Las muertes causadas por fallos eléctricos se están convirtiendo en algo cotidiano en Gambia. Eleanor Belford y su bebé son las últimas víctimas del genocidio que NAWEC (empresa nacional de agua y electricidad) está cometiendo contra los consumidores pobres.
Lamentablemente, nadie asume la responsabilidad por las muertes. Ni NAWEC ni el jefe de Estado Yahya Jammeh están aceptando la responsabilidad de lo que se consideran muertes evitables, pero ya es hora de que alguien se responsabilice del genocidio contra los gambianos.
Debido a la falta de legislación del consumidor para proteger y salvaguardar los derechos de los clientes, la empresa NAWEC y sus trabajadores se están escabullendo de las muertes. Es absurdo que en Gambia las muertes no se investiguen ni sean castigados los responsables. En la calle se rumorea la conexión entre Yahya Jammeh y la compañía NAWEC, que serían cómplices de asesinatos deliberados. Esto se sostiene por lo hecho de que la compañía de agua y luz pertenece al Gobierno desde que Jammeh la anexionó, pasando a ser gestionada y ejecutada por aquellos cercanos al régimen.
Los frecuentes accidentes por el suministro son motivo de preocupación. Hace apenas unos meses, falleció una familia entera en Talinding como consecuencia del mal cableado de NAWEC, pero ningún empleado fue interrogado por la policía. Lo cierto es que, según algunas fuentes, NAWEC está explotando a sus clientes con facturas exorbitantes y no puede proporcionar servicios fiables.
Freedom Newspaper – Fundación Sur