Mujeres rurales, ingenieras en energia solar, por Paquita Reche , , mnsda

5/04/2011 | Bitácora africana

Balkisa, Assiata, Awa, Yeri Sali, Tinga y Habibu son mujeres rurales de Burkina Faso. Representan a las mujeres rurales de seis provincias del país. Estuvieron nada o poco en la escuela de los libros. Adquirieron, su saber ser y su saber estar, en la lucha de cada día para sobrevivir y ayudar a sus comunidades a mejorar. Tienen una gran experiencia como animadoras rurales. En 2010 fueron elegidas para vivir la gran aventura: formarse para ser ingenieras rurales en energía solar, nada menos que en la India, país del que sólo saben que está “lejos, lejos, al que sólo se puede ir en avión, y en el que viven gentes con costumbres extrañas que no se parecen en nada a las de Burkina”, decía una de ellas en una reunión de mujeres. A la pregunta si tenía miedo respondía: “Estamos en las manos de Dios y tenemos que demostrar de lo que somos capaces las mujeres”.

Después de seis meses, en Tilonia, el 18 de marzo de 2011 llegaron en avión a Uagadugú, la capital de Burkina Faso. Fueron recibidas por las autoridades en el aeropuerto. Varios periódicos dieron la noticia.

Todavía aturdidas por el largo viaje fueron conducidas a la sala de conferencias del PNUD para la ceremonia oficial de acogida. Estas mujeres tuvieron mucho valor para embarcarse en una gran aventura: emprender un largo viaje hasta la India para formarse en técnicas de energía solar.

Han demostrado una gran capacidad de adaptación y facilidad para aprender y han vuelto dispuestas a transmitir lo que aprendieron, para mejorar la vida de sus comunidades, gracias la energía solar y el saber adquirido en Tilonia.

La energía solar puede mejorar la calidad de vida de las poblaciones rurales. La experiencia realizada en India lo demuestra por el éxito que ha tenido donde otras experiencias fracasaron.

La experiencia llevada a cabo en India hace unos años con la ayuda financiera de los bancos nacionales, según el Programa de UN para el Medio Ambiente, permitió a más de 100.000 personas de las zonas más pobres, beneficiarse de varias horas de electricidad. Un proyecto piloto de 5 millones de dólares convenció a los banqueros a financiar préstamos de 300 y 500 dólares para instalar sistemas que permitan instalar dos o cuatro bombillas. Esas horas de electricidad han mejorado la calidad de vida de los poblados, aumentado el rendimiento escolar, la productividad de talleres de costura, mejorado las ventas de puestos de venta cuyos productos no están contaminados por el humo de las lámparas de petróleo de mala calidad.

El proyecto ha permitido crear puestos de trabajo en la producción de paneles solares y productos derivados.

Ya hace algunos años que en Burkina Faso, algunas ONG intentan introducir cocinas y hornos solares, para luchar contra la desertificación causada por tala de árboles. Hay que decir que con muy poco éxito, quizás por ser iniciativas viniendo del exterior y por falta de preparación e implicación de las poblaciones y por la incomodidad de su utilización. Se han instalado placas solares para tener algunas horas de electricidad o agua caliente en algunas instituciones privilegiadas ya que el coste es tremendamente costoso. Se calcula que el coste del equipo equivaldría al precio de 20 años de facturas de electricidad. Allí donde se ha instalado es gracias a financiaciones que no llegan a los más pobres.

Ahora algo puede cambiar gracias al nuevo programa las Naciones Unidas para el Desarrollo de 2007. Se apoyan iniciativas para utilizar energías alternativas y formar a mujeres rurales en técnicas de energía solar, según los métodos del Barefoot Collage, el Colegio Pies Descalzos.

En Burkina Faso, el PNUD financió en 2010 seis micro-proyectos para la formación de estas seis mujeres y material necesario que permita a seiscientas familias rurales tener luz en las calles, escuelas nocturnas, centros de alfabetización y centros de salud de sus poblados.

El Colegio Pies Descalzos donde se formaron las seis ingenieras solares fue fundado en 1972 por Bunker Roy. Su filosofía y programa se inspiran en el pensamiento de Gandhi que dice que: las habilidades y sabiduría ancestrales deben ser utilizadas para el desarrollo sin depender del exterior y las nuevas tecnologías tienen que estar bajo el control de las comunidades pobres para que no depender de otros o sean explotados.

El centro está construido con materiales locales y el conocimiento tradicional transmitido de generación a generación.

Es la realización de una increíble y osada idea de formar a jóvenes y a mujeres rurales analfabetos o semianalfabetos para iniciarlos en tecnologías prácticas que pudieran mejorar la calidad de vida de sus comunidades. Actualmente paneles solares proporcionan la energía necesaria a la vida y actividades del Centro.

Desde 1989 esta institución es pionera en electrificar aldeas rurales. Forma alumnos para instalar paneles solares y baterías en poblados sin electricidad y poder ida, permite desarrollar actividades educativas nocturnas, contribuye al desarrollo, reduce gastos y protege la salud y el medio ambiente, evitando la contaminación del petróleo. Los alumnos proceden de toda la India. Una pedagogía activa dominada, por lo visual y la práctica, salva las barreras lingüísticas. Se aprende a distinguir las piezas por el color y la forma. Los gestos remplazan a las palabras. La práctica al saber libresco. Los alumnos aprenden a fabricar circuitos y lámparas solares, a conectar correctamente los módulos, baterías, lámparas y reguladores de carga, a reparar y mantener las unidades fijas de iluminación solar.

En 2007, se habían instalado más de 8.000 unidades solares, que generaban 500 kilovatios (KW) por día, y fabricado 4.100 linternas solares. Cerca de 100.000 persona de 570 pueblos y aldeas se benefician de electricidad generada por el sol sin ayuda de profesionales urbanos.
Viendo el éxito del proyecto en la India, el Colegio decidió globalizarse y abrir el programa de formación a otros países en desarrollo. Más de 15 de ellos han beneficiado de la formación del Colegio Pies Descalzos. Entre los africanos podemos citar a Etiopia, Mali, Mauritania, Rwanda, Sierra Leona, Senegal, Yibuti y Sudan. Mandioula Sylla es un ejemplo de éxito. Esta mujer madre de cinco hijos, dejó muy pronto la escuela porque sus padres la casaron muy pronto. Vive en un pueblo pequeño de Senegal.

Tiene muy claro que una mujer no puede contentarse con las actividades del hogar. Muy activa y comprometida con su comunidad, tuvo la suerte de poder beneficiar de un programa de formación de tres años de formación ofrecidos en wolof por la ONG Tostan para ayudar a las mujeres a ser instrumentos activos en la transformación positiva de la sociedad y agentes de un desarrollo durable. Sus compañeras la eligieron para ir al Colegio Pies Descalzos de la India para formarse.

Después de seis meses de formación. Mandiuola volvió a su pueblo de Dindéfélo. Desde entonces trabaja como técnica de energía solar.

Gracias a ella, 50 casas del poblado gozarán de luz eléctrica. Su familia la apoya y está orgullosa del trabajo que hace. Según ella es “la prueba de la emancipación de la mujer rural que desde ahora irá a la cabeza del desarrollo local”

Deseamos el mismo éxito que está teniendo Mandiula en Senegal a Balkisa, Assiata, Awa, Yeri Sali, Tinga y Habibu en Burkina Faso

Fuentes:

– Le Pays, 21-3-2011, BF

www.notre-planete,info

—  www.Tostan.org

Autor

  • Nació en Chirivel (Almería). Estudió Magisterio en Almería, Licenciaturas de Pedagogía y de Filosofía, en la Complutense de Madrid.

    Llegó por primera vez a Africa en 1958 (a Argelia): después estuvo en Ruanda, Guinea Ecuatorial y desde el 1975 en Burkina Faso.

    En África trabajó como profesora en el Instituto Catequético Lumen Vitae de Butare, Profesora de enseñanza secundaria de español y filosofía; Universidad Popular (filosofia). También ha colaborado con Asociaciones de mujeres y con niños de la calle en Burkina Faso.

    Está en España desde 2004, actualmente, en Logroño. Colabora con la revista de los misioneros de África "Africana", Los Comités de Solidaridad con África Negra y con Rioja Acoge.

Más artículos de Reche, Paquita