“Hemos ganado una batalla, pero tenemos que seguir despiertas”
Nadie puede negar el papel importante que jugaron las mujeres de Burkina Faso, en las manifestaciones de octubre de 2014, que cambiaron el rumbo de la historia del país en dos días.
“Al echar a Blaise Compaoré y su séquito hemos ganado una batalla. Con ellos todo el sistema estaba gangrenado, podrido. Un sistema que quería dominarnos y amordazarnos. Hemos ganado una batalla, pero tenemos que seguir despiertas”, así habló Cendrine, una joven que participó no sólo en la manifestación de las espátulas con la que las mujeres quisieron alertar a Compaore de sus errores “antes de que fuera tarde”.
A pesar del papel jugado por las mujeres en la revolución el gobierno de transición no les concedió mucho espacio, cuatro ministerios sobre 26.
Es verdad, que entre ellos se encuentra el Ministerio de Justicia, de Derechos humanos y Promoción cívica, al que ha sido nombrada Joséphine Ouédraogo-Guissou, que fue Ministra de la Familia y de la Solidaridad de 1984 a 1987 en el gobierno de Tomás Sankara.
La señora Ouédraogo ya ha dado los primeros pasos para que se haga luz y justicia sobre casos tan sensibles como el de los asesinatos del presidente Thomas Sankara y del periodista Norbert Zongo.
Buena parte de la opinión pública piensa que hay demasiados militares en el gobierno de transición, a pesar de la presencia de un civil a la cabeza del Estado y de otro a la cabeza del Consejo Nacional de la Transición (CNT).
No pocas personas ven con desconfianza que puestos tan importantes como el de primer ministro, ministro de la Defensa, ministro de la Administración Territorial, ministro de la Agricultura y ministro de Minas, estén en manos de militares.
El 4 de febrero, el Regimiento de Seguridad Presidencial (RSP) ha sido causa de la primera crisis importante de la transición. Según “Jeune Áfrique” y la prensa local amenazaron al primer ministro “si sus reivindicaciones no eran atendidas”, dando así razón a los que desconfían de ese poderoso cuerpo militar creado por Blaise Compaore.
Algunos elementos del RSP, desfilaron por la capital impidiendo la celebración del consejo de ministros pidiendo la marcha del primer ministro, Yacouba Isaac ZIDA, al que, a pesar de haber salido de sus filas, deben de considerar traidor de la causa Compaore. El RSP rechaza su disolución, exige puestos para sus jefes próximos a Compaore. Algunos de ellos están bajo sospecha de haber sido el brazo ejecutor de crímenes del régimen todavía sin aclarar. .
Esta acción es considerada por la Red de Acción por la Democracia (RAD) como un “golpe de Estado” contra las instituciones de la transición, con la intención de crear el caos y favorecer el retorno de los antiguos barones del régimen caído.
La RAD, como la mayoría de los burkineses, piensa que no se puede tolerar en un país democrático la existencia de ese cuerpo de élite, milicia en el seno del ejército republicano y que se considera por encima de él y del pueblo.
El 21 de febrero las mujeres de Burkina desfilaron en Bobo Diulasso, capital económica del país para exigir que el Regimiento de Seguridad Presidencial saliera del debate político y fuese desmantelado para que la transición pudiera ser libre y pacífica.
En las pancartas de la manifestación se podía leer: “Yo soy la transición”, “Rechazamos los nombramientos hechos bajo presión en el RSP”, “RSP, servid vuestra nación y no a vuestros jefes”…
Las mujeres que pertenecían a diversas organizaciones de la sociedad civil, se unían así al “Colectivo todos unidos por el éxito de la transición”, que rechaza los últimos nombramientos operados en ese cuerpo militar. Denuncian la confiscación que el RSP ha hecho de la transición y el desprecio a la Carta sobre las reformas políticas.
También han denunciado el poco respeto hacia el ejército republicano de ciertos jefes de ese cuerpo, “que no dudan en hacer entrevistas que desafían al pueblo burkinés” ni en manifestar su capacidad de represión y de hacer daño, frente al resto del ejército republicano.
La causa de estas manifestaciones ha sido el golpe de fuerza del RSP del día 4 de febrero, que muchos han visto como un presagio de golpe de estado contra las instituciones republicanas de la transición. Por eso, las mujeres apelan a la Comunidad de Estados de África Occidental (CEDEAO), a la Unión Africana (UA) y a la ONU, para que ayuden a Burkina a liberarse del yugo del RSP.
Awa Koné, coordinadora del movimiento, dice que el motivo para rechazar esos nombramientos, es que han sido impuestos por los militares que acompañaron y asistieron a Blaise Compaoré de Uagadugu a Yamusukro y después a Marruecos.
Las mujeres de Burkina Faso han demostrado una vez más estar despiertas y comprometidas. Sin ellas, como decía Sankara, no puede haber ni desarrollo ni democracia.