El Gobierno de Kenia ha amenazado con cerrar el campamento de Dadaab, el mayor campo de refugiados en todo el mundo, donde viven más de 350.000 personas, en su mayoría somalíes, en respuesta a los recientes ataques de los rebeldes shebab de Somalia.
Nairobi afirma que ya ha advertido a la ONU de que tiene hasta julio para trasladar o repatriar a los refugiados del campamento de Dadaab, pero esa organización internacional declara no haber recibido ninguna comunicación oficial.
El Vicepresidente de Kenia, William Ruto, indicó haber pedido al Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) que “realoje a los refugiados en los próximos tres meses o bien lo hacemos nosotros».
El ACNUR insiste en un comunicado en que no han recibido ninguna solicitud oficial del Gobierno de Kenia, que los refugiados no pueden ser devueltos y que Nairobi «tiene la obligación internacional de protegerlos».
La ONG Human Rights Watch describió como ilegal el reenvío de refugiados a sus países de origen. El campamento de Dadaab, se inauguró en 1991 después de la caída del presidente somalí Siad Barre, lo que provocó una guerra civil que aún continúa en nuestros días.
Esta es la segunda vez que Kenia intenta cerrar Dadaab. La primera fue en 2013, después del ataque de la Shebab a un centro comercial en Nairobi, que produjo decenas de muertos.
Una persona murió ayer y 150 resultaron heridas en un ataque de pánico en una Universidad de Kenia causado por una explosión que los estudiantes pensaron que se trataba de un ataque similar al de Garissa.
Jornal de Angola – (Fundación Sur)
