Nadie es neutro, por Nse Ramón

11/04/2012 | Bitácora africana

Absolutamente nadie lo es.

Si sumamos nuestra existencia junto a todo lo que nos rodea, llegaremos a la conclusión matemática de que no podemos ser neutrales ni con, ni en contra de nada. Y no podemos serlo por que hay una razón entre cientos de millones de razones que reza que hagamos lo que hagamos, siempre repercutirá en la sociedad, y eso es lo que luego suelen recordar los que se quedan con tu recuerdo después de tu partida física. Todo son intereses, todo son cálculos y siempre se pretende llegar a lo mismo. También hay cosas que no se pueden comprar, ni distorsionar, ni corromper, ni ensuciar, ni cambiar, ni otras tantas miles de cosas impensables. Entre ellas, está lo que llaman los que tienen boca y pueden hablar, y tiene oídos y pueden oír, LIBERTAD. La libertad es una de esas cosas que de repente existen, de repente te invaden y de repente te llevan de éste mundo con la sensación de no haber compartido tu vida más que con otros seres vivos libres.

Pero claro, esa libertad tiene igualmente sus raciones en cada mente sana que deambula por estos mundos y que muchas veces tienden a pensar que es algo que se puede comprar, por lo tanto corromper. El mundo que gira constantemente ha propiciado que los tiempos cambien, que los que antes eran libres por la gracia de dios, ahora sean libres por la gracia de los derechos y las leyes de los humanos. Si como antes habían verdaderos dioses vivientes, ahora tenemos los mismos dioses, pero con menos valoración por parte del resto de los mortales que ven en ellos a unas piezas inacabadas moralmente y atadas a un poder que ya en muchos lugares lo otorgan unos papeles que llamamos «voto». Ramsés o Tutancamon, pasando por los grandes sacerdotes de la época de los Maya, por los reyes de la edad media europea y poco mas, no son compatibles en jerarquía con hombres con el dinero como único valor de poder que tienen sobre los demás que viven en ésta nuestra era de la tecnología y las tretas políticas. Por lo que cuando gira el mundo, gira para todos, y somos todos los que debemos hacer acopio de la cantidad de valores nobles y propios que podamos encontrar para lograr vivir sin tener que rendirle cuentas a nadie mas que no sea la sociedad que nos rodea.

Porque la sociedad que nos rodea, si se viera ante un sólo ser con la lucidez y la sabiduría para llevar a cabo actos responsables sin tener que llamar a nadie, entonces le toman como ejemplo para que sus hijos crezcan con la certeza de que esa es la actitud que hace que el mundo sea un lugar mejor. Nuestras sociedades están regidas por normas y por leyes, todo eso para que intentemos vivir lo mejor posible sin que nada ni nadie nos lo impida. Leyes que al final también persiguen unos objetivos concretos, y que aunque fallan en muchos puntos gracias a que son seres humanos provistos de «fallos, como todos» los que las guardan, siempre buscan dar un sentido a cualquier iniciativa que provenga de los valores que impregnan todo lo que somos cuando queremos serlo. Y como dice mi amiga «No son profetas los que se buscan para dar estabilidad y vida propia a los pueblos. Son sabios los que deben ser encontrados, ya que un sabio exige siempre la excelencia para que lo incorrecto sirva para llegar a lo correcto usando como único medio para ello, el cerebro»

Los objetivos que persiguen las leyes de los hombres pueden ser y son de libre elección. Cada cual, libremente, interpreta esas leyes a su antojo, pero esa tendencia nos lleva a lo de antes, «Nadie es neutro, si sabemos interpretar las leyes, entonces se supone que sabemos usarlas para alcanzar unos fines propios que luego repercutirán en la sociedad dependiendo siempre de la calidad humana que hemos decidido rescatar de la educación que recibe todo ser humano en algún momento de sus existencia dentro de la comunidad». La libertad de exigir que la gente no te agobie, la de exigir que la gente entienda tu modo de ver la vida, de vivirla, de amarla y de odiarla. Todo, absolutamente todo forma parte de ese todo que luego quiere obtener algo en concreto. Muchos han ido ejerciendo su libre humanidad asegurándose ellos mismos de que nada es más importante que la neutralidad ante un mundo convulso y que se rige por la ley del más fuerte. Esa gente, de repente, se topa con otros que sin que deba en el fondo haber malos entendidos ya que se trata de dos colectivos humanos que entienden y saben interpretar las leyes humanas, les dicen que todo el poder acumulado por unos cuantos, jamás será ni la quinta parte de una minúscula partícula de los valores nobles que podrían atesorar varios seres humanos que con total libertad han decidido dedicar su existencia en la búsqueda de un poco de alivio para las almas que están siendo sometidas por el «neutral ante la injusticia y la opresión» ejercida por unos cuantos.

Cuando se encuentran esos dos modos de existencia en un espacio de libre elección de los demás para definir quién aporta por nobleza algo de paz y armonía a todos, entonces saltan las chispas y la confusión se hace dueña del espacio vital. Los pueblos son al final uno de los grandes objetivos por los cuales nos hacemos de un bando o de otro dependiendo siempre de nuestros intereses particulares y nuestras ganas de «hacernos notar». Y al pueblo le vas con tu visión del mundo, de las cosas y del futuro que siempre está ahí. Les dices que luchen, que no bajen los brazos y que nada en ésta vida debe doblegarles ni engañarles. Ese mensaje universal, lo pueden manejar tanto «buenos» como «malos», aunque en algunos casos, los mal llamados «neutrales» también lo usan para definir sus intereses. Si una persona irresponsable y maleducada usara el discurso, los resultados siempre suelen quedar palpables ante los ojos de los que llegan de otras comunidades establecidas por ley y por derechos. En esos casos, resaltan palabras como «dictadura» que es un sistema en el que muchos son los «malos» usando el discurso, mientras a los «buenos» se les impide alcanzar más allá del salpicón de una gota de su propia saliva. Pero aunque pareciera que los «malos» son muchos, en realidad jamás son la cantidad que se supondría que debe «asustar» a los que desde el pueblo quieren atreverse a ir en contra de sus maneras nefastas que jamás van de la mano del discurso que emiten en formato «libertad, derechos y leyes», los «malos» no son tan muchos, pero en toda la historia de éste mundo giratorio, se ha descubierto que han sobrevivido en la cima de la desgracia gracias a los «neutrales».

Los neutrales al final son los más interesados en que sean los «malos» los que lleven las riendas de la situación obsoleta, ya que es mucho más fácil para el irresponsable pasar desapercibido ante el sufrimiento del prójimo. Se dice que en una dictadura, sistema creado cuando la gente «mala» se ocupa de gestionar lo de todos, ser neutro sólo implica una grado menor de complicidad con el injusto e igualmente un grado mayor de abandono del pueblo injustamente ajuiciado por el injusto. Los neutrales son gente muy peligrosa hasta cierto punto, ya que pueden moverse entre los bandos «definidos claramente» y hacerse incluso con varios secretos de proyectos personales de vida, de objetivos marcados, y que en muchos casos reales, los que confían sus «secretos» a los neutrales aveces acaban bajo de un puente con un tiro en la nuca que previamente fue maquinado cobardemente por el neutral que no supo serlo para bien y en pro del bienestar del que ahora yace sin vida por culpa de un mundo que se rige por todo menos por la calidad humana de los que aseguran que no se implican en nada que vaya en contra de la estructura mafiosa que impera en varios niveles de la alta sociedad.

La neutralidad al final se convierte en un problema serio que hay que tratar con mucho rigor. Siempre hay que pensar en que luego me puede tocar a mi, que aunque no hice nada en contra, ni a favor de, está más que claro que uno no es el único neutral con intereses en esos sitios donde elimina todo tipo de ejercicio de las libertades en cualquier formato noble que sea.

Y eso es lo que nos traíamos con nuestra carta de LOCO de hoy. La verdad es que todo lo arriba escrito nace de las ganas de contar brevemente que cuando el guineoecuatoriano de hoy en día se mantiene neutro, ni en pro, ni en contra del PDGE (por que es el partido político que hace de «malo» en nuestra particular película…) sólo porque quiere mantener con LIBERTAD sus intereses particulares sin hacerle daño a nadie, nosotros creemos que toman esa actitud porque cuando les dices que existe la libertad, ellos creen que ya les hablas de «política».

No es nuestra intención escribir todas éstas tonterías para aburrirles. Créannos ustedes que lo hacemos porque no tenemos nada mejor que hacer que escribir cosas neutrales con mucha libertad.

Nsé, neutrón.

MI FRASE DE LA SEMANA ES MEJOR QUE TODO LO ESCRITO EN LA CARTA: «La neutralidad, como principio inmutable, es una prueba de debilidad»

Autor

  • Nse, Ramón

    Nse Ramón o Ramón Esono Ebalé (alias Jamón y Queso) es un artista guineoecuatoriano nacido en Nkoa-Nen Yebekuan (Mikomeseng-Kie Ntem) en 1977 y residente en Malabo desde 1982. Dibujante e ilustrador autodidacta, compagina su pasión por el dibujo y el cómic con su trabajo de grafista. Actualmente es el grafista titular del Centro Cultural de España en Malabo y como dibujante de cómics ha ganado varios premios y certámenes internacionales como el concurso "Regarde 9", en el Festival Internacional de BD de Angulema (Francia), el premio obtenido en Cocobulles, Costa de Marfil con el trabajo "Le réveil d'Akoyo". Ha expuesto en los Centros Culturales Francés y Español en Malabo y Bata, en el Feshcary (Camerún) y en diversas galerías de Europa, América y Estados Unidos. El artista ha iniciado diferentes proyectos para organismos internacionales que operan en Guinea Ecuatorial realizando carteles e ilustraciones para la campaña de la Unión Africana en fomento de la Juventud y sus Derechos de la Organización de la Unión Africana.

    Participó en ARCO2010 con dos series ácidas y corrosivas sobre las dictaduras y la corrupción

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