Pa David Emare, el africano más viejo que vivía en Manchester, Reino Unido, falleció a principios de este mes rodeado de los miembros de su familia. Tenía 101 años.
Emare nació en 1914 en el pequeño pueblo de Igbanke en el estado de Edo, Nigeria, poco después del inicio de la Primera Guerra Mundial. Fue el primero de los cinco hijos. Lamentablemente, Emare perdido a sus padres a muy temprana edad y rápidamente tuvo que aprender a valerse por sí mismo y por el resto de sus hermanos más pequeños.
Emare fue brevemente aprendiz de herrero en su comunidad local antes de dedicarse al comercio, de compra y venta de alfombras de oración musulmanas. El negocio conllevaba viajar, por lo que a menudo Emare viajó a lugares tan lejanos como Ghana para sus negocios.
Más tarde, en 1940, mucho antes de que Nigeria obtuviera su independencia de Gran Bretaña, Emare decidió hacer el viaje a través del Atlántico al Reino Unido en busca de más oportunidades. El barco en el que viajaba atracó en Edimburgo durante el invierno.
Emare llegó al Reino Unido como un inmigrante africano que no tenía educación de ningún tipo, y aunque él nunca aprendió a leer ni escribir, su determinación hizo que en poco tiempo, encontrara un trabajo en la fábrica de gas de Bradford.
Más tarde se unió a los servicios de salvamento de la Compañía Goldberg en Oxford Road, donde pasó la impresionante cifra de 55 años, trabajando y viajando por todo el Reino Unido antes de retirarse.
Emare fue pionero entre los inmigrantes nigerianos y africanos en el Reino Unido y considerado como una figura paterna que ayudó a muchos inmigrantes a establecerse, a menudo proporcionándoles alojamiento. Jugó un papel fundamental en la formación de la Asociación Nigeriana de Manchester.
Emare es recordado con una vida llena de anécdotas. Podía hablar por lo menos ocho idiomas y con frecuencia contaba historias divertidas como la de cuando confundió la nieve con el azúcar cuando el barco que le llevaba al Reino Unido estaba atracado en Edimburgo.
También tuvo mucho que decir sobre el racismo que caracterizó sus primeros años en Inglaterra. Sin embargo, más adelante comentó que había habido muchos cambios y que las cosas estaban mucho mejor en los últimos años.
Emare tuvo cuatro hijos, Helen, Godwin, Christopher, y Paula, con su mujer Alama Howard. También le sobreviven varios nietos, bisnietos, y tataranietos. Fue enterrado el 24 de junio en Monton Street Church en Moss Side, Manchester.
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