Que nuestras misiones diplomáticas han consumido una gran cantidad de nuestros escasos recursos es un hecho indiscutible. La administración de Arthur Peter Mutharika (APM) ha tomado una decisión muy audaz para reformar nuestras embajadas en estos tiempos de turbulencia económica. En realidad, esto era necesario desde hacía mucho tiempo.
Kamuzu Banda, Bakili Muluzi, Bingu wa Mutharika y Joyce Banda tomaron tristemente las delegaciones en el exterior como fuente de empleo para sus simpatizantes políticos. Incluso ante la agitación económica en 2013, Joyce Banda siguió enviando a sus «niños y niñas» a las embajadas en el extranjero. A decir verdad, la mayoría de estos miembros del personal apenas contribuyen al interés de la nación.
Estas personas, si han sido destinados a países desarrollados, se encuentran como turistas o estudiantes. No es fácil hacer regresar al país a más de 80 diplomáticos y realizar esas drásticas reformas en nuestras delegaciones en el extranjero. Esto es algo digno de elogio y de ser comentado. Mutharica ha demostrado verdaderas habilidades de liderazgo capitaneando el barco llamado Malawi a nuevas aguas desconocidas.
APM ha demostrado que no es solamente otro presidente, sino un líder digno de su responsabilidad. Esta es un área que nuestros líderes anteriores ignoraron deliberadamente por obvias razones políticas. No enviamos nuestra gente a las delegaciones en el extranjero como turistas ni tampoco como estudiantes. Los enviamos para realizar un trabajo que en la mayoría de de los casos queda incumplido al final de su mandato. Ese es el camino a seguir Señor Presidente. La próxima vez mire también cómo se realiza la contratación en la policía, el ejército y la Inmigración. Hay una corrupción rampante, que la Oficina Anticorrupción de Malawi (ACB) no consigue domesticar. Sólo puedes ser reclutado si eres hijo o pariente de un oficial superior, etc. Parece que Malawi, hasta ahora, va por mejor camino.
Dickson Kashoti
Malawi Voice
[Traducción, Jesús Esteibarlanda]
[Fundación Sur]
