El jefe de la Junta militar de Guinea Conakry, Moussa Dadis Camara, y el líder interino del país, el general Sekouba Konate, mantuvieron unas conversaciones el día 14 de enero, con el presidente de Burkina Faso, Blaise Compaore. “Los tres están hablando sin la presencia de sus ayudantes”, declaró un oficial de la presidencia, desde el palacio presidencial en Uagadugú.
Compaore es el mediador en la crisis política de Guinea, que ha estado bajo el régimen de la Junta desde diciembre de 2008.
Los periodistas burkineses aseguran que los tres hombres también se reunieron en Uagadugú el día 13, poco después de que Konate llegase a la capital de Burkina desde la capital de Guinea, Conakry, pero no se ha hecho público ningún resultado de ese encuentro.
Camara llegó a Burkina Faso a última hora del día 12 de enero, oficialmente, para proseguir con su convalecencia tras la hospitalización durante más de un mes en Marreucos, después de haber sido herido por un disparo en la cabeza, efectuado por uno de sus ayudantes, el 3 de diciembre.
Guinea intenta emerger de una crisis que estalló con la masacre perpetrada por los soldados de la junta de más de 150 personas durante una manifestación de la oposición, en Conakry, el pasado 28 de septiembre.
Un informe de la ONU sobre la masacre del estadio nombra a Camara como sospechoso y acusa a los soldados de haber cometido “crímenes contra la humanidad”, durante la represión de la manifestación.
La posibilidad de que Camara regrese ha hecho surgir la preocupación en Guinea y en la comunidad internacional, notablemente en Francia y los Estados Unidos.
“El regreso de Dadis Camara en las circunstancias actuales supone un riesgo de guerra civil en Guinea”, afirma Mamadi Kaba, un oficial de la delegación de África de Encuentro para la Defensa de los Derechos Humanos. “Las comunidades africana e internacional deben movilizarse y asumir sus responsabilidades para evitar que Dadis vuelva a Guinea”.
Konate, que se ha distanciado de Camara, hizo surgir la esperanza de una salida a la crisis con un famoso discurso pronunciado el 6 de enero de 2010, en el que anunció un acuerdo de reparto de poder en el que la oposición podría elegir a un primer ministro.
(News24, 14-01-10)