Por lo menos 18 personas hallaron la muerte en enfrentamientos étnicos entre árabes y bereberes en la ciudad de Ghardaia, en pleno desierto argelino. También ha habido considerables daños materiales con negocios y residencias quemadas, según informaron fuentes médicas y los medios oficiales de comunicación el día 8 de julio.
La violencia se desencadenó en el fin de semana. Las fuerzas de seguridad mandaron refuerzos a fin de calmar estos nuevos enfrentamientos, que se intensificaron los días 6 y 7 de julio por la noche.
“Quince personas murieron por heridas la noche pasada” (del 7 de julio), dijo a la agencia Reuters un trabajador de un hospital local. Tres personas habían muerto el día 6, principalmente en la pequeña ciudad de Guerrara, cerca de Ghardia, informaron fuentes oficiales.
Ghardaia, a unos 600 quilómetros al sur de Argel, está poblada por árabes y mozabitas berberes, que tienen su propia lengua y siguen su propia rama del islam. Esta zona ha sido frecuentemente el epicentro de violentas confrontaciones entre árabes y mozabitas, que compiten por empleo, casas y tierra.
El ministro del interior, Noureddine Bedoui, llegó a Ghardaia temprano el día 8, respondiendo al llamamiento de los jefes tribales a la “vigilancia y prudencia”, informó la agencia oficial de noticias APS (Algérie Presse Service).
Unas 30 personas sufrieron también heridas, siete de ellas graves, en los últimos dos días, mientras que varios negocios, casas y coches fueron quemados, según fuentes médicas e informadores locales.
Estos enfrentamientos han sido los peores de los últimos años. También se dieron escenas semejantes de violencia de menor intensidad el año pasado en la misma zona, en las que se registraron cinco muertos.
