Mujeres de Ghana comprometidas en la lucha por la seguridad alimentaria, por Paquita Reche, mnsda

31/01/2012 | Bitácora africana

El año 2011 ha sido un año nefasto para la seguridad alimentaria: 12 millones de personas sufren todavía las consecuencias de la hambruna en el Cuerno de África. Una catástrofe humanitaria anunciada, olvidada y silenciada durante demasiado tiempo. Por fin, la noticia saltó y pudimos ver el horror de la situación. Imágenes terribles sobre la situación, a pesar de que la mayoría .de esas imágenes habían sido rodadas en los campos de refugiados donde las víctimas ya recibían cuidados.

Cuando todavía, la catástrofe humanitaria producida en el Este de África, sigue exigiendo soluciones urgentes, nos llegan también, desde hace meses, noticias sobre la inseguridad alimentaria que amenaza a varios países africanos del Oeste, donde se anuncian malas cosechas.

Entre tantas malas noticias, sobre un tema tan importante para África, como es la seguridad alimentaria, el 28 de enero, encontré una buena noticia que me alegró y quiero compartir: “Hacia la seguridad alimentaria del país” El artículo (1), habla de un proyecto interesante que se ha puesto en marcha en el noroeste de Ghana, país de África Occidental. Este interesante proyecto se inició hace poco más de un año, su impacto positivo empieza a verse.

El arroz es uno de los principales alimentos de base de Ghana. Las comunidades que viven en el valle de Libi, cerca del lago Volta, aprovechan el agua de las inundaciones para cultivarlo.

La zona, a pesar de condiciones climáticas extremas, a causa de sequías e inundaciones, tiene tierras cultivables que muchos propietarios, por razones diversas dejan baldías, aunque se podrían rentabilizar. El gobierno ha lanzado un proyecto para recuperarlas y hacerlas productivas, aplicando métodos y técnicas adecuadas.

“La Iniciativa del granero”, que así se llama el proyecto, tiene como objetivo avanzar en la conquista de la seguridad alimentaria del país. El proyecto está apoyado por AGRA (Alianza por la revolución verde en África).

El gobierno adquiere temporalmente las tierras cedidas por los propietarios agrícolas que no las cultivaban. Los propietarios que no quieran ceder sus tierras, tienen también la opción de entrar en el proyecto y cultivar sus campos o alquilarlos para que otros los cultiven y les paguen en especies después de la cosecha.

Las tierras cedidas son divididas en parcelas más o menos grandes y el gobierno las pone a la disposición de mujeres y jóvenes que se constituyen en grupos agrícolas, que se registran en el Ministerio de Alimentación y de Agricultura.

Los cultivadores de las distintas comunidades reciben ayuda estatal. El gobierno pone a su disposición tractores para preparar la tierra, procura semillas de calidad, abonos y asistencia técnica para que puedan cultivar con más eficacia.

Esta ayuda no es gratuita, los agricultores, en contrapartida, tienen que entregar una parte de la cosecha al gobierno.

Con este programa se pretende mejorar las condiciones de vida de 250. 000 pequeños agricultores, divididos en 60 grupos. Según el número de miembros, los grupos cultivan parcelas de van de 7 acres a 32 hectáreas.

Gracias a fondos de la Agencia danesa de desarrollo, se han podido organizar cursos de formación de técnicas agrícolas mejoradas y seguimiento de los grupos para buena utilización de los abonos.

Durante el primer año de la experiencia, se han organizado centros pilotos de formación básica, en dieciséis distritos. Esta formación es muy importante ya que la mayoría de estos agricultores y agricultoras no fueron escolarizados.

Los resultados del primer año de experiencia son esperanzadores. La simple observación permite afirmar que en la primera cosecha de la iniciativa, la producción de maíz casi se ha duplicado.

Isaiah Esipiru, en el artículo anteriormente citado, recoge el ejemplo significativo de un grupo de 10 mujeres, de Dundo, en el distrito de Nyankpala. El grupo ha cosechado 120 sacos de arroz de 80 kilogramos cada uno. Cada una de las participantes ha recibido 10 sacos. Los 20 sacos de arroz restantes se han entregado al gobierno como pago de las semillas, abonos y los servicios recibidos. Una de ellas, Idrisso, madre de siete hijos, está orgullosa de los 200 dólares de beneficio que ha obtenido de la cosecha. Dice que nunca en su vida había ganado tanto dinero ya que siempre había trabajado como obrera agrícola con un jornal de poco más de un dólar al día.

Podemos alegramos de esta iniciativa y de todas las que surgen en bastantes países, con otros nombres. Ya se llamen “Huertos familiares”, “Bosques de alimentos”, “Iniciativa granero”, todas persiguen lo mismo y tienen un denominador común: el compromiso de las mujeres para ganar la batalla a la inseguridad alimentaria, y el empeño que ellas ponen para luchar contra la pobreza. (2)

(1) Artículo de Isaiah Eipisu, Vers une sécurité alimentaire vers le pays, IPS 28-12-2011.

(2) Ver: Mujeres y seguridad alimentaria en África, por Paquita Reche, mnsda 15/07/2011 – Los temas seguridad alimentaria en África y agricultura, lo mismo que la importancia de la mujer (…)

Autor

  • Nació en Chirivel (Almería). Estudió Magisterio en Almería, Licenciaturas de Pedagogía y de Filosofía, en la Complutense de Madrid.

    Llegó por primera vez a Africa en 1958 (a Argelia): después estuvo en Ruanda, Guinea Ecuatorial y desde el 1975 en Burkina Faso.

    En África trabajó como profesora en el Instituto Catequético Lumen Vitae de Butare, Profesora de enseñanza secundaria de español y filosofía; Universidad Popular (filosofia). También ha colaborado con Asociaciones de mujeres y con niños de la calle en Burkina Faso.

    Está en España desde 2004, actualmente, en Logroño. Colabora con la revista de los misioneros de África "Africana", Los Comités de Solidaridad con África Negra y con Rioja Acoge.

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