La presencia del Islam en Europa es patente. Basta circular por las calles de las grandes ciudades, como Paris, Marsella, Bruselas, Londres o Berlín, para darse cuenta de ello. Hay quienes hablan de un proceso de islamización de Europa. Para mucha gente, esta presencia conlleva una percepción negativa. La imagen del Islam que una gran mayoría retiene es la de ser una religión que predica la violencia y siembra por doquier miedo y terror. Los últimos atentados de Paris, Bruselas y Niza, el asesinato de un anciano sacerdote en el Norte de Francia, mientras celebraba la Misa, no hacen más que añadir razones a los ya establecidos prejuicios que muchos tienen con respecto al Islam. Pero, nos guste o no, los musulmanes forman parte de Europa. Es una realidad que no podemos obviar.
[Fundación Sur]