Música y compromiso (Hugh Masekela), por Chema Caballero

24/02/2012 | Bitácora africana

Hugh Ramopolo Masekela es otro de los grandes clásicos de la música africana que utiliza su arte para denunciar las injusticias que le rodean. Este trompetista, compositor y cantante nació en el Tonwship de Kwa-Gupa, en Witbank (Sudáfrica), en 1939. Empezamos con uno de sus temas más conocidos, Grazing in the grass, con el que ganó un Grammy en 1968.

Hugh aprendió a tocar la trompeta gracias al Arzobispo anglicano Trevor Huddleston, uno de los más activos luchadores contra el Apartheid. Por eso su música siempre sirvió para denunciar la situación de tantos hombres y mujeres que en su propia tierra eran privados de los derechos más básicos.

Tocó con las principales bandas sudafricanas y empezaba a ser conocido dentro y fuera de su país. Todo cambió tras la masacre de Sharpeville, en marzo de 1960, donde 69 manifestantes pacíficos murieron por las balas de la policía. A partir de ese momento el gobierno de Sudáfrica prohibió las reuniones de más de 10 personas e intensificó la brutalidad del régimen del Apartheid. A Hugh Masekela no se le permitía interpretar su música y tuvo que exiliarse en los Estados Unidos.

Su tema Bring him back Home, escrito en 1987, se convirtió en el himno que acompañó a Nelson Mandela durante la gira mundial que hizo tras su liberación en 1992.

Traed a Nelson Mandela de vuelta,

traedlo de vuelta a casa en Soweto.

La música de Masekela cuenta de forma elocuente las luchas y los problemas, al mismo tiempo que las alegrías y las pasiones, de los hombres y mujeres de su país. También protesta contra el Apartheid, la esclavitud, el gobierno o las duras condiciones de vida de los trabajadores pobres. Por eso sus temas llegan a tanta gente que se siente oprimida y explotada.

En el tema Coal train narra las miserias de los miles de hombres jóvenes y ancianos que, desde todos los rincones del continente, llegan a Sudáfrica para trabajar en las minas donde son explotados.

Hay un tren que viene de Namibia y de Malaui,

hay un tren que viene de Zambia y Zimbabue,

hay un tren que viene de Angola y Mozambique,

de Lesoto, de Botsuana, de Suazilandia,

del interior de África del sur y central.

Este tren lleva jóvenes y ancianos, hombres de África,

que no tienen otra alternativa que venir y trabajar bajo contrato

en las minas de oro de Johannesburgo

y de las ciudades vecinas, dieciséis horas o más al día

por una miseria

en lo más profundo del interior de la barriga de la tierra.

Cuando excavan y perforan esa piedra brillante, poderosa y evasiva,

o cuando les sirven esa papilla incomible

en los platos de metal con el cucharón de metal.

O cuando se sientan en sus malolientes, sucios,

llenos de pulgas barracones y habitaciones.

Recuerdan a las personas amadas que pueden que no vuelvan a ver

porque puede que las hayan expulsado por la fuerza

de donde las dejaron la última vez.

O asesinados por azar, durante la noche,

por bandas ambulantes de maleantes sin un origen conocido, se les dice.

Ellos piensan en sus tierras, en sus rebaños,

que les fueron arrebatados,

con armas de fuego, con bombas, con gases lacrimógenos y con el cañón.
Y cuando oyen el chu-chu del tren,

siempre maldicen, maldicen el tren del carbón.

El tren del carbón que los trajo a Johannesburgo.

En la actualidad, Masekela apoya diversas iniciativas sociales y es,

además, el director del consejo de la Fundación The Lunchbox, una

organización que provee comidas diarias a los estudiantes de las

escuelas de los townships de Soweto
.
Terminamos con un tema compuesto por Hugh pero interpretado por su ex esposa, Miriam Makeba, Soweto Blues,

Los niños recibieron una carta del amo

que decía: no más Xhosa, Sotho, no más Zulú.

Negándose a aceptarla le enviaron una respuesta

fue entonces cuando la policía vino al rescate.

Los niños morían a balazos. Las madres gritaban y lloraban,

los padres estaban trabajando en las ciudades.

Las noticias de la tarde lo dieron a conocer:

“Un pequeño altercado en la ciudad”.

Soweto blues, Soweto blues, Soweto blues.

Benikuphi ma madoda (¿Dónde estaban los hombres)

abantwana beshaywa (cuando los niños tiraban piedras)

ngezimbokodo Mabedubula abantwana (cuando dispararon sobre los niños?)

Benikhupi na (¿Dónde estabas tú?).

Original en Blogs del País África No es un País

Autor

  • Caballero, Chema

    Chema Caballero nacido en septiembre de 1961, se licenció en derecho en 1984 y en Estudios eclesiásticos en 1995 Ordenado Sacerdote, dentro de la Congregación de los Misioneros Javerianos,
    en 1995. Llega a Sierra Leona en 1992, donde ha realizado trabajos de promoción de Justicia y Paz y Derechos Humanos. Desde 1999 fue director del programa de rehabilitación de niños y niñas soldados de los Misioneros Javerianos en Sierra Leona. En la , desde abril de 2004 compaginó esta labor con la dirección de un nuevo proyecto en la zona más subdesarrollada de Sierra Leona, Tonko Limba. El proyecto titulado “Educación como motor del desarrollo” consiste en la construcción de escuelas, formación de profesorado y concienciación de los padres para que manden a sus hijos e hijas al colegio.

    Regresó a España donde sigue trabajndo para y por África

    Tiene diversos premios entre ellos el premio Internacional Alfonso Comín y la medalla de extremadura.

    Es fundador de la ONG Desarrollo y educación en Sierra Leona .

    En Bitácora Africana se publicarán los escritos que Chema Caballero tiene en su blog de la página web de la ONG DYES, e iremos recogiendo tanto los que escribió durante su estancia en Sierra Leona, donde nos introduce en el trabajo diario que realizaba y vemos como es la sociedad en Madina , como los que ahora escribe ya en España , siempre con el corazón puesto en África

    www.ongdyes.es

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