Más del 90% de la población de Senegal es musulmana pero el Estado, constitucionalmente, es laico y se respeta la práctica de las diferentes religiones, que conviven sin problemas. Esto y el hecho de que el calendario musulmán se guíe por las fases de la luna, nos ha permitido conocer, en apenas dos meses, cómo se celebran en Dakar la Navidad y dos de las fiestas musulmanas más importantes: la Tamkharite y la Tabaski.
Las comunidades cristianas son minoritarias y las fiestas de Navidad son mucho más discretas que en muchos países europeos o africanos con más presencia de esta religión. En general, no existe, o no notamos, lo que se dice un ambiente navideño, aunque algunos días son festivos y las escuelas tienen más de una semana de vacaciones. No son raras las luces de navidad en las principales calles de la ciudad, que, por cierto, aún (finales de enero) no se han retirado: en las imágenes de la semana pasada de las concentraciones en la plaza del Obelisco contra la candidatura de Wade a las presidenciales se veían las estrellas y otras luces de Navidad. Sí son menos frecuentes las fachadas de casas particulares adornadas con luces y otros elementos. En cambio, algunos bares y restaurantes del centro de la ciudad estaban con árboles de navidad y cintas y carteles que deseaban unas buenas fiestas a los clientes. Lo que más llamaba la atención era que algunos vendedores ambulantes cambiaron, desde comienzos de diciembre, sus productos habituales por pequeños árboles de plástico y las bolas y cintas para decorarlos.
Por lo que hace al ámbito más privado, las principales celebraciones son el almuerzo del día de Navidad, que se comparte con familiares y amigos y la misa del mismo día o del anterior. Esta última se hace a las diez de la noche o a medianoche y no es muy diferente a la de un domingo cualquiera, si bien es una celebración en sí misma extraordinaria y muy simbólica. Los fieles van mejor vestidos de lo habitual y la coral canta canciones especialmente dedicadas a los acontecimientos que se celebran, pero lo más destacado es que las parroquias están decoradas con los motivos de navidad entre los que no faltan el belén, con la particularidad de que las figuras son africanas, o sea, negras. Incluso en algunas parroquias se comparte un chocolate a la taza.
Las fiestas musulmanas tienen una estructura similar, pero la amplitud social es incomparable. La Tamkharite se celebró el pasado 7 de diciembre, aunque en realidad comienza la noche anterior. Esta fiesta coincide con el décimo día del primer mes del calendario mahometano y, en Senegal, se conmemora la salida de los judíos de Egipto, ya que Mahoma decidió que tenía que compartirse la celebración del ayuno por este acontecimiento e incluso añadirle un día más. Pese a que este parece el motivo principal, para algunos estudiosos y clérigos musulmanes de Senegal es un día de celebración de los grandes acontecimientos del universo, del Islam y de la humanidad entera. En cualquier caso, se trata de un día de oración, de lectura del Corán, de visita a los enfermos y a la familia y de generosidad con los pobres y los huérfanos.
Las dos celebraciones más relevantes de la fiesta son la cena a base de cuscús con familiares y amigos (la Tamkharite también se conoce como la fiesta del cuscús) y la tadjabone, que es una especie de carnaval o de salida nocturna en la que niños y jóvenes toman las calles cantando y haciendo ruido, cosa que en los barrios se veía a partir de las once de la noche. Aunque los senegaleses musulmanes consideran que es una fiesta muy importante, la impresión general es que se trata de una fiesta mucho más tranquila que la de la Tabaski, que se celebró un mes antes, el 7 de noviembre. ..