace posible que el monopolio blanco capitalista mantenga su posición autoritaria ilegítima sobre la economía sudafricana, y ofrece lucrativos incentivos económicos para aquellos líderes políticos negros que están dispuestos a asumir el papel bienestar de los mantshingilanes (guardaespaldas) del monopolio capitalista blanco.

Veli Mbele*

* Ensayista y activista de Black Power

[Traducción, Jesús Esteibarlanda]

[Fundación Sur]

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